Chambao: «Yo no pretendo cambiar el mundo, pretendo cambiar mi día a día»

La malagueña sigue «avanzando» en 'Nuevo ciclo' (Sony, 2016), un disco donde se aparta -de momento- de ese concepto sonoro con el que irrumpió en la escena para apostar por canciones más orgánicas sobre bases de reggae, ritmos árabes o incluso melodías clásicas. Una evolución a la que ha dado forma la mano del productor Eduardo Cabra (Calle 13) y que ha contado con las colaboraciones de Jorge Drexler a la guitarra de 'Dentro de mi pecho', de Ara Malikian al violín de 'La danza del tiempo', de Jorge Pardo al saxofón de 'Mejor versión' y de Juanito Makandé al micrófono de 'Imagina'. A partir de este sábado, Chambao llevará al directo estas y muchas otras canciones en una gira que se detendrá el 24 de septiembre en Rentería, dentro del Festival Atlantikaldia.

'Nuevo ciclo' es el título del nuevo álbum. ¿Es la ruptura con algo anterior y el inicio de una nueva etapa?

Realmente no es que rompa con nada. Aporto cosas nuevas, sigo hacia adelante. No reniego de nada.

Da la sensación de que hay un cambio personal. «Muriendo para nacer de nuevo», canta en 'Camino libre'.

Son canciones que vienen de varios viajes. Normalmente, cuando haces esos viajes a tu rollo, tú sola, tienes un renacer, te sientes totalmente libre. No pretendía que fuera un viaje productivo, era de turismo total, de vacaciones. Si todo el mundo se toma un mes al año de vacaciones, pues yo me tomé un mes que se convirtió en tres meses... y estuve en Picos de Europa, Marruecos, Argentina, Uruguay 'Nuevo ciclo' surge de eso, de las experiencias en los viajes donde me encuentro con una Mari que avanza y que quiere seguir aportando. Cuando escucho cada canción voy viendo cada lugar en el que estuve.

Entonces, no hay nada de crisis de los 40, como he leído en alguna nota promocional del disco.

No sé quién tendrá crisis a los 40, yo no la tengo. Es una nueva etapa musical de Chambao. Olvidémonos de Mari y de su vida personal. Yo no hago música para contar mi vida, te lo aseguro. Si no, dejo esta profesión. Me aburro. ¿Qué importancia tiene mi vida?

Pues hablemos de música. Hay bases de reggae, sonidos árabes, melodías clásicas ¿El flamenco chill ya ha pasado de moda?

El flamenco chill no está antiguo. Ha sido una etapa de mi vida, con la que empecé en la música, pero hace 15 años de eso. Lo único que hago es aportar, expandirme dentro de las músicas que he ido conociendo. No abandono nada, sigo andando. Las bases y la secuencia de la electrónica y del flamenco chill ya están en otros discos, este es orgánico.

Y quizás vuelve a ellos en futuros trabajos

No tengo ni idea, no sé ni si estaré viva para hacer un siguiente disco (ríe).

¿No piensa en el futuro?

Inevitablemente se piensa, pero no me gusta planificar. Luego la vida te mete ella sola cuatro tortas con lo que tenías planificado.

Hay muchas referencias a la libertad en estas letras

Y al amor, creo que en cada canción está esa palabra. Me di cuenta cuando terminé el disco. Necesitamos más amor.

Hay muchos tipos. En una canción lo que pide es «amor verdadero».

Hombre, si ya nos ponemos a hablar de pareja no voy a estar por estar, prefiero estar sola. O es amor verdadero y nos tratamos con sinceridad, con respeto, con admiración y con cariño, o cada uno a su casa. Ya no estoy en el instituto.

El estribillo que más suena ahora es ese que dice: «'Cansá' de este mundo normal, de lo habitual, de seguir a los demás». ¿De qué está realmente cansada?

Es como una canción protesta sutil. No quiero estar todo el rato reivindicando o protestando, pero habla de estar harta de ser un borrego. Todo lo que está ocurriendo en la política es para echarse las manos a la cabeza, para no votar. Esto es un circo, una pantomima, parece como si esto fuese un chiste o una telenovela, y está en juego la vida de las personas y su dignidad. La sanidad, la cultura, la educación Se trata de intentar hacerme mi propio criterio como ciudadana y no tener que seguir los dictados de la política y de los tejemanejes de los bancos.

En cualquier caso, usted no parece una persona con una vida 'normal y habitual' que sigue a los demás.

¿Por qué? Yo no estoy tocada por la mano de dios. Yo tengo una vida normal igual que cualquier persona. Pago lo mismo por una barra de pan, a mí no me caen las cosas del cielo. Yo estoy metida en el saco, pero eso no significa que no pueda protestar.

¿Todos tenemos algo de culpa con lo que está pasando?

i miro todo el rato para otro lado, sí que tengo la culpa. Si sé de dónde vienen estos supuestos pollos de corral y los sigo comprando, sí que tengo la culpa. Si sigo votando a ciertos partidos político y luego me quejo de ellos, sí que tengo la culpa. Está en nuestra mano cambiar nuestro pequeño mundo día a día. Yo no pretendo cambiar el mundo, pretendo cambiar mi día a día desde que me levanto hasta que me acuesto. Y por supuesto con mi propio criterio, no el que me dé la televisión.

Hay más mensajes sutiles en el disco: «Entendernos con una mirada lo fácil que sería». Con la que está cayendo en el mundo...

¡Eso sería estupendo! Ojalá en todo el mundo no entendiéramos así, yo con mi gente no necesito palabras. 'Desde el origen', donde colabora Xavier Ruth, habla de la esencia primigenia del ser humano. Si nos remontamos a los principios de los principios, cuando empezó el 'homo', el lenguaje eran las miradas y los gestos. Con la civilización llegan todas esas palabras que parece que, en lugar de ayudarnos, a veces incluso nos distancian más. Pero es una canción esperanzadora, seguimos aprendiendo en el desarrollo de la especie humana para llegar siempre a una mejor comunicación.

Siempre hay que tener sueños

Dicen que si no exteriorizas tus sueños, nunca van a pasar. Yo hago canciones con este fin. Es mi manera de aportar.

¿A quién canta en 'Salir al sol'?

Es el último tema del disco. Es una canción contra el maltrato a las personas, contra el poco o ningún respeto que nos llegamos a tener. Va dirigida a la mujer: sal y denuncia cuando te maltraten. Empecé a escribirla, junto con El Cirguero, como una especie de canto al respeto al ser humno, pero luego la letra se encauza hacia esa lacra social.

De nuevo, es una protesta sutil. ¡Está muy sutil en este disco!

Porque me parece que son temas muy delicados. Mi opinión de ciudadana me la guardo para mi vida de a pie, pero se refleja obviamente a nivel musical porque me pasa en la piel y lo veo. Y me sale escribir de eso. Pero no estoy muy explícita porque creo que una canción, al igual que un libro, debe dejarte un espacio para que tú viajes y te la lleves a donde quieras.

¿Por qué buscó a Eduardo Cabra como productor?

No soy consumidora habitual de la música de Calle 13, pero sí que hay un montón de canciones que me molan un montón. Y Calle 13 no sería lo que es sin Eduardo Cabra, porque René puede rapear todo lo que quiera, pero si no está todo ese envoltorio Pedí a Sony su contacto, le llamé y me fui a Puerto Rico para contarle el disco que quería a hacer. Me dijo que era fan de Chambao, que trabajaría conmigo y fue el elemento que necesitaba para arrancar las canciones nuevas. Curramos un montón en encuentros en Punta Paloma, Reno Estudios y Puerto Récord

¿Le da pena que la gente no sea consciente del trabajo que hay detrás de un disco?

Sí, por eso digo que estoy harta de hablar de mí y quiero hablar de las canciones del disco.

Pero en el disco está usted

¡No! ¡Tú te crees que yo me voy a exponer tanto! Podemos ver algunas esencias y pinceladas de la etapa en la que se encuentra la persona, pero no conocer a la persona. Yo no busco siendo artista, cantante o compositora que la gente que me conozca, quiero conozcan el arte de la música de Chambao.

¿Le apetece empezar la gira?

Mucho. Los conciertos me molan un montón, me permiten conocer lugares y gentes maravillosas. Y eso enriquece. Es una suerte seguir dedicándome a esto, desde componer a llevar las canciones al directo, porque en el camino aprendes mucho. Por eso digo que soy una curranta de la música, porque me gustan todos los procesos de la música.

¿Nunca ha tenido la tentación de dejarlo todo?

No, solo cuando tuve cáncer. Mi salud me requería al completo las 24 horas del día. Pero finalmente me libré, y ya de eso hace ya 11 años. Tras una década sales un poco del peligro ese de recaer. Toquemos madera, porque esto es una lotería, pero por ahora vamos bien.