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REGINA SOTORRÍO
Miércoles, 13 de julio 2016, 18:19
De León a Benavente se tarda unos cincuenta minutos por carretera; pero a ellos les ha costado 20 años llegar a ese destino. No se engañen por la etiqueta «revelación» que les acompaña desde que lanzaron el primer LP en 2013: Abraham Boba, Eduardo Baos, ... Luis Rodríguez y César Verdú son perros viejos en esto, «animales de escenario», dice Boba. Y se nota en su música y en su directo. León Benavente afronta su verano más intenso con conciertos cada fin de semana hasta octubre. Más de una vez tendrán que volver a cruzar ese tramo de carretera del que tomaron el nombre, pero ahora lo hacen como una de las bandas de indie rock más destacadas y afiladas del panorama nacional actual. Así el camino es más llevadero.
«Supongo que todo llega en el momento que tiene que llegar», afirma Abraham Boba, la voz del grupo; un tipo que canta, toca el teclado y hasta salta por el escenario si es necesario. Porque tienen aptitudes, pero también actitud en el directo. Cierto que no son 'número uno' de ventas, pero ellos ya se sienten triunfadores. «Llevamos muchos años intentando vivir de la música, que es una cosa utópica. Ahora que los hemos conseguido, esto es el éxito, vivir de lo que hacemos cada fin de semana. El resto no nos interesa mucho». Músicos habituales de Nacho Vegas, empezaron casi por «casualidad» a dar forma a canciones propias al finalizar una gira del cantautor. Cuestión de «necesidad» y de «inquietud», explica.
El resultado es una banda compacta con dos discos en el mercado (uno homónimo y '2') donde cuenta tanto la forma como el fondo. Guitarras y bajo eléctrico, sintetizadores, percusión y teclado construyen un sonido contundente con un ritmo muy marcado, de esos que hacen que no puedas evitar mover la cabeza y, en el mejor de los casos, el cuerpo entero. Es el envoltorio de una voz crítica e irónica, seña de identidad de León Benavente. «Esto y esto se vende () Qué miedo, qué miedo que tengo, aquí la cosa está que arde, por terrible que parezca no hemos tenido bastante», grita en 'La Ribera'. «Qué pasa en España, por qué nos corroe la envidia, a santo de qué tanta fiesta, por qué se intenta evitar todo lo que molesta», se pregunta en 'Gloria'. Mientras tanto, en 'Tipo D' aspira a ser «tu sucesor», «moderador de un debate semanal» y hasta Lady Di al tiempo que quiere «un cargo público» y «convencerte de que lo que está pasando es normal». ¿Pero realmente quiere un cargo público? «Estoy contento con mi vida de autónomo», responde Boba tajante.
Insiste Abraham Boba en que tan «válido» es indagar en las relaciones humanas a través de las canciones como reflejar la situación concreta de un país. Y ellos se han decantado aunque con excepciones- por la segunda opción. Su repertorio es una oscura crónica de la actualidad, una denuncia de la corrupción, del poder del dinero y de la pérdida de valores con un verso ácido y afilado. Así, con una «mezcla entre cotidianeidad y algo un poco más poético», León Benavente es capaz de convertir en un concepto pop las 'tarjetas black', los 'late night show' o incluso a los Bardem. «Buscamos utilizar las palabras adecuadas para que la canción esté pegada a la realidad, pero utilizamos también las palabras necesarias para que vaya más allá y sea una idea más universal. Son canciones que van a perdurar en el tiempo, los seres humanos cometemos siempre los mismos errores», señala el cantante y compositor. Pero Abraham Boba aclara: «No nos gustan las etiquetas de canción protesta o política porque reducen mucho el discurso del grupo, también hay canciones de amor y desamor». Que conste.
Con solo dos discos, León Benavente ya tiene una buena colección de himnos que rugen cada fin de semana en algún punto del país, frases que el público corea a voz en grito cuando Abraham Boba las suelta en directo. Desde ese «tengo la cara que me merezco, tengo el país que me merezco» ('Gloria') al «quiero convencerte de que lo que está sonando es un hit» ('Tipo D'). No tienen que esforzarse demasiado, ya estamos convencidos.
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