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Pilar González Ruiz
Sábado, 13 de agosto 2016, 07:58
Esta semana cumple 40 años subido a un escenario. Loquillo, actuará este domingo en el festival Rock en la Feria. Una fecha más en una larga gira con su último trabajo 'Viento del este' (2016) y un directo en el que no faltan sus clásicos. Hay un mito creado entorno a la figura del hombre de negro, su lengua afilada o su ego. En la distancia corta, José María Sanz es un gran conversador que habla de cultura, de evolución, de poesía y de presente y pasado mientras mira hacia un futuro que "acaba de comenzar".
- ¿Cómo va la gira de 'Viento del Este'?
- Tenemos esta semana cinco galas seguidas. Es como una Champions. Un 'tout de force' muy interesante que mide las posibilidades de la banda y el directo. Los repertorios se van adecuando a cada recinto, van cambiando.
- Eso implica mayor atención
- Nos ayuda a ser flexibles y a estar alerta. Hay mucho de actitud deportiva en lo que hacemos. No es fácil para nadie en este país hacer cinco galas seguidas, en distancias largas, manteniendo la tensión e intensidad. Es una buena prueba de lo que funciona y lo que no.
-También es una prueba haber agotado ya las entradas para el concierto de septiembre en Las Ventas
- Las Ventas es algo que nos llena de orgullo, pero el concierto tiene un componente distinto por el hecho de que nosotros vamos a disfrutar de la fiesta del público. Creo que nos va a sorprender porque es una quedada de fans de todo el país en un lugar mágico. El show va estar en las gradas. A veces uno tiene que salir con una mentalidad diferente y salir a disfrutar.
- ¿Cómo afronta una banda acostumbrada a funcionar en solitario el perfil multitudinario de los festivales?
- Debo decir que en un principio me molestaba porque no puedo hacer todo mi set. Si estás acostumbrado a tocar dos horas, una hora y diez empieza a ser una misera. Tienes que dejarlo cuando empiezas a estar caliente; es como un coitus interruptus. He aprendido a dosificar eso a pesar de salir al escenario sin dejar prisioneros.
- ¿No le convence el formato?
- Es una autentica competición. Ahí no tengo amigos, no conozco a nadie. Es mi mentalidad; entiendo lo que hago de otra manera. En este negocio no hay amigos, los cuchillos vuelan. Como lo sé desde hace mucho, lo único que me interesa es mi banda, mi show y dejar al público satisfecho.
Mercado e inspiración
- ¿ Es de los que ve en el ente de las discográficas un enemigo a batir?
- Es que esas posturas de que las multinacionales son malas, las radios no ponen rock, los empresarios no quieren rock and roll, me parecen muy infantiles. Es el peterpanismo que tiene aún muchos músicos de rock que incluso han pasado los 40. Si tienes 20 puedes odiar el mundo exterior pero a ciertas edades ya no tiene sentido. Puedes estar o no, dependiendo de cómo te hagas respetar tú. Yo me dedico a hacer canciones. Si tuviera que dedicarme a ser empresario perdería tiempo para ello. Esa línea es muy peligrosa. Una buena relación con una compañía que edite y el hecho de que te hagas respetar forma parte de la idiosincrasia del artista.
- Cuando uno lleva tantos años dedicado a una profesión; ¿surge la motivación de los mismos lugares o cambia la inspiración?
- Es muy importante no mantenerse aislado. Hay artistas con gran capacidad que viven en una burbuja, sin contacto con el mundo, que ni si quiera tienen una visión exterior. Eso a la larga se ve en el trabajo.
- No es su caso
- Yo no vivo en una casa de campo. Siempre he vivido en el centro de la ciudad en contacto con gente mucho más joven que yo. Mi banda la forman personas que van de los 32 a los 55. Eso me mantiene vivo. Afortunadamente no estoy en contacto con mucha gente de mi generación. No debes permitir jamás que la vida deje de sorprenderte. Con 55 años estoy en el momento más alto de mi trayectoria gracias a eso. Esta semana cumplo 40 años que me subí a un escenario.
- ¿Cómo se siente pensando en esa cifra?
- Es una vacilada. Supongo que he visto muchos árboles pasar. Muchos movimientos musicales que han ido y venido y artistas que se han quedado en el camino. Creo que la maleta la tengo bien atiborrada de éxitos y fracaso que hacen que un artista siga adelante.
- ¿Entre sus satisfacciones está haber grabado con Johnny Halliday? ('Cruzando el paraíso')
- Él es un ejemplo del desprecio que hay en España con la cultura y los artistas franceses. Es el artista más importante de Europa; vende más que los Rolling Stones o los Who, descubrió a Hendrix y la repercusión de su trabajo es nula. Sigue trabajando a día de hoy con la misma voluntad y la misma audacia y sigue creyendo en el poder del rock and roll. No entra en esa dejadez de vivir de lo que ha sido. Es un ejemplo de seguir manteniendo la tensión y lo que haces estando en primera línea. Solo Mick (Jagger) y yo seguimos en esto, me dijo en una ocasión.
- ¿Ese desprecio a la cultura tiene que verla con convertirla sólo en entretenimiento?
- En nuestro país los artistas somos una especie de pin pan pum. No importa nada, el desprecio hacia el que se sube a un escenario forma parte de la educación. Desde los tiempos de 'El lazarillo de Tormes'. En Francia es impensable ver un disco en el suelo.
- Pero el problema va más allá de la piratería, aunque sea una cuestión principal, ¿no cree?
- Cuando hablo de cultura no pienso solo en la música sino también en la conservación del patrimonio histórico, por ejemplo. Hay monumentos que se caen a trozos. Hablo de los escritors que tienen que elegir entre cobrar la pensión o sus derechos de autor. O del castellano y un valor que no sabemos gestionar. Mientras no se corrija todo este error que arrastramos desde la Transición no hay nada que hacer. La cultura es para una élite. Vamos a la cola de Europa.
- ¿Siente que es una lucha contra molinos?
- Yo estoy acostumbrado a ello. Sé cual es mi territorio. No me considero en absoluto quijotesco. Pero tengo muy claro que para defender una situación tienes que combatir. Para mí la vida es un combate desde el principio. Voy a por el objetivo. No espero. Si no, estaría como el 98% de los músicos que se dedican a tocar en festivales revival. Ese papel no lo quise nunca. Estoy donde tengo que estar. Hay que saber navegar entre marejada y mar de fondo que es lo peor, bajo mi punto de vista.
Referente y personaje
- ¿Se siente un referente?
- Es difícil sentirse un referente pero soy consciente, que ya es mucho. Tampoco voy a pecar de falsa modestia. Puede gustar más o menos lo que hago. Me muevo en una línea muy fina que puede ir del rock salvaje a la poesía contemporánea. No todo el publico lo entiende igual. El que me entienda bien y el que no, lo siento mucho. Si pudiera me gustaría ser un ejemplo de constancia y de trabajo.
- ¿El esfuerzo tiene recompensa?
- No creo que haya ningún artista de mi edad que haya conseguido ser numero 1 dos veces en año. Es una pena. Bob Dylan o Neil Young en otros países son valorados de otro modo. Haber roto ese muro me llena de orgullo.
- Sin embargo, el método actual parte de la inmediatez en todos los ámbitos
- Es como cuando tienes 25 años y tienes muchas ganas de tener pasado y te dedicas a copiar. Como en el flamenco o en el blues, mejor cuando más mayor eres; más puedes contar. El rock se ha entendido siempre como algo adolescente. Me quedo con tratar de dar ejemplo de constancia y el sentido de la sorpresa.
- ¿Ha creado un personaje alrededor de la figura de Loquillo o es indivisible de la persona que hay detrás?
- Que el personaje existe es real. Yo decía hace tiempo que no había diferencia pero en estos últimos temas veo que tengo posibilidad de ejercer de personaje de forma importante. La intensidad que encuentro ahora al salir a un escenario es más potente de lo que había sentido nunca. Es la primera vez que consigo unir a un personaje que sale a hacer rock y a recitar a Luis Alberto de Cuenca o Gil de Biedma. El guión se parece mucho a lo que hago en teatro. La puesta en escena tiene mucho que ver, es la historia de mi vida a través del repertorio. Es la primera vez que José María Sanz dirige a Loquillo.
- Dice en su último tema ('El final de los días') que pregunta a los clásicos.¿Es algo que hace habitualmente?
- Siempre, pero no es a Elvis. Pregunto a Séneca. Soy muy estoico. ¿Qué hago con mi instinto suicida?. Los clásicos griegos y grecorromanos son mi escuela. Es una excelente canción que inicialmente le envié a Leiva pensando en que le podía interesar pero luego la escuché y me la quedé.
- El videoclip lo ha dirigido Leticia Dolera haciendo casi un cortometraje
- Leticia Dolera será una de las grandes directoras de cine español. Esa canción encaja con la sensibilidad de su cine. Fue un golpe de la mesa muy importante. Estamos muy contentos con su trabajo que ha superado las 100.000 visualizaciones en dos semanas.
- Y vemos a un Loquillo más joven (su hijo Cayo aparece en el videoclip)
- (Ríe) ¿Quién mejor que mi hijo para hacer el papel?
- ¿Está satisfecho con el camino recorrido?
- Creo que el trabajo que empezamos a realizar en 'Balmoral', que fue después de la separación de Los Trogloditas, había marcado este camino. Han pasado unos 10 años. Después de ser telonero de los Who, algo que solo he hecho yo, se planteó exactamente lo que está ocurriendo. El trabajo ha sido el adecuado encontrando el equilibrio necesario con (José) Lapuente y (Igor) Pascual. Después de haber hecho la travesía del desierto hemos llegado al punto de partida donde queríamos estar. Ahora empieza lo bueno.
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Ana del Castillo
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