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Joe Lovano y Chucho Valdés.
Chucho Valdés y Joe Lovano, el jazz sin límites

Chucho Valdés y Joe Lovano, el jazz sin límites

Cada uno por separado es un maestro en su estilo. Juntos, el pianista cubano y el saxofonista americano forman un combo que explora nuevos caminos entre los sonidos afrocubanos y post-bop

REGINA SOTORRÍO

Martes, 11 de octubre 2016, 12:49

Cumplió 75 años el domingo pasado y sopló las velas sentado al piano. Lo normal en su caso. Entre octubre y noviembre, Chucho Valdés (Quivicán, 1941) ofrecerá casi treinta conciertos en Francia, Inglaterra, Alemania, EE UU y España (14 de octubre en Gijón, 24 de octubre en Barcelona y 25 de octubre en Málaga). Una agenda frenética que solo se mantiene cuando lo que se hace se disfruta. Y en este caso, además, con un aliciente extra: el pianista cubano tendrá como compañero de escenario al saxofonista norteamericano Joe Lovano (Cleveland, 1952). Dos músicos avalados por el Grammy -entre infinidad de otros reconocimientos- que firman un jazz a la vanguardia, sin límites.

«Es que me emociono, me emociono y me vuelvo loco», dice el músico cubano a sus compañeros de quinteto en el ensayo previo a su nueva gira internacional. Lo que él llama 'locura' son improvisaciones rápidas, ágiles, donde el pianista toma la base de un tema para darle la vuelta a su antojo. Son dos manos las que tocan, pero parecen cuatro. A su lado, marca el compás con la cabeza Joe Lovano, con el saxo preparado para entrar en el momento justo y completar la explosión de sonido.

La escena sucede en la escuela de música de una localidad malagueña, Alhaurín de la Torre, cerca del pueblo donde Chucho Valdés fijó su residencia hace seis años, cuando se trasladó a Málaga para estar cerca de su padre Bebo. Es el primero de los dos únicos días que dedicarán a preparar el repertorio antes de coger un avión rumbo a Francia. Pero no necesitan más, parece que llevaran años tocando juntos. «Se trata de escucharnos y encontrarnos el uno al otro para crear una nueva música a través de la combinación de dos personas», detalla Lovano. La magia del jazz. Y además, «hay muy buena conexión», coinciden ambos.

El jazz afrocubano de Chucho Valdés se une aquí al post-bop y hard-bop de Joe Lovano. «¡Esto es cu-bop!», exclama Gastón Joya, el contrabajista del quinteto. Lo mismo afrontan 'The Streets of Naples', un tema incluido en el disco de Lovano inspirado en el tenor Enrico Caruso ('Viva Caruso'), que aceleran el ritmo impulsado por las congas, la batería y el contrabajo en 'Abdel', una pieza de Chucho Valdés incluido en su álbum 'Border-free'. De nuevo, sin fronteras.

Los dos conocen de sobra todos los registros del género. Joe Lovano ha tocado junto a Machito y Mario Bauzá, «el padre del latin afrocuban jazz», apostilla Chucho. Él, por su parte, ha compartido tablas con reconocidos jazzistas americanos como Wynton Marsalis y Herbie Hancock. «Es la misma cosa, pero ahora unida con las mejores experiencias de cada uno, y por eso salen cosas nuevas», explica el pianista. En definitiva, «esta pasión de crear música dentro de la música es de lo que se trata el jazz», afirma el saxofonista.

Valdés y Lovano se reencuentran doce años después de un tour con el que recorrieron Estados Unidos en 2003. «Fue algo buenísimo», recuerda el pianista. «Fantástico», añade el saxofonista. Se quedaron con ganas de más y ahora repiten con nuevo repertorio y nueva formación. De la banda del cubano, Gastón Joya ataca el contrabajo y Yaroldy Abreu le pega a las congas. La batería es cosa de Francisco Mela, acompañante habitual de Lovano y de McCoy Tyner. «Y llevo 20 años esperando este momento. ¡Gracias Chucho!», exclama Mela.

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