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Óscar Cubillo
Miércoles, 7 de diciembre 2016, 17:56
Personas afables y músicos todoterreno son los vizcaínos Eduardo Basterra, alias Baxter, y Daniel Merino, alias Dani. El primero es bilbaíno y el segundo getxotarra. Ambos tocan varios instrumentos, se pluriemplean en multitud de grupos, y no es raro verles dando bolos con entrada libre ... en bares de pequeño o de gran aforo. En ocasiones hasta con la acera del garito les basta para animar al personal y alegrar la calle entera.
Preguntamos a ambos por esta faceta ímproba de la escena local, para la cual se deben sincronizar horarios y hojas de ruta de muchas personas, no sólo de los otros músicos que tocan con ellos. Y esto nos cuentan el veterano Basterra y el ya asentado Merino, que advierten: «Hace diez años cobrábamos el doble».
- ¿En qué grupos tocáis actualmente?
Edu Basterra: Sobre todo en Los Jalapeños de la Frontera. A veces en solitario, y otras con el Baxter Trío o en pareja con Ana Bejerano. En estos dos últimos el repertorio es de versiones.
Dani Merino: Ahora toco en Dead Bronco, Smile, Costa Oeste, Five Direction y en otras cosas esporádicas.
- ¿Por qué se organizan conciertos gratis en los bares?
Merino: Supongo que porque el dueño es amante de la música y quiere ofrecer un extra a los clientes en su bar. No creo que ellos ganen demasiado dinero con la mayoría de los conciertos.
Basterra: Son gratis porque no cobran entrada, pero yo a los bares a los que voy a trabajar, voy cobrando. Es que la gente se resiste a pagar por ver un bolo en un local al que habitualmente entra gratis. Bajo mi punto de vista, esta es una de las cosas que deberían cambiar. Supongo que en algunos sitios te cobran un poco más en cada consumición. En otros locales lo de organizar conciertos gratuitos es una iniciativa del propio hostelero para atraer clientela.
- ¿Es un buen circuito para los músicos? ¿El público hace caso a la música?
Basterra: Sí es un buen circuito. Complementa a las salas de conciertos. El público unas veces se muestra atento y respetuoso, y otras no tanto. ¡O todo lo contrario!
Merino: Bueno, yo ahora toco sólo versiones, mayormente, con lo que me trae sin cuidado que hagan caso o no. La gente va más a divertirse que a escuchar, creo yo.
- ¿Son bolos bien pagados o depende del local?
Basterra: No creo que estén bien pagados. Hace diez años cobrábamos el doble. Lo que pagan depende de la gente que entre, de si el local es de un barrio o del centro, y del entusiasmo que ponga el responsable del local. Normalmente te encuentras con gente que quiere programar y que afronta un esfuerzo económico para poder pagarte.
Merino: En general están mal pagados, dado que ellos tampoco ganan mucho dinero. No obstante, nosotros adaptamos el formato de cada grupo en función de lo que se abone.
- En Barcelona y Madrid hay quien vive de bolos en bares y cositas sueltas. El guitarrista Tonky de la Peña y muchos otros bluesmen madrileños, por ejemplo. ¿En Bilbao, en Euskadi se podría lograr la profesionalización?
Basterra: Yo creo que sí, dependiendo de qué tipo de vida lleves. Yo tengo familia, y con lo de los bares no es suficiente. Debo recurrir a las clases y a la música por encargo.
Merino: Aquí es más fácil que en Madrid o Barcelona. Aquí, aunque no se paga demasiado, siempre se paga algo. En Madrid casi siempre los grupos cobran lo de la taquilla, con lo cual se arriesgan a que no vaya nadie.
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