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Regina Sotorrío
Lunes, 16 de enero 2017, 20:13
La arrogancia les mantiene vivos, la 'cagaron' hace unos años, les ha molestado muchísimo que Raphael no haya pensado en ellos para su último disco (con temas inéditos de jóvenes compositores) y durante un tiempo se sintieron «el peor grupo del mundo». No son dardos ... envenenados lanzados hacia Sidonie por un contrario en la escena musical. Lo dicen ellos mismos. En una dictadura de lo políticamente correcto y del 'todo va bien' mientras el mundo se derrumba, ellos dicen y hacen lo que «les da la gana». Y eso siempre se agradece.
Marc Ros, la voz de Sidonie, no se anda por las ramas al hablar de la banda -«llevamos casi 20 años luchando contra todo y contra todos»-, de los festivales -«que la gente también recuerde que los grupos estamos tocando en tu ciudad en una sala pequeña»- y del manido enfrentamiento de lo indie frente a lo comercial -«Sidonie forma parte de esa avanzadilla de grupos que estaban en un circuito más alternativo y han salido de esa cueva»-. No obvia que hay envidias entre colegas -«y quien diga lo contrario, miente como un bellaco»- y declara su amor incondicional por la música pop. Lo hace abiertamente junto a Jesús Senra y Axel Pi en 'El peor grupo del mundo', un disco donde dejan de cantar a la exnovia de turno para centrarse en el género que más ha marcado sus carreras.
No se andan con rodeos en el título del disco, 'El peor grupo del mundo'. ¿El primer paso es reconocerlo?
El primer paso es reconocer lo que nos ha llegado a influenciar esta música, esta cosa que se llama pop, y a la que de forma egoísta siempre habíamos evitado dedicar una canción o un disco porque siempre estaba pensando en mis exnovias, novias o lo que sea. Era el momento de hacerlo, porque siempre ha estado ahí. El título, más allá de la cosa provocativa, era un comentario acerca de la historia de la música pop y de lo difícil que es para un grupo empezar con todo esto.
Se había cansado de cantar al amor y era el momento de cantar a la música.
Bueno, uno no se cansa nunca de cantarle al amor. Este es, de hecho, un disco de amor dedicado a esa música, de la que estoy enamorado.
En realidad, lo suyo con el pop es una historia de amor odio.
(Risas) Mucho más amor que odio, pero a veces sí que he sentido que la odiaba. Es como en la película 'Alta fidelidad', donde el protagonista tenía una diputa consigo mismo: 'Estoy triste porque escucho música pop o porque estoy triste escucho música pop'. No sé quién es la culpable, pero está ahí.
¿Y dónde se ha quedado la electrónica?
La electrónica siempre estará. Lo importante es que sobreviva la canción, da igual cómo la vistas, con guitarras o electrónica. Me gusta pensar que cada disco de Sidonie suena de una manera diferente y que nuestro objetivo primordial es encontrar la canción preciosa de pop.
La historia de Sidonie demuestra lo importante que es confiar en uno mismo cuando a veces todo está en contra, porque al principio no lo tuvieron fácil. Pero, ¿el exceso de confianza no es también un riesgo?
En nuestro caso no lo fue. Volviendo al título, es que nosotros nos sentíamos el peor grupo del mundo, porque nos lo dijeron. Nos sentíamos así por momentos, pero cuando estábamos juntos nos decíamos a nosotros mismos que éramos los mejores. Y esa arrogancia es lo que al fin y al cabo nos ha ayudado a sobrevivir y a que llevemos casi 20 años luchando contra todo y contra todos. Ese punto de arrogancia la debe tener cualquier persona que se suba a un escenario.
Siempre se habla del ego en términos negativos, pero sin él es difícil enfrentarse al público.
Claro. La primera vez que te empujan a un escenario dices: '¿pero si yo no soy así?, yo soy un cobarde y súper tímido', pero te creces. Porque te has juntado con una gente que cree en ti y en los que tú crees, y decides tirar para adelante y que sea lo que Dios quiera Y hasta hoy.
Han sido nominados a los premios de los 40 Principales y alguna vez ha confesado que le gustaría tener una canción del verano. Eso no suena muy indie ¿les gustaría ser considerado un grupo comercial?
La palabra indie a veces te limita a hacer ciertas cosas y a mí me gustaría hacer de todo en la música. Me gustaría hacer una canción del verano y también un disco lleno de acoples y ruidos. No me quiero limitar a que la gente me diga que soy comercial o indie, somos Sidonie y podemos hacer lo que nos dé la gana. En los tiempos que nos ha tocado vivir durante mucho tiempo eso ha sido imposible, pero ahora parece que entre unos y otros se está abriendo y eso nos beneficia no solo a los grupos sino a la gente que escucha esa música. Quien escucha los 40 Principales tiene derecho a escuchar todo, y una persona que escucha Radio 3 también.
¿Les aburre ya esa lucha entre lo alternativo y el 'mainstream'?
Es muy típico de aquí, de España, el país de las envidias. Si tú eres de estos, solo puedes hacer esto. No sé cómo será en otros países, pero aquí es una lucha insana, que ya empieza a oler bastante mal. Así que me alegro de que las cosas estén cambiando y que Sidonie forme parte de esta avanzadilla de grupos que estaban en un circuito más alternativo y han salido de esa cueva.
Hay quien dice que los festivales han perdido su esencia y se han convertido en puro 'postureo'. ¿Qué opina? ¿Son una moda pasajera?
No, es un fenómeno que está dando que hablar en España, pero festivales se han hecho toda la vida, desde los 60 hasta ahora. Y si alguien lo quiere ver como postureo La gente tiene ganas de divertirse y el objetivo no es solo escuchar música, son otras muchas cosas. Y a mí me parece muy respetable que la gente ahorre su dinerillo para ir a un festival porque tiene ganas de juntarse con los amigos, de emborracharse, de follar, de escuchar música Es un 'pack' que ahora mismo es imbatible. A mí me gustaría que eso se mantuviera, pero también que la gente recordara que los grupos estamos tocando en tu ciudad en una sala pequeña. Para que sientas lo que es Sidonie, tienes que vivir esa experiencia. Con Sidonie y con cualquier grupo. Eso no se tiene que perder, pueden convivir las dos cosas.
Esa ironía de la que hacen gala en sus letras, ¿les ha causado alguna enemistad?
No. Yo creo que, en los tiempos que corren, uno no puede escribir de otra manera que no sea con ironía. El humor siempre es necesario. A nosotros nos han atacado por todos lados, estamos acostumbrados. Creo que es también una de las cosas buenas que tiene Sidonie, que al menos provoca algo, provoca que tú escribas en una red social y nos digas si te gusta o no te gusta.
¿Es simple ironía y humor o también hay envidia?
Los grupos son muy envidiosos y muy celosos, y quien te diga lo contrario miente como un bellaco (risas). Hay una mezcla de emociones, porque por un lado te alegras mucho de los éxitos de tus compañeros de generación, pero piensas '¡hostia!, es que en realdad, me gustaría haber escrito yo esa canción'. Siempre estás en esa lucha, en esa dicotomía. Y creo que es sano, porque hace que tú crezcas, que eso te estimule. Que tus amigos saquen buenos discos hace que tú quieras hacerlo mejor.
Por ejemplo, ¿les ha molestado que Raphael no les haya llamado para su disco y sí haya contado con Izal e Iván Ferreiro, entre otros?
(Risas) Pues muchísimo. Estaba abatido porque además estaba con Dani Martín e Iván Ferreiro, que me estaban enseñando las canciones de este disco en el que ellos colaboran, y pensaba: '¡hostias!, me estoy muriendo de envidia'. Admiro muchísimo a Raphael y me hubiera gustado participar. Pero al menos, están mis amigos, que eso es lo bueno.
Esos fallos que reconocen que tenían al empezar, ¿lo ven en los grupos jóvenes? ¿qué echan en falta?
Nada, los grupos de las nuevas generaciones, que ahora tienen 20 años menos que yo, tienen la misma fuerza para subir al escenario y grabar discos que yo tenía, esa misma energía y esa misma rabia. Lo bueno es que yo la desconozco, no sé de qué va, ni a dónde pretenden ir. Ellos tienen un secreto, el secreto de la juventud, que nunca sabes por dónde te van a salir y eso es muy atractivo.
La juventud es el momento de arriesgar y de equivocarse.
Claro, es una cosa por la que nosotros hemos luchado para no perder, a pesar de que hemos madurado. Pero mira, yo estoy súper orgulloso de los errores que hemos cometido hace dos, tres, cuatro años. Yo creo que esos errores nos han llevado a donde estamos ahora, en un momento muy dulce, y es parte de ese espíritu que teníamos hace 20 años, el atrevimiento a poder cagarla.
¿En qué cree que la 'cagaron'?
Por un momento, tú escuchabas Sidonie y nunca sabías dónde estabas pisando. Porque veníamos de un disco como 'El incendio', que comercialmente nos fue muy bien y fue muy popular, y después contra todo pronóstico, ni yo mismo lo sé, apostamos por otro tipo de lenguaje y aparecimos con 'Fluido García', que era lo totalmente opuesto. Así que ahora me alegro de haber pasado por todo esto, pero hubo momentos en los que yo me espanté (risas).
Como dijo antes, son Sidonie y pueden hacer lo que quieran
Claro. Si no fuera así, no podríamos dormir tranquilos por las noches. Me estaría engañando a mí mismo si repito la fórmula porque mi anterior disco fue un éxito. Ante todo soy fan de la música y a mí me resultaría muy molesto que mi admirado David Bowie se hubiera repetido disco a disco.
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