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jose carlos rojo
Miércoles, 1 de febrero 2017, 18:25
La gente paga por reencontrarse con su pasado. Es una cuestión de nostalgia. Lo saben los diseñadores de moda, los productores de cine, los creadores de videojuegos y hasta los músicos. Nadie entiende de otro modo que las voces de antaño llenen los ... escenarios españoles con más éxito que las actuales.
Las llamadas bandas revival, expertas en resucitar viejos mitos, suman fans a un ritmo de vértigo. Abba, Queen, Rolling Stones, The Beatles, U2, Elvis Presley, Bob Marley o Dire Straits tienen su réplica española. Igual que Extremoduro, El último de la fila, Mecano, Joaquín Sabina o Fito&Fitipaldis.
«Hay gente que no ve bien lo que hacemos pero es que a veces cuesta entender la esencia de nuestro trabajo. Somos ficción, actores sobre el escenario. Igual que alguien va al cine y se cree la historia narrada por unos actores, nosotros trasladamos al público la ficción de un espectáculo de calidad», se justifica Oscar Rosende, alter ego de Mark Knopfler y líder de Brothers in band, la agrupación gallega que viaja por Europa con un show revival de Dire Straits para recrear cada detalle de esos directos.
«Tengo nueve guitarras que son réplicas exactas de las que usaba Knopfler. El sistema de sonido es exactamente el mismo. Y nuestro esfuerzo es procurar que todo sea igual a lo que la gente escuchaba cuando iba a los conciertos originales en los ochenta», explica Rosende, que vuelve a Santander el próximo día 5 de marzo (Palacio de Festivales).
El calco sobre el escenario es harto complicado. Los oídos de los fans han interiorizado cada rasgo musical de los discos. Incluso los errores de la grabación han pasado a formar parte de la leyenda; por eso es tan difícil alcanzar una reproducción exacta. Y por eso, también, algunos de estos 'imitadores' se conceden pequeñas licencias. «Cuando salgo al escenario no me obsesiono por hacer una copia exacta de Fito. Cojo sus canciones y las hago mías, aporto lo que puedo de mi personalidad», aclara Juan Manuel Sánchez, cara visible de 'Hubber: Fitoterapia', la banda cántabra nacida en 2015 para homenajear al artista vasco.
«Sí que es lógico mantener el espíritu de rock&roll; pero luego, sobre esa base, hacemos un poco lo que queremos», constata Sánchez, defensor del diálogo que debe mantener la magia entre el artista y el público. «Por mucho que Fito sea nuestro referente, nuestro artista fetiche; por mucho que cantemos sus canciones, dejaré de subir a un escenario si no tengo nada que decir. No se puede actuar fingiendo, hay que sentirlo», defiende.
Ha hecho de la calidad y la economía su sello diferencial. «La ventaja que tenemos nosotros es que Fito nunca va a poder acudir a un concierto en una sala pequeña. Y tampoco podrá cobrar solo 10 euros por entrada. Nosotros ofrecemos un directo de buena música que es más asequible en todos los sentidos», remarca Sánchez; pero no todo el mundo piensa igual.
Para el caso de los grupos extintos, especialmente aquellos con artistas fallecidos, el revival es la única posibilidad de reencontrarse con esos directos, incluso de descubrirlos. «Esa debería ser la filosofía de las bandas tributo, que pudieran recuperar directos que ya son imposibles de escuchar porque el artista, por ejemplo, ha muerto. No estoy muy de acuerdo con esas bandas que homenajean a cantantes de hoy, porque además eso hace daño a los grupos locales, que al final terminan por encontrar menos recorrido para desarrollarse», denuncia Íñigo Crespo, uno de los integrantes de Sun Of Cash, como ellos definen «la primera banda tributo española al espíritu de Johnny Cash; rock and roll e inconformismo».
«Todo esto está de moda. Pasa como con los coches tuneados y las tendencias tipo 'American graffiti'. La moda es un asunto de mercado y la gente encuentra en esto un modo de vida", completa Crespo, que se detiene con esmero en el matiz: No tiene nada que ver una banda revival con una banda homenaje». «Nosotros no queremos ser una imitación perfecta de Jonny Cash, más bien intentamos rendirle un homenaje tocando su música pero con nuestra personalidad».
Unos y otros ven cómo su agenda crece. Algunos tocan por locales y bares en Cantabria, otros se extienden al territorio nacional y en el mejor de los casos el circuito llega a ser europeo. Pero a la postre todos esos públicos comparten el mismo anhelo, volver a escuchar el pasado.
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