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césar campoy
Miércoles, 22 de febrero 2017, 11:21
Muchas son las voces que marcan el bautismo oficial de la conocida como 'Movida madrileña' el 9 de febrero de 1980. Aquel día, el salón de actos de la Escuela de Ingenieros de Caminos de la Universidad Politécnica de Madrid albergó un concierto en homenaje ... al compositor y batería José Enrique Cano 'Canito', fallecido en accidente de tráfico nada más iniciarse aquel año. Junto a los tres hermanos Urquijo (Álvaro, Enrique y Javier), Canito formó, a finales de los 70 del siglo pasado, Tos, una banda influida por el pop estadounidense de finales de los 60, y en cuyo seno comenzaron a gestarse temas propios como 'Déjame', así como vistosas adaptaciones como la de 'Sobre un vidrio mojado', original de los uruguayos Kano y Los Bulldogs.
Tras aquella trágica muerte, los Urquijo y un grupo de amigos decidieron rendir tributo a su compañero. El acto, de esta manera, contó con la connivencia de un puñado de adolescentes que, por aquel entonces, comenzaba a hacer música: los propios Tos, Nacha Pop, Alaska y los Pegamoides, Paraíso, Mamá, Los Bólidos, Trastos, Mario Tenia y Los Solitarios, y Mermelada. Además, el evento contó con la connivencia total (algo prácticamente impensable hoy en día) de varias emisoras como Radio Nacional de España, así como de la cadena pública TVE.
Inmediatamente después, los hermanos Urquijo decidían seguir adelante con aquel proyecto musical, eso sí, bajo otra marca, y con un nuevo batería (Pedro Antonio Díaz, fallecido, también en un accidente de circulación, en 1984). Nacía, así, Los Secretos, una de las bandas de pop más conocidas de la historia de la música hispana. Apenas sin perder el tiempo, y en plena fiebre por parte de las discográficas por atar a aquellos jóvenes artistas, el cuarteto ficha por Polydor, y entra en los estudios Eurosonic de Madrid, para grabar un epé de cuatro temas compuesto, nada más y nada menos, que por 'Déjame', 'Niño mimado', 'Sobre un vidrio mojado' y 'Loca por mí' (todos ellos, menos la última, formarán parte del inminente elepé). En un tiempo récord, las 5.000 copias editadas desaparecen de las tiendas de discos. Evidentemente, era el momento ideal de editar un larga duración que consiguiera brindar, a un público mayor, aquella depurada manera de afrontar el pop a partir de veloces baterías, armonías de ensueño y guitarras luminosas.
Así pues, Enrique (bajo y voz), Álvaro (guitarras y voz), Javier (guitarras y voz) y Pedro (batería y voz), retornan a los Eurosonic, vuelven a tirar de la producción de Juan Luis Izaguirre (ayudado en la mesa por Mike Cooper), se marcan una mítica portada (en blanco y negro), y, demostrando su condición de, pese a su juventud, músicos con personalidad, consiguen juntar y arreglar una dignísima colección de temas que convierten, este disco, en uno de los debuts más inspirados que ha dado la música en español. En él, Enrique, Álvaro y Pedro se reparten la autoría de unas composiciones, entre las cuales sigue figurando la adaptación del éxito de Kano y Los Bulldogs, así como una pieza de Canito.
'Los Secretos' es un disco que entra a la primera, enérgico en su ejecución, pero aderezado de melancolía. Un trabajo acelerado, en el cual las guitarras deslumbran, la sección rítmica palpita con fuerza y las voces emocionan. De esta manera, 'Ojos de perdida' (Enrique Urquijo) nos abofetea con su impertinencia, y da paso a una 'Qué puedo hacer yo' (Pedro A. Díaz y Álvaro Urquijo) cantada por el propio Pedro, que apenas permite respirar al oyente. En su línea continúa 'Me siento mejor' (Enrique Urquijo), una muestra inmejorable del nivel alcanzado por Enrique con el bajo y Álvaro con la guitarra de 12 cuerdas. Baja la velocidad, pero se incrementa el sentimiento en una 'No supe qué decir' (Pedro A. Díaz y Enrique y Álvaro Urquijo), a la que siguen la melosa 'Me aburro' (José E. Cano) y una 'Niño mimado' (Pedro A. Díaz y Enrique Urquijo) que cierra la cara A del disco.
Curiosamente, el lado opuesto del vinilo incluye dos de los bombazos de la criatura. De hecho, se abre con la celebérrima 'Déjame' (Enrique Urquijo), una verdadera lección de composición emocionante, y un 'hit' de libro. Mantiene el nivel 'Fuertes emociones' (Pedro A. Díaz y Álvaro Urquijo), la romántica 'Otra tarde' (Enrique Urquijo y José E. Cano) sigue manteniendo viva la llama de las transiciones sentidas, y 'Se fue como llegó' (Pedro A. Díaz y Enrique Urquijo) enseña el camino de una recta final de altura, a partir de una 'No me digas nada' (Pedro A. Díaz y Enrique Urquijo) en la que las guitarras alcanzan uno de sus techos, y, sobre todo, una 'Sobre un vidrio mojado' (Kano/Pierpaoli) revisitada con una elegancia y estilo inmejorables. Todo (batería, bajo, voces, pinceladas y arreglos guitarreros) se conjuga para crear una verdadera pieza de pop mágico.
Posiblemente, 'Los Secretos' vio la luz justo en el momento en que debió verla. El caso es que, aquella mezcla de melancolía y estribillos brillantes convencieron tanto al personal que, inmediatamente, temas como 'Déjame' o 'Sobre un vidrio mojado' adquirieron la condición de eternos, con lo cual Polydor invitó al combo a seguir brindando éxitos sin descanso. De esta manera, en 1982 ve la luz 'Todo sigue igual' y, un año más tarde, 'Algo más'. En las décadas posteriores, vía Twins y Dro (y tras diversos cambios en su formación), el grupo siguió editando elepés y produciendo temas tan populares como 'Quiero beber hasta perder el control', 'Pero a tu lado', La calle del olvido', 'Soy como dos' u 'Ojos de gata', a partir de estilos que, desde el pop, han coqueteado con el country. El fallecimiento de Enrique Urquijo, el 17 de noviembre de 1999, paradójicamente, sirvió para que la banda tomara impulso y volviera a gozar del favor popular. Su trayecto, repleto de altibajos, se extiende, de hecho, hasta hoy en día.
Curiosamente, se podría decir que Los Secretos nacieron en aquel pistoletazo oficial que dio a conocer, a nivel general, a la 'Movida madrileña'. No obstante, ni ellos, ni muchos de los artistas que formaron parte de ella consideraron que la banda de los Urquijo fuera determinante en el devenir del movimiento musical, sino que desarrolló su estilo y filosofía, alejado de él. De cualquier manera, tanto el grupo como algunos de sus temas, forman parte, ineludible, de la banda sonora de los años 80 del siglo pasado.
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