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Silvia Cantera
Miércoles, 3 de mayo 2017, 16:22
Han pasado veinte años desde que en todas las radios se escuchaba a Pau Donés asegurando que «por un beso de la Flaca daría lo que fuera». Ese flechazo con una joven de «40 kilos de salsa» que dormía de día para engañar al hambre ... fue el primer éxito de Jarabe de Palo. Donés aún no sabía que dos décadas después el grupo iba a seguir activo, cargado de vitalidad y con material suficiente como para hacer un recopilatorio muy especial. Ha regrabado sus canciones más conocidas en un formato acústico. El músico catalán, que ha cumplido '50 palos', está inmerso en una gira con citas nacionales e internacionales. Este jueves actúa en Bilbao, donde ha agotado las entradas. Promete un show íntimo, en el que poder sincerarse con el público. El cáncer no le ha parado: «Pienso en mi enfermedad solo cinco minutos al día».
¿Cómo afronta la gira?
Con muchas ganas e ilusión. Es la celebración de mi 50 cumpleaños, de 20 años de Jarabe, tenemos un proyecto chulísimo entre las manos que está funcionando muy bien, con lo cual, se avecina un año de muchísimos conciertos. ¿Qué hay más importante para un músico que componer canciones? Pues tocarlas por ahí. Y en cuanto al cáncer, soy como un niño al que le dicen que se va a ir a Disneylandia y cada día durante dos horas podrá subirse a la atracción que más le guste. Y a mí eso me pasa, pero no un fin de semana sino cada vez que toco. Físicamente estoy bastante bien, acabo la quimio a finales de mes, por lo que aún estaré mejor y siento muchas ganas e ilusión. Además este es un aspecto que se retroalimenta. Cuanto mejor estés de coco, mejor estarás de lo otro.
El disco, compuesto por versiones de sus propios temas y con una canción nueva, es acústico, con un toque íntimo. ¿Los conciertos irán en esa línea?
Hemos preparado un show superchulo. Muy emocionante. Hay mucho espacio para el matiz, los detalles, los instrumentos Y aparte de tocar las canciones tengo ganas de compartir otras cosas.
¿Ha sufrido la crisis de los 50?
No la he tenido. Nunca he tenido las crisis cuando tocan. Y crisis personales tampoco he tenido muchas. Más bien he tenido alguna por la música. Con la piratería, cuando en la radio empezaron a poner solo música mainstream de un tamiz bastante mediocre... Ahí tuve mis crisis e incluso estuve a punto de dejarlo. Pero hostia, tuvimos la oportunidad de empezar a viajar a Estados Unidos, de empezar de nuevo, de tocar en sitios en los que habían estado bandas míticas para mí como los Red Hot Chili Peper, Green Day Alquilamos una furgoneta y volví a coger ilusión y vamos, que aquí estamos.
Tener «una memoria selectiva muy potente» le ha permitido dejar atrás malas épocas, aunque no niega que el amor le ha hecho sufrir. Eso sí, el resultado ha sido interesante. Los desengaños han inspirado temas como 'La Flaca', 'El Lado Oscuro', 'Déjame Vivir'... «Así que tampoco me ha venido tan mal sentirme de esa forma», asegura Donés.
A veces, una ruptura acaba en un gran disco. «Cada uno tiene su manera de expresar los sentimientos y los músicos somos afortunados porque podemos hacerlo a través de la música», reconoce. Sirve como terapia. «Es el mejor psicólogo que podrías tener. Y si además provocas que alguien sienta alivio o bienestar, eso ya es cojonudo», explica con una sonrisa.
El disco '50 palos' es un recopilatorio de los 20 años de trayectoria de Jarabe de Palo. ¿Le han venido muchos recuerdos de sus inicios al volver a grabar los temas?
No, no soy mucho de mirar al pasado. Ni siquiera al futuro. Es más, para mí el futuro no existe, es una ilusión. Es como una alucinación en el desierto. Para mí lo que cuenta es el ahora. Me interesaba más pensar en cómo íbamos a reversionar las canciones con piano y voz. Aunque conservaba melodías y letras, las percibí como canciones nuevas.
¿Le gusta cómo han envejecido las canciones?
Hay alguna que me gusta mucho más ahora. Con 'No te duermas' pienso '¿por qué cojones no la grabé solo con piano y voz?'. Ahora es una preciosidad. A veces escuchas a alguien versionar un tema tuyo y te preguntas, '¿por qué no se me ocurrió a mí?'. Pero si las canciones emocionan, al final, el arreglo es lo que menos cuenta.
No parece que sea de hacer muchos balances...
Me has pillado. Toda la vida he sido muy de vivir el presente, de aplicarme el carpe diem. Aunque una cosa es la teoría y otra la práctica. Hay una frase que me encanta que dice 'vivir es urgente'. ¿Para qué mirar para delante y para qué mirar hacia atrás? Hacer balances, ¿para qué? ¿Dónde estoy? ¿Cómo estoy? ¿Estoy bien? Sí ¿He hecho las cosas lo mejor que he podido? Sí, pues no me voy a preocupar. Es curiosa la obsesión que tenemos de mirar para delante, para atrás, para arriba o para abajo en vez de mirar de frente. Nos da mucho miedo la muerte, pero también nos da mucho miedo la vida.
Ha compuesto un tema nuevo, 'Humo', en el que cuenta que ha perdido la esperanza. Probablemente sea uno de sus temas más sincero...
No creo que haya ninguna canción de Jarabe que no fuera escrita con la honestidad con la que hice 'Humo'. Pero la he escrito en estos dos últimos años, que han sido especialmente potentes, que no especiales. El cáncer no ha cambiado mi vida de forma muy notable como lo hizo el nacimiento de mi hija o la muerte de mi madre. Son dos años en los que la vida me ha puesto a prueba otra vez. Y ahí estoy, intentando superar la prueba. Es un reto muy potente que tengo entre ceja y ceja y que voy a intentar superar de la mejor manera posible. Pero a mí ese reto, más que amargarme la vida, al revés, en un momento dado me puede hasta motivar.
De hecho, la canción es bastante más negativa que su actitud.
Es una canción de amor que compuse un día en el que me levanté pensando que uno de mis grandes amores, la vida, se me escapaba. Representaba muy bien mi momento. Y es dura, triste, melancólica, bella, y muy jarabesca. Eso sí, 'El Lado Oscuro' y otras canciones que no han trascendido tanto respondían a momentos en los que emocionalmente estaba más bajo. Podríamos haber celebrado el aniversario con una canción en la onda de 'Bonito', pero no fui capaz de escribirla.
¿En algún momento ha pensado en dejar de tocar por su enfermedad?
El cáncer es el gran desconocido. Cuando tú no lo tienes y alguien que conoces tiene cáncer piensas 'este tío está muerto', y no es verdad. El cáncer se cura. Tampoco. Es como la diabetes o el reuma. Son enfermedades crónicas que no se curan. Durante un tiempo están más activas, solo eso. Si digo que estoy limpio, en los medios sale que Pau Donés se ha curado, y no, no es verdad. El cáncer no se cura. Es una enfermedad grave y peligrosa, pero es una enfermedad crónica con la que se puede convivir perfectamente.
Pero sí que tuvo que bajar el ritmo durante un tiempo...
Tengo sueños a corto plazo; no soy de grandes sueños sino de pequeños placeres. Y para lo que me ha venido bien este parón, digamos obligatorio, es para darme cuenta de que, joder, me había olvidado de grandes pequeñas cosas que me hacían muy feliz antes y que había dejado de hacer.
¿Como cuáles?
Como salir a pasear con los perros al campo y pararme a contemplar el sol y cómo se mueven las nubes. O subirme a un barquito pequeño que me he comprado ahora y salir a navegar sin rumbo, a donde me lleve el viento. Mis clases de percusión, estar con los amigos, preparar una comida con mi hija, ir a buscarla al cole Cuanto te metes en la ola nuestra del artisteo y del show business, o vas sobre la ola o vas dntro, pero te desconecta de tu realidad.
¿La música le sirve como apoyo para sobrellevar la enfermedad?
Es que no ha sido una parte importante de mi vida. Es una enfermedad y punto. Sí que es verdad que ha habido momentos puntuales en los que ha tomado una relevancia. Porque cuando te dicen que tienes cáncer te preguntas qué es lo que pasa. Pero ya está. Mi enfermedad para mí son cinco minutos al día, no más.
Libro de anécdotas
Además de entrar en el estudio de grabación, Pau Donés ha aprovechado su 50 cumpleaños para publicar un libro. En él cuenta anécdotas y reflexiones que han marcado su vida. Una por cada año. Empezó sin demasiadas ganas. Influyó su dislexia. «Pero enseguida, en cuanto tuve la idea de cómo lo iba a organizar, me engorilé. Cada mañana, de seis a ocho me ponía a escribir», explica. Madrugaba y disfrutaba de un par de horas «mágicas». «Durante los diez minutos antes de despertarme es cuando la cabeza me va más a tope. Y, por otro lado, el mundo está dormido todavía y es a partir de ahí cuando se empieza a despertar. Es un momento de mucha calma».
En cuanto puso el punto final al libro, dejó los madrugones. Pero a cambio consiguió un trabajo que resume su medio siglo. «Te puedes reír mucho», y permite acercarse a sus entrañas. «Está escrito en caliente. A saco», confiesa. De hecho, le pusieron un corrector de ortografía, en parte, por su dislexia, pero se negó a que alguien corrigiese su estilo. «Les dije que si me tocaban una coma, el libro no salía».
De todos esos recuerdos que ha ido acumulando durante los 20 años de Jarabe de Palo, ¿cuál es el que guarda con más cariño?
La primera vez que fuimos a Italia. 'La Flaca' y 'Depende' funcionaron muy bien allí. Estábamos sentados con un café y empezó a sonar el disco en un bar. Y yo flipaba porque era la primera vez que íbamos fuera. Me impresionó. Y el día que escuché por primera vez el disco en Cadena100, ese día también flipé bastante.
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