La soprano Ainhoa Arteta (Tolosa, 1954) será nombrada el próximo miércoles doctora honoris causa por la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP). Recibe esta distinción en un momento que ella misma define como «feliz», tanto en lo personal como en lo profesional, tras aprender a dar ... importancia «a las cosas que realmente la tienen». Durante el acto, en el que la presidenta de la Escuela Superior de Música Reina Sofía, Paloma O'Shea, leerá su laudatio, también se otorgará el mismo título a la investigadora en el campo de la Física de Partículas, Teresa Rodrigo.
–Le nombran doctora honoris causa junto a una científica. ¿Cree que la música y la ciencia tienen algo en común?
–Por supuesto. Con la ciencia y con la música crecemos. Evolucionamos. Nos hacemos mejores. A través de la ciencia más longevos y de la música más sabios. Ciencia y música se complementan y compartimos el mismo estandarte.
–Público y crítica coinciden en que está en el mejor momento de su carrera. ¿Usted también lo cree?
–Sí. Creo que artística y vocalmente estoy en uno de los momentos más felices de mi carrera. Con los años he aprendido a conjugar la vida familiar con la profesional y, sobre todo, a dar importancia a las cosas que realmente la tienen y eso creo que se nota en el escenario.
«En esta carrera hay que tener mucha paciencia y una gran determinación a resistir»
–Empezó su carrera en el Metropolitan de Nueva York, donde estuvo once años. ¿Qué recuerdos tiene de esa época?
–Tengo unos recuerdos maravillosos. Trabajé muchísimo porque allí la competencia es muy grande y el ritmo de la ciudad y del trabajo es muy fuerte. En esta carrera todo es un continuo aprender y creo que allí fue donde más lo hice.
–De regreso, ¿le costó mucho hacerse un hueco en España?
–A nivel de recitales no, pero a nivel ópera fue más complicado. Lo sigue siendo, de hecho. Hay una serie de ciudades como Bilbao, Las Palmas o Jerez que me quieren y me respetan muchísimo. Sin embargo, en el Liceo de Barcelona y en el Real de Madrid me ha costado una barbaridad entrar y aún hoy entro con cortapisas, con segundos repartos y con cosas que no me van... No son los teatros que más me quieren o apoyan. Pero es lo que hay y creo que nos pasa a muchos cantantes.
–¿También en el público de esos teatros existe esa reticencia?
–No. No tiene nada que ver el teatro con el público. Los espectadores van a ver lo que programan los teatros, pero no porque no quieran escuchar a los cantantes españoles.
«La crisis económica se ha llevado por delante a una generación de cantantes»
–Cuando llegó a España, su aspecto físico sorprendió mucho. Incluso le llegaron a llamar la 'top model de la lírica'. ¿Eso le ayudó o por el contrario le perjudicó?
–A veces me hizo pagar peaje. Yo no soy 'top model' y tener un buen físico no es un mérito. Lo que importa es el trabajo vocal. El peaje fue mínimo, también es verdad, porque al final lo que importa es que resistas. El sol no se puede tapar con una mano.
–Tuvo qué hacer un parón de un año por problemas de voz. ¿Llegó a pensar que no podría volver a cantar?
–Sí. No es fácil salir de una crisis vocal porque de alguna manera tienes que volver a educar la voz. El otro gran problema fue volver a entrar en el circuito musical, que también me costó. En esta carrera hay que tener mucha paciencia y una gran determinación a resistir.
–¿Cuál ha sido su mejor momento profesional?
–Muchos. Es increíble lo que se siente cuando subes al escenario y puedes disfrutar de estos compositores tan grandiosos que interpretamos. La voz es el único instrumento vivo que existe y se siente en todo el cuerpo. La sensación es mágica.
–Los programadores culpan a la crisis de no poder ofrecer óperas. ¿Cómo lo ven los cantantes?
–Con la crisis se han dado muchos pasos para atrás, en cuanto a programación y ayudas. Aunque en España no hay una Ley de Mecenazgo, cuando estábamos en un momento de bonhomía se ayudaba más a la cultura. La subida del IVA fue matadora y directamente se ha llevado por delante a una generación de músicos en este país. Ahora que hemos salido de la crisis económica, sufrimos una crisis política constante que hace que los teatros, salvo el Real o el Liceo, tengan que hacer malabares para programar. Se ve que hay movimiento, pero no al mismo nivel en el que se ha recuperado la economía.
«La liturgia del canto se aprende con la edad y últimamente se dan roles a jóvenes sin preparar»
–¿Cree que la ópera llegará a desaparecer?
–No, pero el mundo de la ópera está cambiando y me preocupa el papel que están cogiendo las plataformas digitales. Aparte de que la ópera deba escucharse en el teatro y sin megafonía, creo que se está eligiendo a cantantes más porque dan bien en pantalla que por su preparación. A veces hasta tienen que microfonarles. La liturgia del canto se aprende con la edad y ahora se prefiere poner a jóvenes para interpretar roles importantes.
–Siempre ha sido una gran defensora de la zarzuela. ¿Se sigue considerando un género de segunda?
–Se está haciendo una gran labor. También desde el Teatro de la Zarzuela y creo que se está cuidando. Se ven puestas en escenas rompedoras y mucho talento. Además los cantantes son españoles. Debemos defenderlo nosotros. Si no, ¿quien lo hará?
–Su amor por la ópera llegó gracias a un disco que de María Callas que le regaló su padre. ¿Le regala usted discos de ópera a sus hijos?
–No. Ya los tienen en casa (ríe). Mis hijos viven la sombra del glamour que es muy alargada y tienen una especie de amor odio con la ópera. La quieren y les gusta, pero de alguna manera también la odian porque es lo que les separa de su madre. Procuro no forzarles porque tienen una gran dosis de música clásica en su vida, aunque no la quieran.
–¿Le queda algo por conseguir?
–Poder vivir de lo que me gusta y me apasiona es el mayor logro. Sólo pido salud para poder disfrutar de todo lo que tengo.
–¿Y ese rol de 'Carmen' que tantas ganas tiene de llevar al escenario?
–En ello estoy. Lo teníamos programado para este año, pero no hemos podido por la cantidad de cosas que teníamos en agenda. Espero poder hacerlo en un año o año y medio porque me gustaría que mi padre pudiera verlo.
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.