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La mayoría de sus seguidores tiene serios problemas para leer 'A cualquier otra parte' sin canturrearla. La canción más popular de Dorian es una de las 24 píldoras que incluye el nuevo trabajo de la banda catalana. Con 'Armas para volar' han dejado aparcado el estudio de grabación -tan solo temporalmente- y han permitido que esta vez las letras sean las principales protagonistas de su trabajo. Sin sonido, aunque con ilustraciones creadas por cuatro artistas, acaban de publicar un libro que no solo explica el significado de las canciones o el contexto en el que fueron escritas sino que repasa algunos de los momentos que supusieron un punto de inflexión en su carrera.
En abril se pusieron manos a la obra para completar el cancionero ilustrado con la colaboración de los artistas Lucía Inthesky, Lacabezaenlasnubes, Mihepu y Crajes. El vocalista Marc Gili ha puesto por escrito su trayectoria y el significado de sus canciones mientras que Belly Hernández, teclista y encargada de los sintetizadores y los arreglos, se ha encargado de coordinar todo lo relacionado con el diseño del libro. «Me gustan mucho las artes plásticas y tengo un archivo donde suelo guardar todas aquellas imágenes que me gustan. Las conservo por si me pueden inspirar o por si tenemos la oportunidad de colaborar con su autor algún día», cuenta Hernández.
Varios trabajos de Lacabezaenlasnubes y Mihepu estaban en esa carpeta. El primero ya les había mandado alguna de sus creaciones y la segunda es una seguidora del grupo que les había enviado varios óleos inspirados a partir de la música de Dorian. A los otros dos artistas, Belly ya los había rastreado por internet pensando en futuras colaboraciones. «A veces da un poco de miedo dar tu material a otra persona para que lo interprete a su manera por si no acaba de representarte bien. Pero hicimos una muy buena selección. Hemos recibido todo el material con asombro y admiración», explica.
Además de profundizar en el contenido de las canciones, Marc Gili habla de la situación de la banda entre disco y disco. Confiesa anécdotas tan simpáticas como que se coló con Belly en un despacho para tratar de colocar su primera maqueta en una discográfica. Tampoco evita hablar de épocas sombrías. En 2008, cuando 'Cualquier otra parte' sonaba a todas horas, el cantante sufrió un fuerte bloqueo. No era capaz de componer y sentía una fuerte presión, una sensación de bloqueo constante. «Era como si mi mente y mi cuerpo fuesen plomo», relata Gili en el libro. Tuvieron que dejar la gira y volver cada uno a su casa. Pasaron meses hasta que finalmente se repuso y empezaron a trabajar en 'La ciudad subterránea'.
- ¿Cómo ha sido para Marc contar cuestiones tan personales como esa?
- Cuando tienes un grupo de música la gente recibe lo bueno y cree que todo es alegría. Pero también hay partes malas y está bien explicarlo. Éramos muy jovencitos y en ese momento íbamos muy desbocados por la vida, sin saber qué nos deparaba. Marc sufrió esta temporada de estrés que le llevó a sufrir una depresión. Y fue muy duro porque tampoco nosotros sabíamos cómo ayudarlo. Por mucho que veas a una persona que está mal, que está triste, e intentes animarla, no hay nada que puedas hacer, eso solo lo puede solucionar uno mismo. Él suele decir que de lo que más se suele aprender es de lo malo. Fue muy duro, pero se acabó llevando un montón de enseñanzas por el camino.
Una de las vivencias con Dorian que más han marcado a Belly Hernández aparece recogida en el capítulo relativo a 'El temblor'. «Poca gente sabe que nosotros vivimos esa historia en nuestras propias carnes». Aunque la canción cuente en sentido metafórico la separación de una pareja a partir de ese fenómeno, ellos padecieron el terremoto que inspiró a Marc Gili. Fue el más grave sufrido en México hasta el momento desde el terrible seísmo del 85. Estaban con el bajista, Bart Sanz, en la quinta planta de un edificio cuando sintieron que la tierra se movía bajo sus pies. «Nos impactó muchísmo. Hasta que no lo vives, no te esperas cómo puede ser», recuerda la teclista.
- La banda ha cumplido ya quince años en activo. ¿Cómo has vivido tener que hacer este balance?
- Es necesario y bonito. Es parte de tu historia. De alguna forma es volver a escuchar una canción que hiciste hace mucho tiempo y que luego ves que suena mal, que hay cosas que no están bien cantadas... Pero eres tú, y has sido tú en ese momento. De hecho, lo que tú eres ahora es la suma de lo que has sido antes. De vez en cuando es bueno sentarte y pensar por qué estás donde estás, qué has hecho, cómo eras hace quince años, cómo eres ahora... Creo que es un privilegio poder poner en palabras todo lo que te ha pasado. Me gusta haber dejado por escrito nuestra historia. Y a partir de ahora nos toca escribir una nueva.
- Sobre sus inicios cuentan que creaban letras «torpes»...
- Hay que ser críticos con el presente, que es lo que tú puedes cambiar. Pero con algo de lo que tú estabas completamente seguro cuando lo hiciste, no. Ahora pienso en que habría hecho algunas cosas de diferente forma, lo habría grabado diferente… Pero tampoco tenía las herramientas entonces, estaba empezando y en ese momento me parece que era lo mejor que podía hacer. Entonces... Quédate con eso, ríete. Es como ver una fotografía tuya de cuando tenías quince años. Qué pelos, qué ropa.... Claro, ahora no irías así, pero en ese momento era lo que se llevaba, estabas en otra historia… y tienes que entenderte a ti en ese contexto y quedarte con lo entrañable de entonces.
- ¿Se han arrepentido de algún paso que hayan dado en su carrera?
- En su momento tendría su razón de ser… Bueno, mira, sí. Una cosa de la que me arrepiento mucho ahora que lo pienso es de la portada de 'El futuro no es de nadie', que es horrible (risas). No hay por dónde cogerla, y no hay justificación alguna. No sé que se nos pasó por la cabeza en ese momento para darlo por bueno. Madre mía, la borraría de la faz de la tierra y no dejaría que la viera nunca nadie. Jamás (risas).
'Armas para volar' es hasta ahora el primer libro que ha publicado la banda. Hernández es traductora, pero nunca le ha picado el gusanillo de ponerse delante de un teclado. «No me gusta escribir. A mí me gusta hacer música. Tengo mucha facilidad para hacer arreglos, para instrumentar, y eso me llena. Me gusta leer y soy traductora por lo que de alguna manera sé escribir, pero no me llama nada. No sabría cómo hacerlo», comenta la teclista.
- ¿Cree que habrá más libros de la banda?
- Creo que Marc acabará publicando una libro, lo tengo clarísimo. Se le da muy bien, le gusta mucho leer y creo que tarde o temprano acabará sacando una novela. Tiene mucha facilidad. Yo soy exigente, no leo cualquier cosa, y no es porque sea mi compañero de grupo y mi pareja. Me gusta mucho cómo escribe y creo que la va a terminar haciendo.
- Y por el momento, ¿en qué punto está su próximo proyecto musical?
- Llevamos ya 8 meses trabajando en el nuevo disco, que ya podemos decir que saldrá en primavera. Después de 'Diez años y un día', que fue un disco revisionista en clave acústica, este va a ser una vuelta a los sonidos de Dorian, más electrónicos. Tenemos muchas ganas de presentarlo ya porque Marc está en estado de gracia y se ha sacado de la chistera, unos cuantos temazos. Y habrá una gira potente en verano.
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