«Estar al margen de lo dominante es una obligación para cualquier artista»

Su última actuación en Cantabria fue en enero, en el Palacio de Festivales, que se llenó para ver su espectáculo 'Mastretta infantil' y comprobar que sobre el escenario sigue teniendo la mirada de los niños pícaros. A la altura del suelo, su entusiasmo desbordante por la música permanece intacto, y además se vuelve contagioso. Ahora mismo está encerrado en un estudio, ultimando las mezclas de la banda sonora de 'Oh Mamy Blue', pero conseguimos que haga un alto para atender a El Diario Montañés.

-Esta semana nos visita el Cuarteto Internacional de Mastretta; ¿es una versión portátil de su Orquesta?

-Qué va, surgió de un modo natural. Hace unos años conocí al venezolano Augusto Bracho y acabamos grabando un disco con la Orquesta. Y como ahora ha venido a descansar a España, hemos aprovechado para montar este grupo con repertorio de los cuatro, que ha funcionado bastante bien en la gira.

-¿Y qué van a encontrarse el público que acuda a La Redonda?

-Algo distinto, un repertorio de canciones. Hay arreglos con cuatro voces, armonías vocales... Un proyecto acústico que no necesita ni micrófonos. Hay guitarra española, chelo, clarinete, percusión y voces. Es espíritu, claro, es el mismo de siempre: mucha improvisación y mucha atención a los matices, la dinámica y el ritmo.

-Sin embargo, suelen gustarle más las piezas instrumentales...

-Es que es la que te permite trabajar los aspectos más sutiles de la música, porque en cuanto entra una voz se produce una conexión atávica que deja a todo lo demás en segundo plano. Además, es una especie de reto, trasmitir emociones con algo tan abstracto. Lo que pasa es que luego me entra el gusanillo de las letras, y de hecho ya estoy pensando en un nuevo disco de canciones.

-El domingo por la mañana habrá, además, un pase especial. ¿En qué consistirá?

-La matinal es un espectáculo diferente, para niños y padres, participativo y con mucha improvisación. La idea es que vean la música como una experiencia, y escapamos de lo convencional y lo académico. Nosotros presentamos los instrumentos, pero luego nos dedicamos a jugar con los niños: que canten, que bailen, que dirijan... Es muy divertido.

-Resulta curioso, porque en su infancia primó lo académico, con su formación de conservatorio...

-Digamos que yo lo sufrí y lo disfruté a partes iguales. La música es una disciplina, como cualquier otra materia, y una buena base teórica y práctica te da más herramientas para la creatividad y la improvisación. Lo que pasa es que con siete u ocho años era duro dejar los partidos de fútbol con los compañeros para ir a las clases de piano y solfeo.

-La de las etiquetas es una guerra perdida, pero ¿qué tal le encajaría la de 'música popular'?

-Bueno, es que creo que siempre he hecho música popular contemporánea. Lo que pasa es que las etiquetas están pensadas para facilitar la venta de un producto, y a mí tampoco me interesa demasiado dónde me cataloguen. Con que me hagan algo de caso ya me vale.

-Seguro que ha escuchado la última canción de LaChica & LaGrande, 'Esto no es indie'. ¿Lo suyo es independencia o es que le gusta ir a la contra?

-Ya se sabe cómo está el mundo de la música, ¿no? Nosotros no tenemos ni mánager, ni contrato discográfico, ni siquiera difusión. Estamos muy al margen, ni siquiera sonamos en la radio. Pero eso mismo nos hace fuertes. Puedes llamarlo actitud rebelde o desobediente, pero estar al margen de las corrientes dominantes es casi una obligación para cualquier artista.

-Sin embargo, entre artistas parece que existe mucho espíritu de cooperación. El último proyecto que ha apadrinado es 'Fetén Fetén', pero ya es reincidente... ¿Lo de colaborar con otros es pasión o necesidad creativa?

-Qué va, en realidad el que saca beneficio soy yo, aprendo muchísimas cosas. En música, nunca dejas de sorprenderte y encontrar cosas nuevas. Además, hay que respetar el proceso creativo natural, que consiste en aprovechar lo que te rodea, la gente que tienes cerca.

-¿Qué pasa con la radio española? Se diría que, si antes sólo había una fórmula, ahora hay dos -la comercial y la de los grandes hits-, pero muy poco espacio para la innovación y la apuesta.

-Como empresas sólo les interesa ganar mucho dinero rápidamente y de cualquier manera, pero esa actitud supone dar la espalda a la creación contemporánea, que es la expresión del mundo en que vivimos. No me parece muy inteligente.

-Una duda de los ochenta: ¿qué le hizo Dios a Luis Avín?

-Bueno, era un chiste privado entre amigos. Éramos muy quejicas entonces, y yo todavía lo soy; de hecho, los músicos tardamos tanto en madurar que a mí aún no se me ha pasado la adolescencia. Pero a Luis siempre tendremos que agradecerle esa vocación de difundir la buena música, que tanto nos impactó en aquella época.

-¿Qué se trae Mastretta entre manos ahora mismo?

-Pues un nuevo disco de la Orquesta con Augusto Bracho: 'Mercado de los corotos'. Lo tendremos listo en otoño.