Javier Alzola, saxofonista de Fito: «Hoy en día muy pocos músicos viven de tocar»

Javier Alzola, que el martes 5 cumplirá 53 años, es miembro fundador de los Fitipaldis, el único que sigue con Fito Cabrales desde su arranque en solitario en 1998. Esta es su faceta más popular y ovacionada. Pero además mantiene una carrera como jazzman (militó en Cartoon Band y en unos Infusion con los que ganó tres concursos nacionales: San Sebastián, Getxo e Ibiza) y como músico de sesión: ha grabado más de 30 discos (no pocos de oro) y escoltado a Ariel Rot, Calamaro, Juan Carlos Perez (el líder de Itoiz), Platero y Tú (así conoció a Fito), Extremoduro, Gontzal Mendibil, Kepa Junkera, Borja Barrueta…

Le interrogamos hoy con la excusa de su concierto homenaje al genio soberbio e iracundo Miles Davis (mañana viernes 1 de diciembre, Sala Barria del Palacio Euskalduna, 20.30 h, 12-15 €), donde oficiará al frente de un cuarteto completado por el guitarrista portugalujo Miguel Salvador, el contrabajista argentino Marcelo Escrich y el baterista bilbaíno Ander Hurtado de Saratxo, que es percusionista actual de Korrontzi.

- Resides en Gernika, ¿no? Igual que Fito…

- Soy natural de Basauri, pero vivo en Gernika hace ya 14 años, los mismos que tiene mi hijo Ager.

- ¿Eres un saxofonista de jazz o de rock and roll? Lo digo por tu trabajo con Fito.

- Je, je… Buena pregunta… Me limito a estrechar ambos estilos aprovechando lo mejor de cada uno. El rock es directo, concreto e incisivo, y el jazz te permite partir de cero y desarrollarte con mucha expresión. En definitiva todo es música.

- ¿Y qué tratas de expresar al tocar el saxo?

- Siempre pienso en poder expresarme como una voz humana.

- ¿De qué vives? ¿De la docencia también, se me ocurre?

- Realmente vivo de dar conciertos desde hace mucho tiempo, lo que prefiere lograr cualquier músico. Aparte, imparto durante el invierno talleres de música moderna y jazz para instrumentos de viento en Basauri y Gernika.

- ¿Y cómo aprendiste a tocar tú?

- Aprendí como autodidacta. Luego fui picando por ahí en seminarios de jazz, en el Taller de Músicos de Madrid, en el Centro de Estudios Musicales de París C.I.M., etc. En realidad no tengo ninguna carrera ni formación académica completada y sigo estudiando. Lo más importante es oír a los grandes.

- ¿Tus músicos favoritos?

Es difícil escoger a unos pocos. Te podría citar a Charlie Parker, Coltrane, Miles, Stevie Wonder, Eric Clapton…

- ¿Nos dices un par de saxofonistas que te influyen y por qué te gustan?

- Los saxos que me gustan y me han influido más pueden ser Sonny Rollins, por su ritmo y fuerza, y Charlie Parker por su naturaleza creadora.

- Pero para este Izar & Star has elegido a Miles Davis, un trompetista. ¿Por qué?

- Ya, esta pregunta me la hace bastante gente por el hecho de yo ser saxofonista. Pero siempre he considerado la figura de Miles trascendental en el jazz y en la música del siglo XX. Su influencia es notoria también en la música moderna. Fue un visionario, creador de estilos década tras década, y por ello su influencia trasciende por encima de los instrumentos en particular. Grandes jazzmen pianistas o guitarristas ya le han servido homenajes.

- ¿Cómo será el repertorio del Euskalduna?

- Nuestra propuesta nos trasladará a las distintas etapas de Miles, pero siempre dando un enfoque muy melódico y abierto al gran público. No faltaran sonoridades modernas de sus 'Sketches Of Spain', ni pasajes de 'Kind Of Blue', su mítico disco, el más vendido de la historia del jazz.

- Estás ensayando esta semana en el Euskalduna, durante la misma semana que empiezan a ensayar en Madrid los Fitipaldis, nos reveló Fito en entrevista hace unos días. ¿Por qué crees que eres el único Fitipaldi que no ha variado en la alineación en todos estos años? ¡Eres miembro fundador desde 1998!

- Siempre nos hemos entendido bien en todos los aspectos. Fito es muy abierto musicalmente y rápidamente sabe cuándo alguien le entiende. Hemos recorrido un largo camino juntos y conseguido además un sonido de banda.

- ¿Cómo conociste a Fito? ¿Te acuerdas? ¿Fue a raíz de la colaboración con los Platero y Tú en su disco '7' (DRO, 1997) o le conocías personalmente de antes?

- Nos conocimos en ese disco de Platero, que incorporaba por primera vez metales. Recuerdo que, aparte de la sección de viento, grabé un saxo para la canción 'Al cantar'. Supongo que ahí empezó el camino.

- ¿Por qué cae bien a todo el mundo Fito?

- Será porque él predica con el ejemplo. Fito quiere a la gente y la gente quiere a Fito. No sabría decirte cuántos miles de personas tendrán fotos con él y autógrafos.

- ¿Y por qué caes tú tan bien a los seguidores de Fito? Siempre eres de los más aplaudidos de su banda por las miles de personas que acuden a los conciertos de los Fitipaldis. ¿Quizá se debe a que el saxo es un instrumento inusual en el rock?

- Bueno, no sabría explicar esto. La gente es la que percibe las cosas. Yo desde siempre trato de tocar para el público con la implicación que siento. Me han visto así durante mucho tiempo.

- ¿Con quién te irías de gira? ¿Con Bunbury que acaba de lanzar un disco con mucho saxo, 'Expectativas', en plan Morphine?

- Con mis amigos, ja, ja, ja, ja… De momento estoy servido. Pero sí que me iría con alguna banda guiri.

- Háblanos de tu último disco a tu nombre.

- El último es 'Código' (Errabal, 2015), un disco grabado junto a Miguel Salvador, mi guitarrista. Lo hemos estado presentando recientemente en la campaña 'En ruta jazz' de AIE (Sociedad de Artistas Intérpretes o Ejecutantes de España) y en festivales de jazz.

- ¿Y en cuántos grupos tocas actualmente? El de Fito, tu cuarteto de jazz que quizá sea de alineación variable, seguro que tocas con otros jazzmen y puede que con músicos de otros estilos más comerciales, como has hecho con Kepa Junkera o con Ariel Rot.

- Tengo mi cuarteto y algunas otras formaciones. En nuestro mundo del jazz es habitual hacer rotaciones, como en el futbol. Y suelo colaborar con algunas bandas de rock y pop. Tuve épocas que tocaba con todo el mundo, con artistas nacionales y euskaldunes.

- ¿El jazz mueve tanto dinero como el rock? Al margen de los festivales en Euskadi, Getxo, Vitoria y San Sebastián, quiero decir.

- No. Nunca se puede equiparar el ámbito del jazz al del rock en ese aspecto monetario. Ni siquiera refiriéndonos a los festivales. Las estrellas del rock generan un volumen mucho mayor que las grandes figuras del jazz. Y sucede lo mismo en los nombres de menores proporciones. El rock y el jazz son géneros diferentes en cuanto a la difusión y el mercado. Todo esto viene marcado por las masas que mueve cada uno.

- ¿Qué tal está la escena jazz en Euskadi al margen de los festivales estivales? Por cierto, el mismo viernes que actúas tú hay cuatro conciertos de jazz interesantes en Bizkaia: Los Botxo Boogies, que han agotado las entradas en la Nave 9 en lo que han llamado 'Swinging Forties Party'; el pianista ochentón Kirk Lightsey estará en trío en el ciclo 365 Jazz Bilbao, en la Cúpula del Campos; en La Perdiz Jazz Café, de Portugalete, presenta su disco de fusión el bajista Kike Mora; y tú estarás en el Euskalduna con tu homenaje a Miles Davis.

- El jazz sigue siendo muy escaso. Pero, afortunadamente, en Bilbao tenemos siempre algunas propuestas y conciertos. Aunque pienso que antes se tocaba mucho más y no era difícil buscar un bolo en cualquier sitio. Ahora sí veo que los músicos están muy unidos a la hora de crear plataformas y de disponer siempre de un refugio para actuar, o para centralizarnos en un local donde poder tocar todos juntos y organizar jams.

- ¿En qué ha cambiado la escena desde tus tiempos en la Cartoon Band, un supergrupo vizcaíno con Canal, Blas…, o en la banda anterior Infusion, con los que ganasteis tres concursos nacionales y salíais en televisión?

- Sacamos un disco. Todo ha cambiado muchísimo, como te decía antes. En otras épocas había muchos conciertos y de todo tipo. Realmente había trabajo. Hoy en día muy pocos músicos viven de tocar. Por una cosa o por otra, vivimos otros tiempos.