L.A. y su 'King Of Beasts', «una bestia potente de rock»

Las paradas en Vitoria y San Sebastián forman parte de la gira de invierno del artista, que lleva desde el lanzamiento en abril de su último álbum -que rompe con el sonido americano que le ha caracterizado- actuando por Europa. Y lo que le queda.

- Terminó la promoción de 'From The City To The Ocean Side' (2015) y se metió de lleno en 'King Of Beasts', ahora este año de nuevo de gira... ¿Nunca descansa?

- Ojalá fuera como antes, que vivías de los discos que vendías. Ahora todo depende los conciertos. No descanso porque no quiero y porque no me lo puedo permitir; ni económica, ni psicológicamente.

- 'King Of Beasts' ha sido su primer álbum producido por usted mismo junto a Toni Noguera. ¿Qué tal la experiencia?

- Al principio pensé que muy bien. Ahora siento que el disco me ha comido un poco. Si repito, lo haré de otra forma y no intentaré montar otra obra visionaria. Pero la experiencia enriquece. Me entusiasma el trabajo de productor, buscar mezclas, sonidos... y el de producir a más gente. Tengo cosas pensadas para otros, pero no lo llevaré adelante hasta que se disipe un poco la gira.

- Lo que sí es cierto es que le ha salido largo: 17 canciones.

- Y podrían haber sido 20. El disco ha sido víctima del disco. Al final, me ha sucedido como cuando a un director le dejan hacer el montaje que le dé la gana: tienes la versión comercial, y el 'director's cut' que dura tres horas.

- Además, rompe un poco con la línea americana que seguía hasta ahora.

- Después de cinco años ajustándome al sonido que me pedían otros, de repente sentí la libertad. Es como cuando se acaba el horario del colegio y sales al recreo. Te vuelves loco, experimentas con muchas cosas. Es un enorme largo en el que he contado de todo, con acústicos, electrónica, instrumental... Así, es normal que suene diferente. He trabajado con productores americanos en los tres últimos discos. Era momento de reencontrarme y ver que tenía yo en la cabeza.

- En esa búsqueda se ha topado con un instrumento bastante extraño: el OP-1. ¿Nos explica?

- ¿Recuerdas cuando salió la Game Boy, una consola pequeña que te llevabas a todas partes para jugar todo el rato? Pues viene a ser eso en el mundo de los samplers. Es un cacharro muy pequeño, del tamaño de un Casio, que es un poco Ikea, que tú te lo montas. Muy ochentero y muy hipster, muy 'Stranger Things', que es lo que nos gusta a los treintañeros. Me volví loco grabando, girando y borrándolo otra vez. Está en 'Fire In Your Eyes', 'Killing Me'... pero muy filtrado. No lo hemos descubierto nosotros, así que queríamos que se notara, pero no. Que la gente escuchase las canciones y dijera: '¿Pero es un OP-1 o no? ¡No lo parece!'. Y yo decirles: '¡Sí! Lo es, pero lo toqué más que tú!' (ríe). Al final es como una competición.

- Entre tanta experimentación, ¿cómo podríamos definir el disco?

- Como una potente bestia del rock. Por eso le puse el título. El 'rey de las bestias' no soy yo, como me han preguntado muchos: el rey es el disco y las bestias las canciones. Es grandilocuente, con fuegos artificiales y toda la artillería. Ponerlo en directo va a ser complejo.

- Aún así tiene algún corte pop, como su último single, 'Where The Angels Go'.

- Sí, es quizá una de las canciones más pop del disco. Suena en la radio, es algo insólito.

- ¿Es de los que rehúye de ser éxito de radiofórmula?

- No, yo ya he pasado por eso. Al principio quieres conservar ese rollo auténtico y un poco punk. Yo mismo era más grunge, las ropas rotas y todo eso. Pero ya no tengo 18 años. Ahora, lo que quiero es que el proyecto crezca y que llegue a más gente. Quiero que sea mi fuente de ingresos. Además, si suena mi canción y justo después una de Arcade Fire, ¿por qué no?

- El vídeo de 'Where The Angels Go', por cierto, en Islandia: increíble.

- Es apabullante. Llevo cinco años girando mucho, por rincones increíbles. He estado hasta en el Gran Cañón, y jamás he visto nada parecido. Tan inmenso todo. Realmente es un sitio para ver. Es tal y como se ve en el vídeo, que me encanta: poca gente se hace un viaje así y se lleva un documento como este.

- Acabáis de volver de girar con Band Of Horses.

Son amigos desde hace muchos años, me llevo muy bien con Ben. Siempre hemos querido hacer algo juntos, teníamos alguna cosa preparada... Justo los dos presentábamos nuevo disco y por fechas a los dos nos encajaba a la perfección. Fue genial, no solo por la popularidad que puedan tener sino porque Band Of Horses es realmente una banda excelente.

- ¿Y cuánto le queda por delante con 'King Of Beasts'?

- Tenemos ahora la gira de invierno y en enero nos iremos por Europa. Tengo preparado para febrero un trabajo de solo una guitarra y voz, que es como una depuración del disco, y en otoño nos vamos a México, que hace dos años que no vamos.

- ¿Cómo son recibidos al otro lado del charco?

- Ha sido uno de los sitios donde hemos recibido una respuesta más automática. Recuerdo el primer show que dimos, en Guadalajara, fue 'sold out'. Éramos teloneros, ¡pero se habían aprendido todas nuestras canciones! Ya nos lo advirtieron: si gustábamos, era para siempre. ¡Parecía que venían los Beatles!