Más de 15.000 jóvenes viven la fiesta del RBF en la Virgen del Mar

Llegados desde todos los puntos del norte de España, entre los miles de jóvenes ansiosos por disfrutar de sus artistas favoritos, se encontraban historias como la de Andrea Fernández. Una ovetense que estaba de despedida de soltera este fin de semana; sus amigas decidieron traerla con un antifaz durante todo el trayecto para que no viese el destino final. «La verdad que nos gusta mucho el perreo y me han dado toda una sorpresa al traerme aquí para celebrar que me caso. Nosotras tenemos muchas ganas de escuchar a María Becerra».

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Jokin San Martin, Carlos Barrio, Ignacio Fernández e Ibón Gómez son cuatro amigos vitorianos unidos por el gimnasio y que han decidido venir a Santander a disfrutar de la música latina. «Tenemos muchas ganas de disfrutar este fin de semana con artistas como Anuel AA, pero lo que no sabemos es como lo va a hacer para estar en La Velada del Año de Ibai y acudir aquí también», comentaban entre risas. «Ya sabemos como se las gasta Ibai, esperemos que aquí venga el original y no su doble». Y vino sí, aunque hasta que el cantante puertorriqueño salió al escenario, con una hora de retraso, la tensión y los pitidos no faltaron.

Después, móvil en mano, la multitud de jóvenes se olvidó de la demora y disfrutó de la actuación más esperada, aunque duró una hora escasa. A lo largo de la tarde, entre los asistentes consultados Anuel AA era, sin duda, el más aclamado, seguido de El Alfa. Igual que para la segunda entrega del festival, este domingo, la actuación estelar es la del cantante granadino Saiko, que compartirá cartel con Álvaro Diaz, Nio García, Bryant Myers y Tainy.

Uno de los detalles que más cuidaron los espectadores en este primer día fueron los looks con los que acudieron al festival. En el caso de los chicos se vio una clara apuesta por las camisetas de fútbol y en el extremo opuesto, en las chicas apostaron por una mayor preparación previa y cuidado en los pequeños detalles. «La gente se lo toma como un evento de playa, es muy cómodo y práctico venir con bikinis en nuestro caso», indicaba María Diez, procedente de Laredo. «Cada vez se extiende la forma de vestir que se observan en festivales grandes como el Coachella y se ve mucho el 'brilli brilli'». Para inmortalizar los 'outfits' se habilitó un photocall con hasta tres escenas diferentes para posar con los amigos.

Para los que quieran desconectar de las ocho horas de música, tendrán la posibilidad de recargar fuerzas en la zona de restauración, que cuenta con hasta ocho foodtrucks, de comida rápida americana e italiana.