Secciones
Servicios
Destacamos
j. mikel fonseca
Miércoles, 24 de enero 2018
La música celta no goza de la misma aceptación que la música pop o rock. Basta con echar una ojeada a las listas de éxitos para comprobar que los violines y flautas brillan por su ausencia. Sin embargo, etimológicamente, folk y pop comparten raíz, la misma que 'popular', y precisamente esta es una característica que bien define a The Pogues. Por que su música era por y para el pueblo: inspirada en las tonadas clásicas irlandesas, pero actualizadas al ritmo rock y punk de la época; y con unas letras sencillas -que no simples- impregnadas a partes iguales con poesía y whisky.
El génesis de la banda se remonta a finales de los 70, cuando Shane MacGowan, que por entonces militaba en la formación punk The Nips se unió a Peter 'Spider' Stacy y Jem Finer tras una conversación en los baños de un bar durante un concierto de The Ramones. El nombre original de la banda iba a ser Pogue Mahone, anglificación de la expresión gaélica «póg mo thóin», literalmente «bésame el culo», pero finalmente optaron por quedarse sólo con la primera palabra de la frase. Las primeras actuaciones de la banda consistían en tocar versiones actualizadas de clásicos populares irlandesas, pero poco a poco MacGowan comenzó a atreverse con la pluma, donde ya destilaba ese estilo tan propio para tratar con elegancia temas trascendentales con la verborrea típica del último borracho en la puerta de un pub. «Lo considero el mejor poeta de nuestra generación» diría de el Nick Cave.
'Farytale of New York' ('If I Should Fall from Grace with God'. 1987)
Los dos primeros álbumes ('Red Roses for Me' y 'Rum, Sodomy & the Lash') les valieron el reconocimiento de la crítica especializada, pero la banda carecía de personalidad, lo que propició un vaivén de miembros e instrumentos durante sus primeras andaduras. No fue hasta 'If I Should Fall from Grace with God', publicado hace 30 años, que The Pogues comenzaron a sonar en todas las emisoras de música británica. El petardazo, de hecho, vino un mes antes, con el lanzamiento del single 'Farytale of New York'. Un tema eminentemente navideño, cantado a dúo por MacGowan y Kristy MacColl, que relata con sencillez y cinismo las desventuras de una pareja de inmigrantes borrachos en la noche de Nochebuena. Las letras, a modo de conversación, contrastan ilusión y despecho, alternándose la voz ronca y beoda del primero con la virtuosidad cristalina de la segunda. A pesar de que la canción nunca llegó a ser en su momento número 1 en Navidades, ha regresado a las listas de éxitos hasta en 14 ocasiones solo en Reino Unido.
El tercer album, además de consolidar al letrista en su condición de poeta maldito, abría sus horizontes melódicos a inspiraciones turcas ('Tukish Song of the Damned') o españolas ('Fiesta', 'Sketches of Spain'). Como si de un presagio retorcido y macabro se tratase, el titulo del álbum «Si cayese de la Gracia con Dios» daba pistas de lo que vendría después. La ya de por sí complicada relación de Shane MacGowan con el abuso de sustancias empeoró hasta rozar la autodestrucción, heroína inclusive, y las diferencias artísticas y políticas (Thatcher, el IRA) terminaron con la expulsión de MacGowan en 1991, dos álbumes después de su gran éxito y a las puertas de una gira por Estados Unidos.
Joe Strummer ('The Clash') tomó entonces temporalmente las riendas de la banda, y su siguiente -y prescindible- álbum lo grabaron con el cofundador Spider Stacy en la voz. Mientras tanto, MacGowan montó su banda paralela, The Popes (cualquier parecido es pura coincidencia), y grabó dos discos igual de prescindibles. En 2001, la banda deja al lado sus diferencias, los problemas del cantante perduran -no como su dentadura- y vuelven a la carretera hasta 2014, cuando anuncian un descanso que suena a despedida irremediable. No ha habido discos nuevos con MacGowan desde el primer cisma.
La llama celta que encendieron sigue viva 30 años después, aunque ellos no continúen en activo. The Corrs, Dropkick Murphys -para quien MacGowan ha compuesto algún tema, y que ejercieron de teloneros en su gira de reencuentro- o Flogging Molly no habrían existido sin que el eterno borracho y los suyos hubiesen acostumbrado el oído de los oyentes de radio al whistle y al violín. U2 también ha coqueteado con sus raíces celtas en algún tema suelto, al igual que la controvertida Sinead O'Connor. En España, Mago de Öz, Celtas Cortos o El sueño de Morfeo son tres ejemplos de que la sombra zozobrante de Shane MacGowan es mucho más alargada de lo que su enclenque figura aparenta.
Curiosamente, Shane McGowan nació un 25 de diciembre. Y eso que ha repetido hasta la saciedad lo mucho que odia las navidades. El año pasado cumplió sesenta. En silla de ruedas, porque en 2015 se subió en escenario en un concierto de Pete Doherty, se cayó y se fracturó la pelvis. Desde entonces no puede levantarse. La fiesta fue en el National Concert Hall de Dublín, y asistieron Bono, Johnny Depp, Sinead O'Connor, Nick Cave, Carl Barat, Bobby Gillespie, Clem Burke, Glen Matlock y el actual presidente de Irlanda Michael D. Higgins. Y su novia desde los 16, la periodista Victoria Mary Clarke, autora de la biografía oficial 'Un trago con Shane MacGowan'.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.