Secciones
Servicios
Destacamos
josu olarte
Martes, 10 de noviembre 2020, 00:36
«Yo fui de las cansinas y utópicas durante el confinamiento». Ironizando sobre su intensa actividad virtual, María Rozalén (Albacete, 1986) ansía hablar del álbum con el que da réplica a 'Cuando el río suena' (2017). Aquel aclamado cancionero lleno «de referencias familiares» tiene ahora ... su reverso reflexivo en 'El árbol y el bosque', álbum en el que, situándose «frente al espejo», se muestra de nuevo permeable en lo rítmico (pop, son, cumbia, ranchera, folk, funk...) y emocional, y concienciada en lo lírico, con aportaciones de «amigas» como la chilena Mon Laferte.
-¿Tiene su nuevo álbum la variedad rítmica y temática del anterior?
-Sí. A medida que vamos sacando discos, damos pasos adelante atreviéndonos con otros ritmos. Y con las temáticas pasa lo mismo. Podemos hacer una cumbia como en la canción para la película de Iciar Bollaín ('Que no, que no', de 'La boda de Rosa'), un tema enérgico y juguetón como 'Este tren', uno con aire de pop británico como 'Y busqué' y otras en clave de funky o son cubano. Las canciones tienen mucho de viaje interior. Tras un disco de reflexiones familiares, ahora me tocaba ponerme frente al espejo. Pero también hay crítica social. Si no la hubiera, no dormiría tranquila.
-¿Entiende la canción de autor como «el oficio de cantar opinando», como dice Pablo Milanés?
-Por ahora, sí. Me gusta que las canciones tengan mensaje, pero las hago de todo tipo. Sé que hay canciones en este disco por las que me volverán a criticar. Como 'La línea', sobre la muerte en las fronteras. Es un tema que tenía pendiente, porque no puedo estar visitando campos de refugiados o viendo la realidad de otros países y no hablar de ello. Me ha costado mucho escribirla. Otra es 'Loba', cuyo estribillo dice: «Cuanto más me mandes callar, más ganas tendré de hablar, cuanto más me duela el golpe, con más rabia querré luchar, que la historia nos repite una y otra vez más que el camino no es la bala, ni el castigo, ni el bozal, y yo tuve el privilegio de nacer en libertad». La escribí porque estoy harta de que me digan que me calle la boca. Si me callo, no canto. Es una respuesta muy alegre y muy folk contra la opresión en la que comparo la historia de la loba con la de las mujeres.
-A lo mejor por ser ahijada de José Bono, siempre le han preguntado por cuestiones políticas ¿Le molesta?
-Al principio me mosqueaba que siempre se recordara eso, pero no me incomoda hablar de temas políticos o sociales. Lo que intento es informarme bien antes de forjarme una opinión. No me molesta porque, si no te interesa la política, no te interesa la gente. Todo lo que hacemos en la vida son en el fondo actos políticos.
-¿Están sus nuevas canciones tan marcadas por el momento como 'Aves enjauladas', tema que lanzó en el confinamiento?
-Las terminé durante el confinamiento, pero no tienen que ver con él. Alguna tiene un par de años. La suerte es que he podido dedicarles más tiempo, algo que ansiaba. Durante el primer mes confinada, no paré de hacer cosas en las redes. Me demandaban de muchos sitios y decía que sí a todo porque era el momento de entretener. Pero luego pasé a otra fase porque estábamos acostumbrando mal a la gente.
-Se dijo que esta pandemia nos iba a hacer mejores.
-Yo era de esas utópicas. 'Aves enjauladas' iba de eso, Cuando la escucho, pienso que no tengo remedio. Pero creía de verdad que esto nos iba a hacer mejores, y ha sido al contrario. La mayoría de la gente es buena, pero los que quieren destruir lo tienen muy fácil.
-Iba a empezar la gira del nuevo disco en febrero.
-No va a poder ser. Estamos por arrancar en mayo, pero ya veremos si se puede. Al margen de la situación, creo que la cultura está pagando el pato con tantas trabas, cuando las medidas de seguridad en los conciertos son extremas y luego la gente viaja en trenes y metros petados. Quiero ser optimista, pero me temo que seguiremos así hasta que haya una vacuna o una terapia.
-Al menos, viviendo en un pueblo pequeño no sufre las restricciones y cierres de una gran ciudad.
-Eso siempre lo he tenido clarísimo. Por eso me instalé hace ya siete años en Valdemorillo, donde no hay confinamientos. Todo ello hace que aprecie aún más el privilegio de la vida rural.
-¿Se siente especialmente conectada con la España vacía?
-Es que yo me crié en un pueblo muy pequeño, Letur, en la sierra del Segura. Mi familia se ha dedicado al campo. Yo he recogido olivas y almendras, y en mi casa tengo animales y huerta con tomateras. Hasta sé hacer tomates en conserva. Lo tengo clarísimo: en un pueblo no se pierde nada y se gana todo. No me imagino otra crianza para mí y para mis hijos, si algún día soy madre.
-Le interesará entonces la nueva hornada de cantautores y grupos que reivindica el folclore peninsular y latino o las canciones de nuestros abuelos
-Rodrigo Cuevas me vuelve loca, igual que Mayalde y Marisa. Y me alegro también del éxito de Guitarricadelafuente. Imagínate lo que supone todo eso para mí, que canto canciones de mi abuela y toco la bandurria desde los siete años. He mamado todo eso. Siento que voy a tener que hacer un disco de folclore español. Que, entre comillas, se ponga de moda me parece justicia poética.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Fallece un hombre tras caer al río con su tractor en un pueblo de Segovia
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.