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A su condición de músico, rabelista y compositor, ha sumado otra no menos visible, la de «ciudadano comprometido con su tierra y sus gentes». Chema ... Puente (Santander, 1951) nacido en el barrio de Cueto, es en la actualidad el rabelista-cantador más popular de Cantabria. «Su voz, caliente, brava y sedosa», se encarga desde hace décadas de mantener viva la tradición popular. Recientemente recibía un homenaje por su compromiso con los problemas de sus vecinos santanderinos, tras participar y colaborar en algunas de las últimas reivindicaciones ciudadanas: en contra de la construcción de la Senda Costera del faro a la Virgen del Mar; la retirada del Metro-TUS, o por la paralización y retirada de los espigones de La Magdalena. El rabel, instrumento popular de cuerda frotada caracterizado por su «sobriedad y melancolía», es el medio de comunicación del autor de 'Santander, la marinera'. El pasado mes, dentro del Seminario Internacional 'Don Ramón y sus Romances' que organiza el Instituto Universitario Menéndez Pidal en la Universidad Complutense, cantó unos cuantos romances de la tradición oral de Cantabria, recogidos en el Valle de Polaciones. Desde los ochenta ha participado en conciertos didácticos y conferencias y entre 1999 y 2001 formó, junto a Benito Díaz, solista, y Begoña Lozano, panderetera, el Trío Cantabria. No ha dejado de editar grabaciones para divulgar la riqueza de la música popular, desde 'Con aire de rabel a 'De Santander a Sevilla' y 'De la machina a la Braña.
–Chema Puente lleva décadas de creación y de militancia en la música. ¿Qué balance hace a la hora de reflexionar sobre el vínculo con la cultura popular?
–Siempre me he movido en el terreno de la cultura popular. El Romancero y el cancionero popular, cuentos, leyendas, oficios… Me interesó desde joven la poesía pero los poetas por los que he sentido debilidad eran los que se acercaban a las formas expresivas populares. Los hermanos Machado, Rosalía de Castro, García Lorca, Gerardo Diego, Jesús Cancio, León Felipe y José Bergamín, entre otros.
–¿Cuál es su concepto de la cultura? ¿Está demasiado sacralizada por un lado y manipulada por otro?
–Quizás sea ese impulso que tienen los seres humanos de encontrar una explicación a todo lo que nos rodea tanto a nivel racional como emocional. Cuando oigo afirmaciones que la cultura nos hace más libres no dejo de pensar en que una de las naciones más avanzadas de europa en ciencia, filosofía, música y todo lo que asociamos con el término cultura se embarcó en el nazismo, organizando la eliminación física de millones de seres humanos por el hecho de ser diferentes.
–¿Ha pensado (y si es así ¿le molesta?) que a Chema Puente se le valore más por sus comprometidas implicaciones en cuestiones sociales que por la música?
–Estas comprometidas implicaciones en cuestiones sociales han sido exclusivamente tres y no veo otra manera de reaccionar a tamaños atentados. El poner una empalizada en el acantilado desde Cabo Mayor a la Virgen del Mar es un auténtico despropósito. El someternos a trasbordos a lo que ahora denominan la periferia y desde tiempo inmemorial se denominaron los lugares de Cueto, Monte, San Román y Peñacastillo es otro atentado al sentido común y a la historia de estos lugares; y el atentado a la belleza de nuestra bahía con el vertido de toneladas y toneladas de piedra en los espigones no sé a quién puede beneficiar.
–En su caso, ¿ha tratado de que el ciudadano, la persona comprometida y el artista vayan al unísono?
–No me he planteado actuar de otra forma.
–¿Está convencido de que el rabel y su música podrían incorporarse con más fuerza a la música contemporánea? ¿Podría ser incluso un instrumento de moda?
–Yo sitúo al rabel en el ambiente de la música tradicional hispánica, de las cantigas, de la música sefardí, la música medieval, del Renacimiento y de las músicas populares del Mediterráneo. No existe limitación para que otros músicos traten de buscar otras vías.
–¿Cómo define el sonido del rabel?
– El sonido del rabel es un sonido muy próximo a la voz humana. Adela Gómez que ha sido la rabelista que más me ha influenciado, hacía gala de que cuando era joven no se distinguía el sonido rabel de su voz.
–¿Por qué lo de 'bandurria' purriega?
–Según el diccionario de Sebastián de Covarrubias siglos XVI-XVII se define bandurria como 'género de instrumento a modo de rabel…'.
-¿Las coplas improvisadas con rabel pierden frescura en el estudio de grabación?
–Nunca las improvisé.
–Música tradicional, folclore, folk…¿es todo lo mismo o se han plantado etiquetas difusas y confusas?
– El término inicial folklore es inglés. Folclore sería el mismo término castellanizado y es más amplio que la música tradicional.
–Se han dado pasos en la descentralización cultural desde los años noventa. ¿Pero en una comunidad como Cantabria lo considera un reto esencial?
–Qué duda cabe que la constitución de Cantabria como Comunidad Autónoma ha supuesto un impulso de la cultura tradicional, pero no hay que perder de vista que nunca estuvo aislada de la que se producía en la Península Ibérica.
–¿Hace falta una asignatura dedicada a las tradiciones y a la música popular?
–Lo normal es conocer el medio en el que estás inmerso y no está de más conocer y cantar canciones que han formado parte de la cultura de ese medio.
–La suya es una de las pocas voces que reivindica atención al patrimonio inmaterial. ¿Cree que se ha dado avances en ese sentido?
– Creo que no se sabe muy bien qué hacer con el patrimonio inmaterial, y se necesita abordar este asunto en su totalidad y no quedarse en una mera declaración de bien de interés cultural inmaterial en los casos en que se ha hecho y ya está. Hay que desarrollarlo, contar con las asociaciones que están trabajando en su conservación, facilitar el acceso y ordenar los archivos en los que está secuestrado… Hay mucho por hacer.
–¿Teme que se pierdan determinadas tradiciones?¿Las nuevas tecnologías pueden ayudar o, por el contrario, agravarán la situación?
–Se perderán las que dejen de tener utilidad. Las nuevas tecnologías pueden facilitar el conocimiento y el acceso a todo lo referente a la cultura tradicional. En este aspecto estamos en mantillas. No se ha iniciado la digitalización y la puesta a disposición de los ciudadanos de una manera ordenada y de fácil acceso de todo lo que se ha escrito y grabado en Cantabria.
–Paco Sobaler, Quintana, Pedro Madrid…pero, ¿cuáles son sus referentes y maestros?
– Hay que añadir dos mujeres muy importantes. Juliana Rábago y sobre todo Adela Gómez. También Luis, hermano de Adela y Pepe el de Cotillos. Aunque no es rabelista no dejaré de nombrar a Lines Vejo por sus canciones y romances.
–¿Busca renovar e innovar?
–Soy respetuoso con la tradición heredada, aunque he compuesto algunas nuevas canciones o he puesto música tradicional a textos de otros poetas.
–¿Qué esencia tiene la interpretación del rabel en Cantabria frente a otros lugares?
–En Cantabria tenemos la fortuna que hemos heredado los dos estilos con los que se puede tañer este instrumento de cuerda frotada. El estilo campurriano apoyado en el pecho y el estilo de Polaciones sentado y apoyado en las rodillas. Los rabelistas de estos valles nos han legado un extenso repertorio de tonadas, romances y jotas a lo pesado y a lo ligero.
–Cantar y tocar el rabel…¿a veces una cosa se sacrifica por la otra?
–Lo ideal es tocar y cantar a la vez.
-¿Queda en Cantabria algún paraíso de la tradición oral?
–Hasta hace pocos años era el Valle de Polaciones. La gente mayor va falleciendo y los jóvenes marcharon a zonas urbanas. De todas formas esa tradición reverdece donde menos lo esperas.
–¿En qué se traduce la elección de rabeles de dos y tres cuerdas?
–Pedro Madrid añadió una tercera cuerda al tradicional y ahora casi todos tocamos con tres cuerdas. Permite obtener más notas y por tanto ampliar el repertorio.
–Y el Romancero, ¿hasta dónde alcanza?
–El Romancero es la joya de la corona de la cultura hispana, incluida Portugal. Son siete siglos de vigencia de esta tradición que se ha transmitido oralmente. Tenemos la fortuna de tener grabados interpretados con la bandurria una serie de romances muy valorados entre los investigadores del Romancero y que nos dan pie a utilizar este instrumento en la difusión de otros muchos romances. Hay que tener en cuenta que el Romancero viajó a América con los españoles y portugueses y se sigue cantando por allí.
–¿El gran desafío es mezclar la música tradicional con la vida cultural urbana?
– Los intérpretes de música tradicional vivimos en medios urbanos y tenemos oficios o profesiones urbanas. Estamos ya mezclados.
–¿Qué proyectos tiene ahora?
–Espero que antes de las fiestas navideñas salga a la luz un nuevo CD, y seguir con la difusión del Romancero y cancionero tradicional que es lo que he hecho siempre.
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