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El papel -o su versión del documento del procesador de textos- se convierte en un paciente confesor. Lo aguanta todo. Cuando uno escribe se produce una comunión con el teclado, convirtiéndose éste en una prolongación del cuerpo humano. Los dedos, conectados al cerebro -cuando ... no al corazón- hablan. Las palabras escritas no se las lleva el viento. La liberadora escritura provoca adicción. La tecnología parece haber obrado el milagro de la comunicación por escrito. Vivimos en la era en la que los mensajes ganan a las llamadas, la escritura se impone a la voz. Da vida a mudas vivencias y sensaciones que si no se comparten se olvidan y perecen. Por contra viven.
Marcos Xalabarder (Barcelona, 1974) cree en la palabra. Escuchar hablar a este periodista supone contagiarse de la pasión por comunicar. Es un abanderado de la creatividad partiendo de la base de la improvisación. A Santander ha llegado para reivindicar que «escribir mola». Por eso coordina la fiesta de la 'Escritura en Vivo' en el Centro Botín, «un lujo de escenario con unas características maravillosas que invitan a crear», según suscribe. «Uno siente esa energía especial cuando escribe, es una sensación que se transmite y se contagia. Y es lo que intentamos transmitir en el espectáculo que traemos a la ciudad, un lujo de destino en el que tenemos el placer de estar», afirma. La actriz y artista Raquel Martín colabora en la dirección creativa de la actividad.
La escritura para él ha sido su mejor 'medicina' contra la timidez -que define como extrema- aunque convive con ella. Reconoce que, «el peor enemigo de la escritura es el juicio crítico. Escribir hace que uno se abra y salga de sus confinamientos, que logre expresarse más allá de sus límites mentales». Ese espíritu liberador es el alma del proyecto 'Escritura en Vivo', una asociación cultural, definida como tal en 2017, con un proyecto de largo recorrido que él mismo puso en marcha a nivel personal en 2010. Su objetivo es promocionar la creación literaria y la lectura a través de espectáculos literarios, actividades y talleres. Fomentar la lectura y la escritura en personas de todas las edades y países es lo que se han propuesto, y en plena misión se encuentran.
Xalabarder confiesa tener dos pasiones: escribir y hacer escribir a la gente. «Intento inocular esta pasión y dar rienda suelta a las emociones. Avanzamos en cambiar los límites de lo posible, algo que estamos consiguiendo con este proyecto pionero de la asociación que ha salido de la nada y hoy en día ya nos conocen, además de en Barcelona en Murcia, Tenerife, Madrid, Bilbao y ahora en la capital cántabra», apunta. A su juicio, escribir es todo un universo, «en nuestro caso la escritura va por delante de la literatura. Escribir significa expresarse, comunicar; decir lo que uno siente, lo que le ha ocurrido. No es tan importante que el mensaje sea literario, en el sentido mayúsculo de la palabra, sino que sea un mensaje que puedas compartir con los demás».Xalabardel es el coordinador de l concepto 'jam', un evento único de intercambio literario en directo. Es consciente de que la gente no sabe lo que es una sesión 'jam' de escritura.
«Al ver fotos de otros espectáculos, la gente puede pensar que asistir a un evento de este tipo implica salir a la palestra a escribir y no tiene porque ser así, puede ser un público pasivo que disfrute de la experiencia concebida como un entretenimiento cultural a modo de fiesta de la palabra, apoyada por la música y la imagen. La participación siempre es bien recibida pero no es obligatoria, ni mucho menos, aunque se contagia», advierte. El itinerario previsto para hoy, con la 'Family Jam', a las 11.30 horas, y la 'Night Jam', a las 20.00 horas, supone un plan de lo más atractivo, sobre todo en lo que a la fiesta de la noche se refiere, que bebe de la inspiración de las veladas de jazz. El público disfrutará con una propuesta de viaje entre la hoja en blanco y la inspiración.
En las 'jam' se combinan diferentes técnicas y dinámicas. Desde una primera toma de contacto con el teclado inalámbrico para 'mancharlo' de palabras hasta escribir en parejas, en tríos y finalmente en grupos. Es una experiencia literaria diferente. Proponen nuevos estímulos como el 'tango literario' entre dos personas que se sientan con dos teclados y se van escribiendo, la una a la otra, como en una especie de diálogo mientras la música les conduce por una especie de viaje sonoro.
Para Xalabarder, «la música y la escritura es química pura. Cuando tú estas escribiendo bajo el influjo de la música se despierta y se remueve todo por dentro; fluye la narrativa de la mano de imágenes y recuerdos que nos incitan a escribir, a sacar todo lo que llevamos dentro».
Describe a la escritura y a la literatura como un «tándem idílico» pero da protagonismo a la palabra escrita «por ser el sentir sincero» de las personas. «No se trata de escribir mejor o peor, sino de bajar el listón del juicio crítico de la valoración para subir la emoción del contenido». El Centro Botín se convertirá en un maravilloso escenario único. Todo lo que se escriba se proyectará en tiempo real en una pantalla. Así, las palabras abandonarán el papel y cobrarán vida.
Lo harán de la mano de Marc Homar y Plisotic, acompañados por artistas, escritores y poetas locales como Tatiana Perdiguero, que contarán con la banda sonara de la música en vivo de Mario de Inocencio.
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