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Reinventarse, mezclar géneros, buscar de forma incansable el siguiente giro. Zenet es un explorador que utiliza la melodía como mapa y la letra como diario de ruta. Este sábado llega a Santander (Escenario Santander (21.30 horas), con su último disco ‘Si sucede, conviene’ (El ... Volcán Música, 2017). Un pildorazo de mestizaje musical que viene de un cambio de etapa personal. Más luz, el mismo jazz.
- 'Si sucede conviene', el título de su disco, ¿es una frase de su trompetista”?
- Sí, se la robé, aunque luego me enteré que era de Shakespeare, según me contó (Andreu) Buenafuente. Claro que él lo pronuncia con ese deje caribeño…(ríe). A veces le digo que seguramente Shakespeare tuvo que estar en Cuba de incógnito, nadie lo sabe y por eso la frase quedó con ese soniquete.
- ¿Viene a decir que todo pasa algo?
- Es un poco eso, sí; pensar que hay cierta magia cósmica, que el universo siempre nos compensa. Como dice nuestro refranero, que si se cierra una puerta se abre una ventana. O al revés, cuando una cosa no debe ser, siempre decimos que no estará de Dios. Lo entiendo como una aceptación activa, sin resignación. Es una lectura optimista.
-Esta colección de canciones hablan de perdón y de mirar hacia el futuro. ¿Sin lo uno es posible hacer lo otro?
- Si no has hecho daño a nadie, a lo mejor no hay que pedir perdón, pero no sé si es el caso de todo el mundo. Esta visión forma parte también de esa aceptación anterior y parte de un estado de humildad. A veces luchamos en contra de aceptar ciertas cosas y en ese sentido, esa lucha nos quita energía. Este disco es muy luminoso, conceptualmente parte de la luz y abandona la noche como sitio de inspiración.
- Usted le da gran presencia y protagonismo a los músicos que le acompañan
-Sí, absolutamente. Hay varias narrativas dentro de una canción y van en paralelo. Una es el texto. La armonía y la melodía pueden ir con la voz, pero después están los instrumentos. Para mi es importantísimo eso que va en paralelo. Me gusta mucho cuando tiene identidad propia y es importante crear ese correlato.
- José Taboada (guitarra)
- Manuel Machado (trompeta)
- Ove Larson (trombón de varas)
- Pepe Rivero (piano)
-¿Ese diálogo es fácil de lograr?
-Lo trabajamos mucho. A veces vemos que nos hemos equivocado, rectificamos y seguimos hasta que encontramos lo que le va.
-La improvisación a la que dan rienda suelta en sus conciertos, ¿también se trabaja en el local de ensayo?
- Esto viene mucho de la escuela del jazz. Tenemos unos “obligados”, los arreglos que nos indican por dónde tiene que ir el tema. Es lo que nos lleva o nos trae, un lenguaje obligatorio sobre el que permitimos que aparezcan otros tiempos. Y ahí ves el estado de ánimo de cada uno, según lo que va saliendo.
- Cada concierto se convierte en algo único
- Absolutamente. No hay un solo igual a otro. Además, me aburriría hacerlo idéntico. Hay un tipo de música que es de relojería y eso forma parte de otros estilos, pero yo me muevo en otros márgenes.
- Hablamos del jazz, que parece ser el lugar común donde ubicarle musicalmente
- Para ubicarme en sitios siempre hay problemas; no sabes en qué sección te vas a encontrar uno de mis discos. Me meten en el jazz, pero tampoco se entiende como jazz puro porque hay una voz cantada en castellano cercana a otros estilos. Me lo tomo con humor; la última vez que vi el disco a la venta estaba en pop rock junto a Raphael.
- ¿La curiosidad es un motor para usted?
- Seguro. La curiosidad acompañada de la honestidad, de saber decir qué es lo que no vale. Me tiene que gustar a mí antes de cantárselo a los demás. La curiosidad es el punto de partida, siempre de cero, siempre en la frontera del riesgo y de ver las cosas por primera vez. Buscas que te ocurran cosas cuando estás componiendo y no andar sobre seguro. Así es posible encontrar cosas que no esperabas.
-Dice que ha pasado por un proceso de reciclaje personal. ¿Ahora es otro?
- Sí, claro. A nivel musical me encuentro como un niño, cada vez que destapo un baúl de un género nuevo, descubro que una riqueza armónica tan intensa que harían falta varias vidas para sacarle provecho. Me considero un visitante de la música pero intento extraerle el alma. Ahora he empezado a tirar de las melodías cubanas. Hemos hecho dos salsas porque me apetecía divertirme, pero quiero investigar aún más; el son, la parte guajira y necesitaré más de un disco para sacar todo el jugo. Ya lo he hecho con el jazz de Nueva Orleans, el manouche, que tanto me gusta, que suena a madera y que he tardado varios discos en encontrar. Utilizaré como excusa cualquier proyecto para seguir investigando.
-Usted es padre. Cómo ve el mundo que para los que vienen detrás?
- Uf...Por un lado pienso que cada generación tiene sus propios problemas y está situada en un lugar que va cambiando. Tengo cada día más una idea más oriental de que todo es cambiante constantemente, cualquier sensación de seguridad es falsa. Lo único que nos da seguridad es saber que tenemos una casita donde meternos y gente que nos quiere. Poco más. Por lo tanto los mundos que vienen requerirán una adaptación diferente a la que tuve yo o a la de mis padres, que se preocupaban más por comer que por pensar. Todo seguirá cambiando.
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