Nacho Zubelzu regresa con 'La piel que abraza', muestra en la galería Exhibit

Ahora obras en dos y tres dimensiones en las que el papel continúa siendo el protagonista, acaparan el regreso expositivo de Zubelzu que tendrá lugar en la galería santanderina Exhibit, ubicada en Castelar. Bajo el epígrafe 'La piel que abraza', el artista de Reinosa (1966) inaugura la muestra el próximo viernes, día 7, a las 19 horas.

Como en las escamas protectoras de los peces, de los lagartos, la piel, «en las alas de las mariposas, las plumas de las aves o en el equilibrio de las especies botánicas, hay orden. En toda la naturaleza hay orden». A veces, el orden es real y matemático; en otras es aleatorio o intuitivo, «pero el resultado final es el de una composición equilibrada y de perfección estética». Se trata de ese movimiento orgánico que plasmara Zubelzu en la serie 'Trashumancias', ahora sacado del plano y trasladado a la obra escultórica que sobresale de la pared.

En todas las ocasiones, los elementos mencionados solamente funcionan en la colectividad, en conjunto. «La ausencia de una pieza delata y destruye toda la composición. Igualmente, esta serie de elementos repetitivos y superpuestos tienen una funcionalidad de manto cobertor, protector, además de estético. La piel, el pelo nos protegen del sol, del frío. El suelo de tierra, cubre como si de un manto se tratara, al planeta». Y siguiendo esas reglas naturales establecidas, el artista asiste, con una maravillosa inconsciencia, al nacimiento de ese orden establecido en la naturaleza sin alteración, creando sus propios movimientos esféricos suaves, livianos, nítidos. «Este orden me fascina y me enseña lo que no sabía para seguir con esfuerzo componiendo relieves, la tijera me guía, el papel me arrastra», apunta Zubelzu.

Es la plena evidencia de la textura, de las escamas de la piel, de la protección recibida con un abrazo. Leves gestos, suaves ondulaciones, mecánicas repetidas confieren a la obra la perfección consciente del funcionamiento del mundo, abandonado a ese movimiento de la voluntad natural, y que por suerte el ser humano no puede controlar en su totalidad.

En uno de sus últimos proyectos, 'La huella del Movimiento', integraba arte y naturaleza y reflexionaba sobre los distintos enfoques y planteamientos estéticos del artista ante ese momento detenido en cada movimiento de danza y cada nota de música. Zubelzu generó obra, pinturas, esculturas, fotografías, de diferentes bailes y acervos culturales y antropológicos. Ese dominio del movimiento lo ha recogido en culturas tan opuestas como danzas de la etnia Wolof en Gambia, la danza arequipeña Wititi en el valle del Colca en Perú, declarada Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, el movimiento de las mujeres en China o la danza de bailarines profesionales en España.

Zubelzu, que ha alternado exposiciones, geografías y proyectos nacionales e internacionales durante la pasada década, ha mantenido siempre un diálogo de arte y naturaleza que sustenta su larga e intensa trayectoria. Coherencia, diversidad, exploración, lenguaje multidisciplinar y pasión son los factores de su creación. La ecología poética y la poética de la ecología, más la intervención artística en el entorno rural son marca de la casa.