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El viaje. El buque en su trayecto a Requejada en la bahía santanderina. pablo camps

'La Naumon' atraca en puerto seguro

Cultura ambiental ·

La Fura dels Baus recala con su barco en Requejada donde científicos, marinos y artistas trabajan ya en el 'Oceanlab' un laboratorio de creativos de «arte y energía»

Sábado, 7 de noviembre 2020, 07:52

Un viejo mercante alemán, el Elvikull, acaba de surcar los mares para recalar en puerto seguro, el de Requejada. No es un lugar cualquiera, ya que este abrigo de mar lleva más de una década cerrado al tráfico marítimo por la falta de dragado de la ría de San Martín de la Arena. La llegada de 'La Naumon' (ese es su nuevo y viejo nombre) no ha sido fácil «ha habido que pedir permisos», explica Javier González, un experimentado jefe de máquinas de Santillana del Mar jubilado, a quien el destino ha enrolado en la nueva aventura que lidera La Fura dels Baus. Y es que la nave forma parte de uno de los revolucionarios proyectos de la compañía teatral con la que no sólo quieren dar la vuelta a el mundo homenajeando la gesta del ilustre marino Juan Sebastián Elcano, sino que lleva a bordo una cuna de talentos; un laboratorio de pruebas donde jóvenes y experimentados científicos, ingenieros, artistas y lobos de mar ponen su trozo de ingenio para integrar en el diseño de este barco-teatro la última tecnología ambiental.

«Es una especie de continuación del primer proyecto de La Fura con aquel Naumon que llevó el arte y la cultura por todo el mundo» explica con pasión Pedro Lapique, el armador que capitanea el 'Oceanlab', el laboratorio flotante de nuevas tecnologías aplicadas a crear conciencia ambiental y cultural en el que se ha transformado también ahora el buque atracado en Requejada.

Este es el segundo barco que reflota la Fura dels Baus, el primero -también llamado Naumon- no logró aguantar el inexorable paso del tiempo, pero su corazón late en este segundo proyecto. Una misión en la que están enrolados muchos aventureros, dos de ellos son los cántabros Javier González (ex jefe de máquinas de la Marina Mercante) y el joven ingeniero naval y maquinista Tomás O'Callaghan. Para éste último La Naumon es «todo un desafío y una oportunidad». Su misión a bordo es la de integrar las «locas» ideas de sus creativos y hacerlas realidad en un barco de 62 metros de eslora flotado en 1979. Entre esas exigencias del guión, está la de levantar un escenario en la bodega, con puertas batientes o integrar una vela de última generación que servirá para ahorrar combustible y reducir la emisión de humos a la atmósfera.

«Es un barco para esparcir cultura, arte y energía. El sueño de un equipazo cuyo objetivo es forjar un ecosistema que facilite la creatividad»

La nave es una atracción de talentos. Empresas de ingeniería ambiental están ya enamoradas de La Naumon e incluso, algunas, ya se han asentado en Cantabria. Es el caso de la aeronáutica Bound 4 Blue que se encarga de diseñar la revolucionaria vela que O'Callaghan tiene que integrar. El propio armador, Pedro Lapique, es el cabeza visible de otra firma asociada al proyecto 'Breaking Minds' cuya traducción al castellano (rompiendo esquemas) refleja el espíritu con el que nace La Naumon.

«Estamos en un proceso de pensar nuestro nuevo barco», prosigue Lapique, que es también el hombre que lleva gastadas seis de sus siete vidas en hacer realidad las innovaciones tecnológicas que le requiere La Fura. Por un lado está la «imagen visual» que ha de tener este teatro flotante en sus giras y, por otro, el concepto ambiental para que La Naumon viaje de puerto en puerto «esparciendo cultura, arte y energía y cambiando la conciencia de las gentes». «Respetar el planeta, consumir menos y no contaminar» ese es el mensaje embotellado e integrado «en lo que debe ser la defensa de los objetivos de desarrollo sostenible», añade el armador. «Este es el sueño de un equipazo cuyo objetivo es forjar un ecosistema que facilite la creatividad», concluye. De hecho hay ya muchos nombres y perfiles de reconocido prestigio que se asocian al proyecto como el ingeniero Mikel Aiestarán o el experto en innovación empresarial y «formador de formadores» Domingo Rojas.

El viaje hasta Polanco

Que un proyecto como La Naumon haya recalado en Polanco no es casualidad y «hay que dar las gracias a Julio Cabrero», gerente de la entidad. Así lo apunta el jefe de máquinas cántabro Javier González, que es quien cuida altruistamente de las «arterias» de la nave, el que la ha dirigido a puerto desde Hamburgo y quien coordina la instalación de tecnologías I+D+I en el buque. Requejada es un puerto desahuciado hace doce años por la falta de dragado de sus fondos contaminados y la Naumon es el primer mercante que lo visita desde entonces. Es también un símbolo del abandono de una «comarca devastada por la desindustrialización» apunta González. Su misión en esta empresa es la de reivindicar aire para la cuenca pero también «dejar un legado ambiental mucho mejor para mis hijos», remarca.

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