Las naves de Gamazo, convertidas en un «espacio único» de arte, abrirán sus puertas durante 2019

Las naves de Gamazo ubicadas frente a la bahía, se insertan en un enclave que ha sufrido una profunda transformación en los últimos años, caracterizada aún por las antiguas infraestructuras y edificios portuarios. El doble edificio actual es el resultado de « superposición de proyectos, la nave inicial de Jesús Grinda y Forner, diversas reformas menores y la ampliación y transformación estilística de los años 50». Los arquitectos ganadores del proyecto Eduardo Fernández Abascal y Floren Muruzábal + GFA2 han concebido un futuro «espacio único diáfano» con una doble sala expositiva y han hecho hincapié en una actuación en el entorno donde se creará una plaza y una zona ajardinada.

El Ministerio de Fomento, a través de la Fundación Enaire, había licitado el concurso para la «redacción del proyecto, «dirección de las obras de rehabilitación y reforma con adecuación museográfica», el pasado enero. Con esta actuación, se pretende dar una nueva vida como Centro de Arte a las Naves de Gamazo, «manteniendo su carácter industrial y de espacio abierto, como futura sede permanente de la Colección Enaire de Arte Contemporáneo».

Se renovará así esta edificación singular, cuyas dos naves suman unos 1.000 metros cuadrados, haciéndola compatible con la preservación de los valores de la construcción histórica y adaptando este espacio a un nuevo uso «cultural y expositivo, versátil, moderno y sostenible».

El espacio, que acoge ahora el Archivo y Centro de Documentación del Puerto -dos inmuebles cuya construcción tienen su origen en 1908 y 1950-, se convertirán en la sede de la Fundación. Este proyecto de arte, avanzado el pasado año por este periódico, tendrá un coste de dos millones de euros. Una vez abiertas las puertas en 2019 el convenio permitirá disponer a Enaire de este espacio durante dos décadas, que pueden ser ampliadas hasta el medio siglo. Hay que tener en cuenta que la colección de la Fundación tiene sus fondos dispersos en muy diversos espacios institucionales, aeropuertos y espacios ligados a la entidad, así como en almacenes centrales de seguridad.

El ministro de Fomento apuntó que se ha abierto en paralelo el proceso para elegir el comisariado que se encargará de organizar la primera de las grandes exposiciones y tomar la decisión sobre los fondos permanentes con los que se abrirá este espacio. Esta nueva infraestructura será la sede de la Fundación Enaire en Santander, y se sumará a otro espacio en Madrid, la Arquería del ministerio, y disponer de un espacio para exhibir obras y acoger actividades culturales.

La Colección, de 1.200 obras, en la que destacan artistas como Barceló, Tàpies, Chillida, Broto, Genovés, Arroyo, Úrculo y fotógrafos como García-Alix, Daniel Canogar y Chema Madoz, refleja una amplia variedad de técnicas como pintura, escultura, obra gráfica, dibujo, fotografía, vídeo y abarca las corrientes artísticas más importantes de las últimas seis décadas. De la Serna destacó que ha ganado una «gran propuesta que prevé una actuación singular» en estos edificios», donde se habilitarán espacios diáfanos para exhibir fondos «de extraordinario valor de la Fundación, que «va a echar el resto» en este proyecto que, además, se está acometiendo en «tiempo récord».

Floren Muruzábal explicó las líneas generales de la propuesta ganadora que consiste en un estrato más dentro de esa superposición de intervenciones a las que se han visto sometidas las naves durante su historia. Se propone recuperar el espacio interior, especialmente el de la nave antigua, con sus proporciones, su estructura con ritmo y la luz cenital.

Asimismo, se conserva el volumen y la forma de las naves con pequeñas intervenciones. En la nave norte, además del vestíbulo, se localiza el núcleo de comunicaciones, los servicios, las instalaciones, los almacenes y un espacio expositivo menor conectado a la sala grande; y según explicó la arquitecta, en el altillo se creará un espacio polivalente de oficinas, aulas, talleres . Durante la actuación prevista se saneará y restaurará la estructura, los muros y las cerchas. «Los muros se trasdosan al interior y se enjalbegan al exterior». Las naves contarán con una cubierta unitaria que proporciona luz difusa creando una atmósfera de museo.

Floren Muruzábal aseguró que la intención es cerrar todos los huecos existentes y abrir intencionadamente unos nuevos superpuestos: «Dos interiores, conectando y articulando el vestíbulo, la sala grande y la pequeña; y tres en el exterior, de la misma dimensión, el que define el acceso bajo la marquesina, otro en la fachada sur de la sala grande abierto a la bahía y otro en el hastial este, en la sala menor, con vistas a la bocana que sirve de acceso de servicio».

Los espacios, neutros, bien iluminados y dotados tecnológicamente permitirán mostrar la obra de la Fundación y otras exposiciones tempora les, facilitando el relato de los comisarios. El tratamiento de las fachadas y los nuevos huecos permiten observar los restos de todas las intervenciones. El diseño y las instalaciones contribuyen, precisó, «a conseguir la eficiencia funcional y energética del nuevo espacio expositivo, su conservación y la reducción de su impacto ambiental».

La propuesta se extiende al exterior definiendo un espacio de acceso con la marquesina, el muro existente que se cubre de vegetación y flores y el letrero de la Fundación Enaire que presidiriá el nuevo centro. Frente a la nave se crea una plaza que se suma a los espacios de ocio del entorno. Además se ajusta el vial para mejorar la relación del edificio con la calzada y se pavimenta un plano de losas de piedra caliza de Escobedo, de la misma cantera que el cierre del dique.

Orta de las acciones será la ubicación de un banco lineal, próximo a la fachada , orientado al sur y con vistas a la Bahía y Peñacabarga.

Finalmente se interrumpirá la piedra para crear «dos parterres de arbustos con flor, donde se disponen esculturas de la colección, que se podrían extender por el área de Gamazo».