Las 'Noches de luna' alumbran el regreso a Siboney de la artista Susana Reberdito

«Su pintura nos deja intuir la serenidad convertida en amenaza, la paz que permite la llegada ulterior de la tormenta, nos propone caminos entre concentración y diversidad, entre figura y abstracción, espontaneidad y reflexión, orden y caos, serenidad y tormento». Las palabras del crítico Gabriel Rodríguez definen el universo de Susana Reberdito. La pintora regresa a Santander y lo hace a través de su nueva cita en la galería santanderina Siboney, en su sede de la calle Santa Lucía.

Mañana inaugura su exposición 'Noches de luna'. Y el sábado, en una suerte de conversación guiada, Gabriel Rodríguez diseccionará su obra. Esta segunda cita en la agenda semanal está incluida en la convocatoria de Espacios brecha. Tras el epígrafe de 'Noches de luna' se agrupan muchas de las nuevas pinturas de Reberdito –artista santanderina de adopción, aunque nacida en San Sebastián en 1962, y residente en Alemania desde hace tres décadas–, de las que se han seleccionado seis trabajos que compartirán espacio con obras de otras series recientes, como 'Tempest', 'Oregon' o 'Seestück' (Cae la Noche), en una muestra que busca «no sólo evidenciar la solidez de su trayectoria; sino también aunar obras que transmiten por medio de la exaltación del color, una celebración sensual de la vida».

La artista enfatiza los temas reflejados por medio de formas elementales, que ofrecen» esa extraña relación primitiva del color y la forma, del detalle exaltado en el delicado margen de actuación que queda entre lo vacío y lo complejo». Como apuntó Gabriel Rodríguez en su texto para la exposición 'Meeresrauschen' (Susurros del mar), realizada en la Biblioteca Central en enero de 2019: «Cada cuadro es un decantado de sentimientos que precisa un tiempo lento de actividad contemplativa. Es una pintura ambigua en su literalidad, porque es pintura y océano, realidad e ilusión, suceso pictórico ocurrido en una escala, en una dimensión invariable, y magia sentimental del color al margen de lo simbólico, porque nos invita a un lugar de encuentro entre lo específico pictórico y lo íntimo emociona».

En su tercera comparecencia en Siboney nuevamente «habla de los sonidos, los olores, la suavidad o la aspereza, el calor, incluso los sabores de sus cuadros». Susana Reberdito se formó artísticamente en los talleres de Xesús Vázquez y Esteban de la Foz en Santander, en un principio, y más tarde en Madrid y Estados Unidos. En sus años de trabajo en Santander su pintura pasa por un expresionismo figurativo, de aliento monumental, que continúa en las series desarrolladas en EEUU, de iconografía religiosa, con piedades y crucifixiones inspiradas en la escultura románica. A ello sucedería su serie de desnudos femeninos. Son los años en que pinta sus figuras danzantes de la Sala Griega del Palacio de Festivales de Santander, de una poderosa monumentalidad.

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