Susana Rodríguez Lezaun

Escritora

«En una novela el crimen cometido por Daniel Sancho resultaría insulso para los lectores»

-¿Qué se van a encontrar los lectores de 'Morir dos veces?

-Una historia de segundas oportunidades, de perder y volver a empezar, pero también de cómo el pasado se empeña en perseguirnos. 'Morir dos veces' nos presenta a Soleil Bisset, una ingeniera informática casada con un juez y madre del pequeño Daniel. Una mujer con un marido dominante y una suegra invasiva que vive una vida que la ahoga y que la hace profundamente infeliz. Cuando cree que no puede más, una terrible riada la arrastra mientras va en su coche. Consigue poner a salvo a su hijo, pero ella es engullida por el agua. Seis años después conoceremos a Moon, una detective privada que vive en París, valiente, muy inteligente, que disfruta de una vida plena en apariencia, hasta que un pasado que creía haber dejado atrás la alcanza y la arrolla.

-¿En qué se diferencia de sus otras novelas?

- 'Morir dos veces' no es una novela policiaca, no hay una investigación convencional, como en las protagonizadas por Marcela Pieldelobo, aunque la protagonista, debe seguir las pistas que encuentra para intentar solucionar el enorme embrollo en el que se encuentra metida y que puede acabar con su vida. Es una novela rápida y con mucha acción, seguramente la más pegada al thriller de todas las que he escrito.

-Hay mucha novela negra en las librerías, ¿en qué se diferencia la suya del resto?

-En el tipo de dilema que presenta cuando Soleil hace lo que hace y se 'resetea'. Es una historia de marcas profundas en el alma, de supervivientes y personas que deben aprender a sobrevivir bajo unas nuevas reglas. Hay personajes que deambulan en el filo entre el bien y el mal, y que por tanto no siempre son buenos o malos, y que son capaces de adaptarse a las circunstancias y enfrentarse a situaciones que jamás pensaron que tendrían que afrontar, pero lo hacen. Creo de verdad que 'Morir dos veces' aporta un punto diferente a otras novelas negras.

-También hay mucho amor en la historia. Al final, ¿el amor mueve al mundo?

-Sin duda, pero el amor en todas sus concepciones, y también su némesis, el odio. Bajo la bandera del amor se han cometido las mayores heroicidades y las más terribles atrocidades. Matar por amor, morir por amor... El amor, que mueve montañas, no siempre es la maravillosa experiencia en la que pensamos de entrada. Hay amores muy tóxicos, peligrosos, mortales, asfixiantes... De eso va también la novela. Y del amor puro, por supuesto, el de una madre por su hijo, de una mujer por su pareja, de amigos incondicionales...

-¿Usted es de las escritoras que escriben para entretener, para buscar la reflexión o para su propio regocijo?

-No me fijo una meta cuando empiezo a escribir. Podría decir que mi objetivo es que el lector no sea simplemente un espectador de la historia que le estoy contando, sino que participe de la aventura, acompañe a los personajes, sufra y disfrute con ellos, reflexione sobre las circunstancias que le planteo y, cuando termine, piense que el viaje ha merecido la pena.

-Además, dirige el festival Pamplona Negra. ¿Se atreve a hacernos una radiografía de cómo está este género?

-En mi opinión, no se puede hablar ya de la 'burbuja' de la novela negra. El éxito del género no es casual sino una tendencia más que consolidada. Personalmente, me hace muy feliz constatar que hay muchas voces nuevas en el panorama nacional con apuestas fantásticas, con novelas de gran calidad, arriesgadas y rompedoras. El relevo generacional está garantizado, y ya vemos cómo los nuevos autores y autoras adaptan sus tramas a su propia realidad, plasmando unas situaciones que son diferentes a las que otros hemos vivido y plasmado. La novela negra está muy viva, por suerte.

-Los telediarios están llenos de crímenes que podrían ser una de sus novelas, como el cometido por Daniel Sancho, el de Morata o el de la cabeza en Castro Urdiales. Con tantas cosas como pasan en la vida real, ¿es complicado encontrar una ficción que enganche?

-Lo curioso es que muchas historias reales serían increíbles en una novela negra, y otras, como la de Daniel Sancho, tan 'sencillas' que resultarían insulsas para el lector. La ficción nos permite 'adornar' las historias, hacerlas más intensas, más difíciles para los personajes y más interesantes para el lector. Aunque debajo haya una historia real, la ficción siempre es necesaria.

-No puedo acabar sin preguntarle por Marcela Pieldelobo, protagonista de su saga más exitosa. Sus lectores esperan una nueva entrega ¿tardarán mucho en complacer sus deseos?

-Me temo que van a tener que esperar un poco. Le debo a Marcela al menos una novela, y ya la tengo en la cabeza, pero necesito tiempo para escribirla. No soy rápida escribiendo, necesito al menos un año para terminar una novela, pero lo único que puedo asegurar es que llegar, llegará, y cuanto antes.