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Esteban Lozano (Buenos Aires, 1956) se inició en el mundo de la literatura y la narración con una novela histórica con la que ganó el ... Premio de Novela Argentina. En 2012, 'Los amantes de Shakespeare' le valió el Premio Monteluna de Textos Teatrales y tres años después, con 'Las reglas de la supervivencia', fue finalista del Premio La Trama de Novela Negra. La pasada semana se alzó con el Premio Tristana de Novela Fantástica de Santander, en una edición en la que se ha batido récord de participación -casi trescientas novelas se han presentado al concurso-, por su novela 'Operación Madagascar'. «Es un premio acariciado por todo amante y practicante de la literatura fantástica», reconoce quien puntualiza que «para los argentinos es un enorme desafío animarnos al género fantástico después de tener dos monstruos como Jorge Luis Borges y Julio Cortázar». El premio, dotado con 6.000 euros y la publicación de la obra, se entregará antes de finales de año en la Gala de las Letras de Santander.
Lozano ha recibido varios premios y reconoce que un certamen literario siempre es bueno si es «honesto», porque ayuda a difundir buena literatura. «El dramaturgo necesita la palmada en la espalda que lo anime a continuar, y ése es uno de los efectos benéficos de los concursos literarios. El Premio Tristana es para mí esa palmada en la espalda», dice.
'Operación Madagascar' transcurre desde la perspectiva de un supuesto diario redactado por Adolf Eichman, responsable según la historia de la llamada 'solución final' contra los judíos y protagonista, según la ficción, de un intento de salvar sus vidas deportándolos en masa a esta isla del Índico.
¿Cómo surgió? Lozano desvela su predilección por la ucronía y por la especulación acerca de los universos paralelos. «Hace años leí una mala novela en la que se describía una escultura nazi de grandes dimensiones en forma de cruz esvástica. De una de mis paredes colgaba un almanaque con fotografías de National Geographic con una espectacular panorámica de los tsingy de Bemaraha, en Madagascar. Recordé el Plan Madagascar ideado por los nazis para deportar a toda la población judía de Europa a esa isla, plan que por supuesto no prosperó. En mi cabeza los tsingy se convirtieron en una descomunal esvástica esculpida por orden de Adolf Eichmann, convertido en Gobernador de Madagascar. Esa imagen constituyó la fuerza motriz de mi novela», explica.
En la novela, Eichmann no es más que un oscuro funcionario, un burócrata que tiene sed de trascendencia. «Sabiéndose incapaz de obtener el galardón que lo inmortalice -el Premio Nobel en cualquiera de sus categorías-, se vuelca por el Nobel de la Paz y para ello decide salvar de los futuros planes de Hitler a los once millones de judíos europeos deportándolos a Madagascar», indica el dramaturgo para quien se trata de una trama perversa en la que hace hincapié en un triángulo amoroso cuyos vértices son Adolf Eichmann, el doctor Josef Mengele y la cineasta Leni Riefenstahl.
El nazismo es un tema que le interesa por una razón principal: «La historia de nuestro planeta tiene un antes y un después del nazismo: los planes expansionistas de Hitler trajeron de la mano millones de vidas segadas por la guerra y por el asesinato sistemático de personas. Indudablemente Hitler es el personaje más influyente del siglo XX, mal que nos pese».
La novela fantástica le atrae porque como ocurre con la ciencia ficción, «también llamada literatura de anticipación, es una de las mejores herramientas para criticar el presente». De todas formas, no le gusta un género en particular a la hora de escribir novelas, son los temas que se le ocurren los que le llevan a escribir. «He escrito una novela histórica que tiene como escenario las luchas de la independencia, y también una novela policial ambientada en el seno de un clan de Neanderthales -no es que aparezca un Philip Marlowe peludo, sino que la estructura de la novela es la del policial negro, dice con ironía-. Y ahora estoy corrigiendo el borrador de un thriller que combina varios géneros, incluyendo el fantástico», explica para definir su trayectoria.
Su vida es escribir, algo que para este argentino es como «respirar». Por eso, entre sus planes de futuro figura el seguir escribiendo «hasta el último de mis días». De la literatura ha aprendido que «hay otros mundos, pero todos están en éste, como dijo Paul Eluard». Y para inspirarse recurre generalmente a una imagen. «El germen de una historia puede llegar de la manera menos pensada, e incluso no tener nada que ver con lo que luego uno escribirá», reconoce quien además de publicar libros escribe sobre arte, cultura y literatura en una publicación online, colabora en el diario 'Ámbito financiero' y en varias revistas culturales -'Temas', dirigida por Daniel Muchnik y 'Lilith', por Óscar Oriolo y Rubén Sacchi'-, todas ellas en argentina.
Lozano cita tres cualidades básicas que debe tener un buen escritor: «Constancia, disciplina, y siempre escribir pensando en ese lector riguroso y exigente que es uno mismo». Finalmente, analiza el mundo editorial: «Creo que, en general, está tan comercializado que los géneros literarios están siendo paulatinamente reemplazados por lo que llamaría 'nichos de marketing', con categorías cada día más diversificadas: New adult, Young Adult, Crossover, Chick-lit... Lamentablemente parece que hoy la definición que mejor le cabe a la novela es la de 'soporte del código de barras', sea cual fuere su contenido». ¿Y la cultura? en su análisis responde que «el mundo editorial es fiel reflejo del mundo de la cultura».
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