«Nunca me he sentido discriminada por ser mujer en el mundo del teatro»

-¿Qué le atrajo del proyecto 'Conversaciones con mamá'?

-El texto, trabajar con Jesús Cisneros y con la directora Pilar Massa, que es una gran actriz también.

-¿Y qué le gusto del texto?

-Ver el progreso de la relación entre madre e hijo. Empiezan con un problema serio y, según avanza la obra, la madre con mucho amor consigue que su hijo vuelva a ser la persona que era cuando ella lo educó. Es maravilloso cómo se desarrolla la historia. Es divertida y tierna.

-¿Es un homenaje a las madres?

-Es un homenaje a según que madres.

-¿Usted se identifica con su personaje?

-Tengo muchas cosas en común. Ella cree mucho en el ser humano, en la igualdad, es una mujer muy moderna para tener 73 años.

-¿Es difícil hacer reír al público?

-No es difícil hacer reír cuando se hace de forma seria. Yo no me río cuando la gente hace el tonto. Los textos están escritos y si tienen gracia el público se ríe, no hace falta recuadrarlos mucho. En una comedia se hace humor con mayúscula y, en este caso, también hay momentos para ponerse serios. Hacemos reír y en un momento dado recogemos la energía del público y la llevamos hacia la ternura o pensar un poco.

-Tercera generación de actores. ¿Toda una responsabilidad, no cree?

-Tremenda, por eso empecé como bailarina. Era muy buena y la prueba es que debuté con 15 años en el Teatro de la Ópera de Verona con Alberto Portillo. Recorrí toda Europa, pero yo quería estar en España y aquí no había campo para el baile. Por eso, poco a poco me fui dedicando a la interpretación. Primero fue el cine, luego la televisión y por último el teatro.

-¿Qué recuerda de esos primeros años?

-Una emoción tremenda, porque bailar me gusta y me emociona mucho. Lo dejé para dedicarme a la interpretación y recuerdo que en mis últimos bailes se me iba el alma por el escenario porque sabía que era el final. Luego llegó el principio de otra cosa estupenda. No me puedo quejar de cómo me ha ido.

-Fue pionera en la compañía Nacional de Teatro Clásico. ¿Fueron unos años difíciles?

-No. Yo no puedo decir que he tenido una vida dura, lo que sí puedo decir es que he trabajado como una mula. He trabajado mucho y he estudiado mucho. Soy muy curiosa.

-Eran momentos en que su gran apoyo fue Carlos Larrañaga. ¿Cómo lo recuerda?

-Con él empecé a hacer teatro. Creamos nuestra propia compañía y fueron años de trabajar duro. Éramos una pareja muy querida en España. Después he seguido funcionando sola. Al principio daba miedo, pero luego todo vino bien. Todo lo que me llegaba es porque me convenía. El universo me quiere.

-¿Alguna vez se sintió discriminada en aquellos años por ser mujer?

-No. Esta es una profesión marginal, y como decía Fernán Gómez, gracias a Dios. Las mujeres éramos iguales que los hombres. Incluso grandes actrices llegaron a ser empresarias. No se puede decir que es una profesión que margina a la mujer, todo lo contrario.

-¿Qué es el teatro en su vida?

-El teatro está presente en mi vida desde el biberón (ríe). Cuando nací mi padre encontró trabajo. Tuve mucha suerte y por eso repito que el Universo me quiere.

-Acaba de recibir la medalla de oro al mérito de Bellas Artes, un reconocimiento a toda una trayectoria. Enhorabuena. ¿Cómo ha acogido este premio?

-Es un reconocimiento muy importante. Lo he recibido con mucha alegría también por lo ilusionados que están mis hijos y toda mi familia. El regalo nos lo han hecho a toda la familia.

-Teatro, cine y televisión, ¿en qué medio le gusta más trabajar?

-Me siento muy bien en todos los medios porque los conozco perfectamente. Hoy hay mucha separación entre cine y teatro y es algo que me hace reír, el que los directores de cine digan que los actores de teatro no sabemos hacer cine. Ellos se lo pierden. He hecho cine y me divertía mucho ese medio. Y como actriz me formé en televisión. Trabajé con grandes actores y actrices de los que aprendí mucho y me ayudaron muchísimo.

-¿Cuál recuerda como su mejor momento profesional?

-El actual. Yo vivo el presente. No miro para atrás. El secreto de ser feliz es vivir el ahora.

-¿Cómo está ahora el panorama teatral?

-Esperemos que mejore cuando mejore el país, porque la cultura no pasa por un momento maravilloso. Menos mal que han quitado el IVA del 21% porque era un cachondeo. Era el único país del mundo con un impuesto tan elevado. Mientras estuvo ha sido terrible y lo acabaron pagando los actores, que cobraban la mitad.

-¿Hay buena cantera de jóvenes actores?

-Hay jóvenes actores muy buenos porque hay muchas escuelas estupendas en España. Los jóvenes están en una lucha preciosa porque esta profesión lo es.

-¿Es difícil ver a los jóvenes en el patio de butacas?

-Depende. Mi hijo Luis cuando trabaja en teatro tiene el mismo porcentaje de gente mayor que joven. Y Amparo también. Yo muevo más público mayor, pero me emociono cuando vienen los jóvenes.

-¿Piensa envejecer en el teatro?

-Me retiraré, pero no se lo diré a nadie. Nunca diré que es mi última función. Me retiraré si pierdo la memoria o no estoy ágil. No quiero que el público que me ha seguido toda la vida me vea mal. Pero nunca diré esta es la última gira de María Luisa Merlo, me iré por la puerta de atrás.

-Espero que Santander no sea su última función.

-Yo también lo espero, pero no lo sé.