«En la obra de Gerardo Diego hay un canto a lo pequeño y una atención a lo mínimo»

La publicación es un proyecto editorial de la Fundación Gerardo Diego que ayer arropó por medio de sus patronos: Gema Igual, alcaldesa de Santander, y Juan Antonio González Fuentes, director general de Cultura y Patrimonio del Gobierno de Cantabria, y de su directora Andrea Puente. Una presentación en la que el recuerdo de aquella intervención en 1919, en la que el poeta defendió la nueva poesía haciendo al Ateneo testigo de una disputa literaria, estuvo, por su relevancia, bien presente. «La prensa llegó a definirle como un apóstol de las sandeces», recordaba ayer Elena Diego con un gran sentido del humor.

Para ella, Santander, era el lugar de las escapadas con su padre. De las visitas a la tía Flora. De las rejas que la separaban físicamente de esta, pues era monja de clausura... y Gerardo Diego, el gran autor de la Generación del 27 y Premio Cervantes, para ella era simplemente su padre. «He tenido la dicha de vivir muchos años felices a su lado, disfrutando de su presencia, pero sin detenerme en su obra, salvo cuando compartía con él la alegría de alguna nueva publicación de algún nuevo libro que él llamaba un hijo con alas», comentó Elena Diego. Fue tras su muerte, en el año 1987, cuando «me tocó acompañar a mi madre y velar junto a mi hermana Isabel por su obra». Una ardua tarea, según dijo, igual de gratificante que pasó, además de atender a la Fundación, por la publicación de sus obras completas. Y fue ahí, a partir de su muerte, según expuso, cuando «pude centrarme en el descubrimiento de su obra. Algo que me aportó mucha felicidad». Un estado que ahora comparte en ese 'Gerardo Diego desde dentro' que ella con una gran humildad, presenta como «unas osadas apostillas», pero que, según expuso José Luis Bernal, «es un libro sorprendentemente original que aporta algo nuevo e ilumina las obras de Gerardo Diego». Una publicación que va a ser muy tenida en cuenta cuando se estudie al autor, Y es que esas apostillas, «sostenidas con una gran elegancia y pasión», se complementan con un anexo documental en el que se rescatan fotografías desconocidas, borradores de textos, autógrafos de Dámaso Alonso, Concha Espina, y Azorín... o cartas manuscritas de Antonio Machado, entre otros.

Elena Diego, a preguntas del público, confesó que al buscar la documentación y escribir este libro descubrió «en el escritor todo lo que yo como hija había vivido a su lado... Pues en él hay gran cantidad de versos que me recuerdan los momentos que compartimos en nuestra vida». Y es que «esa ósmosis entre vida y obra está para mí en sus versos», indicó.

También reconoció que en los versos de su padre «hay un canto a lo pequeño» y a lo admirado «y es emocionante que se sepa valorar esa atención a lo mínimo que reflejan sus poemas».

La concejala de Cultura del Ayuntamiento de Santander, Noemí Méndez fue la encargada de abrir el acto en el que también intervinieron Juan Antonio González Fuentes y Gema Igual. Ambos mostraron un gran cariño y agradecimiento a Elena Diego a la que consideran motor de la Fundación. Una institución que para José Luis Bernal «es mágica: Es extraño encontrar una que tenga el recorrido y la historia que tiene la Fundación Gerardo Diego», aseguró.