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Un momento del espectáculo de Dávila el pasado viernes. j.ll.m.
El octavo pecado capital

El octavo pecado capital

Juan Dávila, como un investigador insólito, trataba de demostrar cuánto pecado anida bajo la perfecta fachada del «paseo marítimo» y del 'Santander de toda la vida'

Domingo, 23 de febrero 2025, 10:48

«Muchas gracias por agotar las entradas; se ha quedado mucha gente fuera… ¡que se jodan!», dijo el cómico Juan Dávila, entre el delirio de ... su público, completamente entregado tras casi dos horas de exhibición de esa mezcla de lengua afiladísima, humor negro, teatro de provocación y sincericidio inclemente. Y es que a media tarde parecía que regalaran algo en el Palacio de Festivales, con colas que serpenteaban por la Cuesta del Gas hasta la parada de San Martín para ver en directo al humorista que arrasa en las redes y en las taquillas. Dentro, los nervios afloraban sobre las butacas, con el personal sudando tinta. Después de una entradilla de Quevedo –el rapero, no el otro–, una grabación al estilo Equipo A serviría para presentarle: «si tiene usted algún problema y se lo encuentra, quizá pueda contratarlo».

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