'Olivia y las plumas', última obra de La Machina para público infantil, llega al Palacio

Olivia, la protagonista de esta historia, vive en un pequeño pueblo cerca del bosque. Olivia tiene un secreto y es que posee un don especial: puede comunicarse con los animales. Gracias a este don, un día descubre que el lago se está secando y que los peces necesitan llegar al mar. Estos le piden que busque plumas para ayudarles. En ese momento, Olivia comienza una intensa búsqueda para recoger decenas de plumas.

El actor Fernando Madrazo completa el elenco de esta producción de la compañía que dirige Francisco Valcarce con asesoramiento en la magia de Raúl Alegría, los títeres de Maite Campos, el attrezzo y construcción de títeres de Yolanda Novoa y Alberto Sebastián, la construcción escenográfica de Juanma Ibars y Víctor Lorenzo y la colaboración coreográfica de Alberto Pineda.

Este es un personaje que transmite «serenidad, libertad, fuerza, independencia y determinación». Se trata de una niña que ya está entrando en la adolescencia, una niña que empieza a ser mujer y a evidenciar sus rasgos de madurez sin perder la ilusión y la imaginación propias de la infancia.

Con dramaturgia y versión teatral de Julia Ruiz Carazo, la obra retrata la ilusión de Olivia que dedica sus días a recolectar plumas. Acompañándola en esta misión, los niños (y no tan niños) aprenderán muchas cosas sobre aves y pájaros, viendo como la sola palabra pluma, poco nos dice de su verdadera identidad. Pero todas, por muy diferentes que sean permiten volar y esto es lo que importa.

«Volar como lo hace Olivia con su imaginación y con su red de plumas. Ella es la primera que vive la magia de esa recolección. Sus pasos se hacen ligeros y a lo largo de la historia puede verse como su movimiento es el de tender hacia lo alto, hasta terminar la historia estando de pie en el tejado de su casa».

La temática ecológica también está muy presente, «tanto por el tipo de ambientación de esta historia, como por el elemento que da impulso a la búsqueda de Olivia». El hábitat de los peces no es el que debería ser. «Esto nos encamina también a una reflexión sobre el mundo en el que vivimos y la relación que tenemos con el planeta Tierra, empezando por nuestro entorno ambiental más próximo». Conceptos como «imaginación, solidaridad, perseverancia, naturaleza, cuidado del entorno» subyacen en el sentido de esta creación teatral.

«Volar como lo hace Olivia con su imaginación y con su red de plumas. Ella es la primera que vive la magia de esa recolección. Sus pasos se hacen ligeros y a lo largo de la historia puede verse como su movimiento es el de tender hacia lo alto, hasta terminar la historia estando de pie en el tejado de su casa».

Si nuestros pasos se encuentran en coherencia con nuestros sueños, «es así como el camino se hará placentero pese al esfuerzo, pese a la incertidumbre, pese a todos los obstáculos que podemos encontrarnos». Con esta historia Olivia «quiere cogerte de la mano para que le ayudes a volar muy alto». Dramaturga, Julia Ruiz Carazo es actriz y directora de su propia compañía, LaSal Teatro.

Susanna Isern sostiene que las historias surgen de la forma más inesperada: «Algunas llaman a la puerta, otras las encuentra escondidas debajo de la cama o nadando en el café con leche, aunque la mayoría aparecen como mariposas que pilla al vuelo». Desde que publicó '¡Pilú, Pilú!', su primer álbum ilustrado, en la primavera de 2011, decenas de libros infantiles han visto la luz. La mayoría de sus obras se comercializan internacionalmente y pueden encontrarse, además de en braille, en más de una docena de idiomas. 

Ilustradora de gran prestigio, Esther Gili nació en 1981 en Madrid, habiéndose formado en la Escuela de Arte nº 10. Ha desarrollado su trayectoria profesional en diferentes ámbitos creativos y es autora de libros como 'El legado de Catherine Elliot', 'El lenguaje de las olas' y 'Encantadas', entre otros.