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Consuelo de la peña
Viernes, 21 de septiembre 2018, 07:17
Un nuevo artículo científico, el segundo en apenas cinco meses, vuelve a poner en duda que las pinturas encontradas en la pared de calcita de la cavidad cántabra de La Pasiega fueran pintadas por los neandertales. El trabajo, que firma entre otros el ... director del Museo de Prehistoria y Arqueología (Mupac) y publica la revista Science, realiza un «análisis crítico» de las recientes dataciones de costras de calcita en tres cuevas españolas –Ardales, en Málaga, y Maltreavieso (Cáceres), además de La Pasiega–, según las cuales fueron los neandertales, en lugar de los humanos modernos, quienes crearon las pinturas rupestres más antiguas del mundo, lo que sugiere que pueden haber tenido un sentido artístico similar al Homo sapiens.
Aquel estudio, cuyo primer firmante es el físico e investigador Dirk Hoffmann, establecía que las pinturas de estas tres cuevas se realizaron hace más de 64.000 años, 20.000 años antes de que los humanos modernos llegaran a Europa. Esto significa que el arte rupestre del Paleolítico (Edad de Hielo) -incluyendo imágenes de animales, puntos y signos geométricos- fue hecho por los neandertales, una especie hermana del Homo sapiens, y los únicos habitantes humanos de Europa en ese momento. También indica que pensaron simbólicamente como los humanos modernos.
Pero ahora, otro estudio, publicado en la misma revista, y firmado por los expertos Ludovic Slimak, Jan Fietzke, Jean-Michel Geneste y el cántabro Roberto Ontañón, revisa los datos de ese estudio, en el que se utilizó una técnica de datación de vanguardia llamada uranio-torio.
El equipo de Ontañón tilda de «atrevida» la autoría nealdertal de las pinturas y pone en cuestión las fechas, «no tanto porque haya evidencia de que son imprecisas, sino porque no hay prueba positivas de que sean correctas». El nuevo estudio explica los problemas que plantea la aplicación del método uranio-torio a costras muy finas de calcita, como las empleadas en estos casos, y que «comprometen» la fiabilidad de los resultados. Sostiene que para que una muestra sea fiable es necesario que la calcita se haya formado en lo que se denomina un «sistema cerrado», es decir, que no se haya visto alterada por fenómenos como filtraciones, recristalizaciones y otros. Pero la detección de este problema, en fragmentos tan pequeños como las costras que se han muestreado, es muy difícil. Otro problema lo plantea la presencia de torio «no radiogénico», que no participa en la desintegración del uranio cuya actividad se mide para establecer la datación.
Ambos fenómenos tienen como consecuencia que las fechas obtenidas se vean «envejecidas». Para enfrentarse a estos problemas, los especialistas del método del uranio-torio aplican unos factores de corrección que difieren de un caso a otro en función de criterios diversos, de manera que la elección de uno u otro es decisiva en la fecha que finalmente se obtenga.
Tras el análisis crítico realizado, el grupo de Ontañón concluye que «existe una elevada probabilidad de que las pinturas no sean tan antiguas». Esto es especialmente claro en el caso de La Pasiega y también en Maltravieso. En el caso de Ardales, la fiabilidad de las fechas es mucho mayor. En vista de estos resultados, los científicos aseguran que es «precipitado afirmar tajantemente que las pinturas de La Pasiega y Maltravieso fueran realizadas por neandertales». En el caso de Ardales, habría que demostrar que las manchas de pintura fueron ejecutadas por mano humana.
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