Todos los Pablos en la misma luz

Para ello se solicitaron fotografías o retratos realizados en talleres o reuniones con él para ser enviadas al espacio de Javier Vila, «al objeto de hacer un gran mural que se exhibirá en el escaparate durante el mes de julio». La convocatoria de envío de fotos ha sido un éxito y se han superado las 150 imágenes que ya se ubicaron en las redes sociales de La Caverna a medida que se recibían.

Mañana jueves el espacio de la calle del Sol colgará dos murales al tiempo que celebra la inauguración de la muestra de la imagen específica con la que David Hojas Cuevas contribuye a la Colección de este año, bajo el nombre 'Desde el otro lado'. En realidad se funden tiempo y espacio, homenaje colectivo y conmemoración. Este mes de julio se celebra el primer aniversario del fallecimiento de Pablo Hojas.

David participa, como parte también de la serie mensual de La Caverna, con una mirad ad hoc dado que funde huella e impresión. «Está en la línea de las manos que los primitivos dejaban impresas sobre la cueva como gesto y testimonio. Reflexiona sobre la identidad y sobre nuestro paso por el mundo».

Javier Vila, artífice de La Caverna, y promotor del homenaje, subraya que en este primer aniversario de la muerte del 'maestro', se ha convocado «a todos los fotógrafos que han pasado por La Caverna con el fin de configurar ese retrato colectivo retrato.

También se hizo extensiva la convocatoria a todos los fotógrafos, ya sean profesionales o aficionados, que pasaron por los talleres de Polientes Foto durante una década y a sus compañeros de la Asociación Profesional de Fotoperiodístas Cántabros».

El mosaico-mural o políptico con todas las fotografías recibidas conforma este multi retrato de Pablo Hojas. «Un personaje que ha contribuido de una forma decisiva a la difusión de la fotografía en Cantabria».

David Hojas Cuevas (Santander, 1979) suma a la serie que se vincula con ese otro lado colectivo de la memoria de su padre, una imagen que representa la impresión de una persona, o una parte de ella, que ha estado sentada o tumbada sobre la arena, y de la que tan sólo vemos la impresión de la trasera de su pantalón vaquero. La fotografía «nos recuerda que alguien estuvo allí en ese momento específico. Pero también que dejamos una marca, incluso temporalmente, en el entorno que nos rodea. Quizás llegue la marea y la borre, porque es efímera; la arena puede difuminarla también con la acción del viento. Todo cambia, nada es. Como nuestra presencia y nuestras acciones, que se desvanecen con el tiempo. Tempus fugit».

Pero cada persona, subraya Javier Vila, «deja una huella única, una marca especial de su paso por el mundo, incluso de los momentos más efímeros. Nada es banal y mucho menos inocente. El daño ya está hecho. El hombre ha transformado el mundo. Ha dejado su testimonio de que estuvo allí, su huella ecológica, la prueba evidente de que, al menos, existió». En paralelo, la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, bajo el epígrafe 'Huellas. Celebrando a Pablo Hojas en la UIMP', rinde homenaje al fotógrafo hasta el 5 de septiembre. Una doble muestra, en el acceso e interiores del Palacio de la Magdalena y al aire libre. Hojas, que fue fotógrafo oficial de la institución académica, realizó retratos con una mirada personal de personalidades que han marcado la historia de la UIMP. Y también abordó una amplia labor documental como reportero gráfico a través de la trayectoria de la universidad de verano.