Leer es verdad

Cuantas verdades caben en una plaza…cuántas dudas, cuántas interpelaciones sin agresión pueden rebotar en las duras aristas de la Plaza Porticada. Quizá todas las que una Plaza de la Palabra pueda contener. Entonces… ¿convertimos lo habitual en sorprendente? ¿Hacemos del lugar de paso un ... lugar de convivencia? Decía ayer Bob Pop que con las otras, con las diferentes, deberíamos encontrarnos en espacios públicos -como esta Plaza que habitamos desde la diferencia-, donde podemos hablar de tú a tú, sin que nadie nos cuente que esa otra persona es la enemiga o la amenaza o la portadora del virus del miedo. También le dijo Bob Pop a las 500 personas que lo escuchaban a pesar de la lluvia y de otras zarandajas, que «escribir es mentira, pero leer es verdad». Y retumban esas palabras en mis oídos y en los de las dos estatuas desnudas -las del ahorro y la beneficiencia- que quizás presten más atención de la debida a lo que ocurre más allá del dinero y las angurrias humanas.