«El paisaje y el entorno de Cantabria forman parte de la historia de 'Segunda Muerte'»

En Cantabria «el verde tiene un color especial; es una explosión de clorofila». Lo afirma un amante confeso de los tonos de verde inglés que se ven en la pantalla. Es la primera vez que ruedan en la comunidad. «También es la primera vez que hacemos una serie completa en un sitio», explica, José Manuel Lorenzo, director de DLO, la productora que ha unido fuerzas con Movistar con un ambicioso proyecto. Se han «atrevido» a estar desde agosto a diciembre repartidos por distintas localizaciones deCantabria para crear el ambiente de 'Segunda muerte', el thriller pasiego protagonizado por Karra Elejalde y Georgina Amorós que se ha rodado en Langre, Santander o Torrelavega.

La idea, en origen, con la llegada de los primeros guiones, siempre se situó en Liérganes, con el desarrollo de parte de la acción en Madrid. Pero, una vez que se trasladaron a la zona, ya no quisieron irse. «Cuando el paisaje y el entorno forman parte de la historia, la historia crece -señala el productor- Cada día era todo más bonito y más sorprendente». Lo compara con un obsequio: «Si te regalan un anillo o un reloj, el envoltorio también es importante, hace su papel y le da grandiosidad».

«Un escritor escribe sin conocer y después hay que elegir», explica Lorenzo. Agustín Martínez, creador de la serie, con quien han trabajado en las sucesivas entregas de 'La Caza' o una próxima película en torno a su novela 'Malahierba', apostó por la idea de un thriller donde el entorno tuviera un papel determinante. «Con Google Maps la situó en Liérganes -relata Lorenzo- y le pregunté si había venido alguna vez aquí». La respuesta fue que no y tocó viajar para empezar a empaparse de lo que el algoritmo adelantaba. «La vida de los personajes en el entorno cobra mucho más sentido cuando los sitúas en un lugar donde te los crees, en su tierra, en sus vivencias, en su día a día». Y tiene clara la conclusión: «Ha sido un acierto, más allá de que nos ha hecho sol cuando debía llover y ha llovido cuando debía hacer sol», bromea.

Partiendo de la necesidad de consenso para acertar, aunque exista una voz que manda más en esta «dictadura' democracial'», dieron muchas vueltas hasta encontrar lo que querían. Para la casa de Georgina, vieron más de cinco casas, otras tantas cabañas o playas hasta llegar a Langre. «Pero cuando encuentras la que buscas, ya no puedes ver ninguna otra».

Este «enorme esfuerzo» de trasladar a 200 personas durante tres meses y medio fuera de casa, en jornadas muy largas, «complica un poco la vida de todos y la encarece», pero que los personajes se habitúen a esta atmósfera y clima, «les transforma en locales en una serie muy local, donde sus vidas personales y sus relaciones juegan un papel muy importante». Tan local, que han contado hasta con un centenar de lugareños como extras en algunas escenas y así como parte del equipo técnico, también cántabro.

El rodaje de 'La Caza. Monteperdido', trajo consecuencias para Benasque, escenario de esa trama. De ser un sitio desconocido a recibir premios de turismo, crear la ruta de Monte Perdido o registrar un aumento del 30% del turismo «por haber visto la serie», datos que ejemplifican la importancia de descentralizar la actividad y trasladarla a otros puntos de la geografía nacional, más allá de las grandes ciudades. «Muchos de los espacios que estamos enseñando aquí, nadie los conoce y esto sirve para animar a visitarlo». El apoyo de las entidades municipales para facilitar esa «capilaridad» es fundamental. También la Cantabria Film Commission. Rodar en las instalaciones de Sniace fue «especialmente difícil y se han volcado en ayudarnos». «Cuando vienes con buenos sentimientos y buenas ideas, la gente te acoge y nosotros somos agradecidos y respetuosos», desde el último técnico hasta el primer actor, indica. «Espero tener segunda temporada y volver a rodar aquí», adelanta el responsable de la productora.

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