«La palabra poética es insumisa»
Lorenzo Oliván. Poeta ·
El autor castreño publica estos días la antología 'Las percepciones islas', un trayecto, de 1993 a 2018, que refleja en seis libros la visión de «la vida como aventura de conocimiento»Secciones
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Lorenzo Oliván. Poeta ·
El autor castreño publica estos días la antología 'Las percepciones islas', un trayecto, de 1993 a 2018, que refleja en seis libros la visión de «la vida como aventura de conocimiento»Discurre poéticamente en la ecuación «vida, aventura y conocimiento». Lorenzo Oliván (Castro Urdiales, 1968) es una de las voces con mayor autoridad de la poesía española. Cree en la palabra como «un impulso esencial del alma humana» y su Antología, 'Las percepciones islas' (editorial Pre- ... Textos), que ahora ve la luz, certifica un trayecto creativo deslumbrante desde los noventa. Sus cinco inéditos, además, avanzan un próximo poemario.
-Una antología..., ¿es una estación reflexiva, una parada con celebración, una rendición/redención de la palabra, una retrospectiva selecta?
-Es una reunión que aspira a mostrar las claves de una unión, de una velada, intuida o sonámbula unidad. Sirve para que lector y autor se planteen la posible coherencia de una voz. Ese pensar e imaginar más «a lo largo» permite tomar perspectiva y contemplar un cuadro (mayor que el que ofrece un libro) a la debida distancia, con visión de conjunto.
-Juan Manuel Romero habla de «la tensión existencial» a la que nos expone su poesía. ¿Acaso no es esa la misión soterrada, pero precisa, de la palabra para llegar al lector?
-En la expresión «tensión existencial» me parecen claves las dos palabras. Soy alguien obsesionado por las cuestiones referidas a la vibración, al movimiento, al ritmo, al dinamismo de la escritura. ¿Existencial? Mi poesía se quiere indagatoria, se pregunta sobre lo esencial de la vida, el amor, el tiempo, la muerte, la identidad, los límites de lo entendido como real, etc. Considero la vida como un conflicto en sí, como fuerza de fuerzas. Quizá ahí resida el porqué de que haya tantas paradojas y contrastes en mi obra. Como dice uno de los poemas inéditos de la antología, me siento en parte perdido, confundido, allá en mis contrapesos. Eso alimenta un voltaje, una constante tensión existencial.
- «Escribir poesía es de algún modo/estar enfermo de buscar ventanas». ¿Y cuántos tiempos de oscuridad, ceguera y espejismo han azotado su palabra?
-La ventana de la poesía se abre siempre un poco a ciegas. Me acerco a la ventana de un poema y nunca sé a ciencia cierta a qué paisaje final se abrirá hasta que salgo del poema mismo. Es una labor que escapa al control férreo de la razón y que nos lleva a la parte más irracional que hay en nosotros. En mi poesía resulta importante la introspección, pero también el afán de desvelamiento de lo real, la captación de lo sutil en fuga. E incluso en algunas ventanas me he interrogado sobre la invasión de Irak, los atentados del 11M o la terrible crisis económica de la última década (y los peajes a nivel de pérdida de derechos y libertades que ha traído). Lo oscuro de la identidad me ha interesado mucho, sin que ello implique que no me haya interesado lo oscuro de nuestro tiempo histórico.
-¿'Percepciones' implica duda, trayectos frustrados, un quedarse a medias?
-Implica una conexión con el instante, una suerte de búsqueda de un presente vivo, como captado al vuelo.
-Entre el Oliván de 'Único norte' y el del inédito 'Las cáscaras', ¿cuántas perdidas y cuantas revelaciones siembran esta antología?
-Bueno, la vida está hecha de pérdidas y de ganancias, y la poesía, de algún modo, acompaña con su energía esos dinamismos. Nos define tanto la celebración como el drama, y bailo y me duelo al ritmo de ambos de manera inevitable.
-¿Su 'ojo que piensa' ve ahora más lejos o es más meditativo?
-Es seguramente más meditativo, pero no ha olvidado que lo sensorial sirve de acelerador del pensamiento. Lo lanza más lejos y con mayor verdad. Lo conceptual a secas los poetas se lo dejamos a los filósofos.
-Ahora que estamos envueltos en palabras graves como 'pandemia', ¿qué virus inocula la poesía?
-Un virus insaciable que da vida, impulso. La poesía revela la realidad y, por eso, hace que te rebeles ante el bombardeo de mensajes que quieren simplificarla.
-En el acto de la observación, ¿la palabra poética parte de cierta sumisión, de la derrota, es inevitablemente fugaz?
-La palabra poética es insumisa, no da nada por supuesto, espolea el nervio óptico. La visión poética que persigo tiene instinto de hurón.
-En el apocalipsis sobrevivirán las ratas, sospecho que más de un poderoso...¿Y la poesía?
-El género primero que se puso en marcha fue la poesía. La poesía, como dijo Aristóteles, surgió de canciones hechas de repente. No se ciñe solo a los libros de poemas. Creo que es un impulso esencial del alma humana, así que creo que será difícil que se la quiten de en medio.
-Cuando tomo en mi mano su antología, presidida por el dibujo de Gruber, siento que pocas resistencias más hay tan necesarias como la de la palabra...
-Me gusta el símbolo de la lechuza y el de la visión nocturna. La imagen de la hermosa lechuza de Eduardo Gruber en la cubierta esconde un guiño indirecto a Atenea, simboliza la defensa de una mirada armada, en guardia, que traspasa límites y a la que no le basta el lado aparente de las cosas.
-Se me antoja que la crítica le pesa tanto como se le escurre entre poema y poema...
-Soy mucho más ácido, crítico e incendiario en mis aforismos. Pero en mis libros hay poemas como 'Festín de sombras', 'Apunte para un retrato', 'La pantalla y la máscara', 'El ojo', 'Llegada de los bárbaros', 'El secreto', etc que tienen algo de pinturas negras goyescas. Me gustan, en nuestra tradición, los poetas líricos que combinan lo lírico con el desgarro como Quevedo,Juan Ramón Jiménez, Lorca, Luis Cernuda, José Ángel Valente y otros muchos.
-Diga tres palabras que no deben extinguirse.
-Vida, aventura, conocimiento. La vida como aventura de conocimiento. Y ahí cabe todo lo demás.
-Esas cinco señales inéditas que posa al final de su antología, ¿son también islas o espera un archipiélago más de ese 'ojo que piensa'?
-Tengo un libro de poemas ya bastante avanzado. Forman parte de un archipiélago de más de treinta poemas. Juego a hacerme un poco el Ulises -nada tan seductor como el tema o tópico del homo viator-, y alargaré la llegada a puerto, por el puro placer del viaje.
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