Entre palabras, libros, editores y maestros

Música, letras y palabras. Pasadas las ocho de la tarde, por el escenario comenzaron a desfilar los premiados en los distintos certámenes literarios de Santander, con sus palabras de agradecimiento. Antes, Sandro Cordero, que condujo la gala con grandes dosis de humor, tuvo palabras de recuerdo para César Peña, un intelectual que estuvo al frente de la ‘Hispano-Argentina’ durante 44 años, un tiempo en el que según él mismo decía, leía un libro cada semana.

Marián Hierro, hija del poeta, fue la encargada de entregar el Premio José Hierro de Poesía a Daniel Lamadrid Suárez, quien dedicó el galardón a su familia, amigos «de verdad», y también a Miguel Hernández, José Hierro, Gloria Fuertes o Mario Benedetti y una larga lista de poetas. «Todos hoy recibimos el premio», dijo. Su obra ‘La infinitud de lo ínfimo’ es un conjunto de poemas muy breves que invitan a la reflexión del lector. Ricardo Arenas, premiado con el accésit, no puso asistir a la gala. En su lugar, recogió el premio su padre que agradeció al jurado y al Ayuntamiento el galardón. Rubén Campo Olaiz recogió el premio en la modalidad de Relato Breve por ‘Pensamiento lateral’, una novela en la que desarrolla una trama detectivesca en torno a un crimen. Y Leyre Martín Varela, el accésit por el relato ‘La isla de Kohl’. Ella reconoció que es el primer premio que consigue «y espero que no sea el último».

José Antonio Fernández recogió el Premio Alegría de poesía por ‘Mineral y luz’, que dedicó a su mujer y su hijo y también al jurado «por la dificultad de su trabajo. Yo soy un humilde representante de todos los que se han presentado al premio», dijo. Finalmente, Esteban José Lozano recogió el premio Tristana de novela fantástica por ‘Operación Madagascar’. «Es un premio muy anhelado y una gran responsabilidad como argentino, después del desafío de tener a Borges y Cortázar», indicó.

El gran momento de la gala llegó con la entrega del Premio de las Letras de Santander al escritor Juan Gómez Bárcena (Santander, 1984), que recibió un cálido y largo aplauso. El joven afincado en Madrid concluye el año con un buen número de premios por su novela ‘Kanada’, una obra en la que aborda el Holocausto. Gómez Bárcena agradeció al Ayuntamiento que mantenga «vivos» estos premios y, con ellos, la cultura «que tanto lo necesita». Recordó sus inicios como escritor, con 6 años, cuando pensaba en ver sus libros en los escaparates de Estvdio o Gil. «Mi máxima alegría era vender los libros a un precio de 500 pesetas».

La ceremonia contó con otro gran protagonista, el cineasta Mario Camus, con una amplia trayectoria en la que destaca su facilidad y pasión para llevar a la pantalla grande algunas de las obras universales de la literatura. El director de ‘Los santos inocentes’, un clásico del cine español –mención especial del jurado en Cannes– y de ‘La colmena’, Oso de Oro en el Festival de Berlín, recibió en 2010 el Goya de Honor de la Academia del Cine Español. También logró, entre otros, el Premio Nacional de Cinematografía concedido por el Ministerio de Cultura en 1985 y dos Goyas de la Academia de Ciencias y Artes Cinematográficas de España. Camus recogió el premio «agradecido y asustado» y dio las gracias al jurado por «tanta generosidad». En sus palabras tuvo un recuerdo hacia los libros, los autores, editores, libreros, maestros y profesores que enseñan las letras. «Quiero dedicar estas palabras a quienes enseñan a los niños a leer, los maestros, profesores, madres, padres y hermanos», señaló el cineasta.

La alcaldesa de Santander, Gema Igual, cerró el acto con un compromiso con la lectura, la cultura y con nuevas ediciones de la Gala de las Letras de la ciudad. Recordó que este compromiso está vivo con los proyectos de mejora de las instalaciones de la Biblioteca Municipal, «pronto estará reestructurado el Museo de Arte Contemporáneo (MAS) y también trabajamos en la remodelación integral de la biblioteca de Marcelino Ménendez Pelayo». En definitiva, un trabajo para que «el público disfrute con los libros, con la lectura y con la cultura».