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En primer término, Berna González Harbour. Detrás, de izquierda a derecha, Silvia Prellezo, Carmen Laptev, Paula Desiré, Concepción Revuelta y Phil Camino. Roberto Ruiz
Palabras de mujer

Palabras de mujer

Doce escritoras de Cantabria de distintas generaciones y estilos opinan sobre la brecha de género en la literatura actual y denuncian que el desequilibrio persiste

Miércoles, 11 de marzo 2020, 15:47

En el mundo del libro, la presencia de las mujeres es cada vez más notoria: editoras, libreras, agentes, lectoras... Y cada vez más autoras. Tantas, que la nómina completa de las escritoras de la región llenaría varias páginas. No sería posible reunirlas a todas, pero hemos podido conversar con una muestra significativa, una docena de nuestras autoras, poniendo sobre la mesa la cuestión de si sigue siendo necesaria la reivindicación de género en la literatura actual. Claro que hay que afirmar, junto a Celia Corral, que «una pregunta tan compleja requeriría una respuesta mucho menos simple y, sobre todo, una reflexión amplia y detenida».

«No sé cuál es el término adecuado para señalar la presencia desigual de hombres y mujeres en la literatura. Pero el desequilibrio persiste, sí», afirma Menchu Gutiérrez. La última afirmación de la ganadora del premio de las Letras Ciudad de Santander es compartida por otras autoras de su generación, como Berna González Harbour, para quien la reivindicación «siempre es necesaria. El universo simbólico que nos define ha sido construido masivamente por hombres durante siglos y nosotras apenas estamos empezando». La periodista y novelista santanderina que ha conquistado el género negro en la última década ya tiene «un primer borrador de mi siguiente novela, que no será de la comisaria Ruiz».

«Desgraciadamente, al igual que en otros sectores, la literatura no está exenta del dominio masculino. Hay mucho trabajo por hacer, aunque cada vez somos más visibles y valoradas», opina Concepción Revuelta, autora de uno de los libros más vendidos en los últimos años, 'Te di di palabra', una vibrante recreación de la vida de las nodrizas pasiegas, ambientadas en el primer tercio del siglo XX, y cuya edición de bolsillo lanzará esta misma semana Penguin Random House. Actualmente está terminando su siguiente novela, que «espero que esté en la calle el año que viene». Entretanto, ya está «perfilando la que será la próxima».

Phil Camino es otra autora de raigambre cántabra que se ha hecho un hueco en varios campos a la vez: como editora en La Huerta Grande, como librera en Los Editores, y como novelista, con títulos como 'La memoria de los vivos'. «En la literatura hay que reivindicar lo bueno. Sea de hombres o de mujeres. Dicho esto, debemos reivindicar lo bueno que durante tanto tiempo escribieron mujeres que no tuvieron los medios para llegar a ser leídas o bien conocidas. Y también el trabajo de quienes no son escuchadas porque no tienen los medios para darse a conocer. Si hay injusticia, hay que salir a defenderla, sin duda».

Nuria Labari destaca que «las mujeres leemos más que los hombres pero aún se nos publica sensiblemente menos que a ellos», de modo que «leer a autoras es en sí mismo una reivindicación». La autora de 'La mejor madre del mundo' añade que «en literatura se ha entendido como universal lo masculino pero muchas temáticas se han quedado mudas o relegadas a una 'escritura de segunda'. La maternidad, por ejemplo, nunca ha sido uno de los grandes temas de la literatura. La guerra en cambio sí. ¿Por qué un tema es uno de los grandes temas y el otro no?».

Para la novelista Aura Tazón, «es preciso que los nombres y las obras de las mujeres salgan del olvido. Es necesario, por ejemplo, que si alguien habla de la Generación del 27 no acudan a la mente sólo nombres masculinos, sino que también entren Rosa Chacel, María Teresa Torre, Ernestina de Champourcín o María Zambrano. Es imprescindible que, si se menciona a Sánchez Ferlosio, sepamos de la magnífica producción de Martín Gaite, que escribió 'Entre visillos' antes de que se publicara 'El Jarama'... Lo que no se habla, no existe, esa parece la máxima imperante en relación a las producciones femeninas en todos los ámbitos, incluido el literario. Rescatar del olvido a nuestras antecesoras es el primer paso para ponernos en valor a nosotras mismas».

A juicio de Silvia Prellezo, «solo hay que revisar la agenda cultural de algunas ciudades o espacios, las listas de libros recomendados de algunos medios, algunos libros de lengua o literatura, o simplemente el itinerario educativo en el que la presencia de autores masculinos es, por norma general, superior. Es curioso observar como en muchos eventos culturales, el público es principalmente femenino frente a un escritor, un ponente o un conferenciante en masculino. Si somos las mujeres las que consumimos mayoritariamente cultura, ¿por qué no hay un apoyo mayor a la mujer escritora? Aún se dista mucho de una proporción paritaria».

Las autoras que leen estas escritoras

Hemos pedido a nuestras autoras que nos recomienden a otras escritoras, pero para Celia Corral, el problema es quedarse sólo con una: «¡Es imposible! Mis últimos grandes descubrimientos han sido Maggie O'Farrell y Han Kan». Ángela Arambarri, apuesta Cristina Morales –«me fascina su forma de convertir la novela en artilugio poderoso y útil»– y Laura Casielles, «cuya poesía intimista me ha devuelto la emoción tantas veces». Berna González Harbour recomienda a Annie Ernaux, Fernanda Melchor y Joyce Carol Oates.

Menchu Gutiérrez descubrió recientemente a Anne Carson «y no dejo de leerla». Sobre Deborah Levy dice Nuria Labari: «Lean 'El coste de vivir' y a quien no le guste le devolvemos el dinero».

Concepción Revuelta tiene debilidad por Emilia Pardo Bazán: «sus novelas reflejan no sólo la lucha de la mujer sino que ponen de manifiesto el universo femenino».

Silvia Prellezo rescata a Idea Vilariño, «cuya obra es una luz desgarradora que quedó a la sombra de su pareja, Juan Carlos Onetti». Aura Tazón está disfrutando mucho 'El infinito en un junco', de Irene Vallejo..

Entre las más jóvenes triunfan, sin embargo, los clásicos. Paula Desiré Valdor recomienda a Agatha Christie, «la escritora que me hizo coger gusto por la lectura cuando era pequeña». Carmen Laptev se queda con la británica Mary Beard, y Andrea Smith con Paula Gallego, una autora «no tan conocida y de género juvenil que mete en sus novelas personajes LGTBI».

La autora del poemario 'La intimidad del armisticio', ahora entregada a un proyecto empresarial, saca tiempo de donde puede para escribir el que será su tercer poemario, que «busca entre aspectos cotidianos el reflejo de la fragilidad para descifrar y dejar al descubierto la verdadera fortaleza que el ser humano es capaz de construir ante la adversidad».

Pero cierra nuestra conversación con un mensaje optimista: «Estamos empezando a ver una nueva generación de lectoras y lectores que van más allá del género. Así como una nueva oleada de mujeres escritoras con cierto perfil reivindicativo que ha permitido que la voz femenina tenga mayor fuerza en el panorama literario actual».

Ángela Arambarri, premio José Hierro en 2018, es licenciada en Lengua Española y actualmente enseña en Budapest, donde coordina los encuentros literarios del Instituto Cervantes. «Creo que la reivindicación sigue siendo crucial, pues no es suficiente con visibilizar la figura de la mujer escritora, sino que hay que conseguir que se integre en el currículum docente, y así se conviertan en narradoras, poetas y dramaturgas con nombres y apellidos, igual de estudiadas y leídas que los autores. Pienso en poetas como Gloria Fuertes, referente de literatura infantil pero con facetas literarias olvidadas. Ocurre en otras artes como el cine o la música. El movimiento feminista está ayudando a avanzar, sin duda».

El relevo de las próximas generaciones ya está preparado. O, incluso, preparándose. De hecho, algunas de las escritoras del futuro todavía están en las aulas. Carmen Laptev Alonso, estudiante de historia, tiene en su currículum premios de relato breve como del Ayuntamiento de Camargo o el de la Sociedad de Estudios Clásicos de Cantabria. También escribe en prensa especializada, y su última colaboración apareció en la revista 'Leña al Mono'. Actualmente está escribiendo relatos centrados en las mitologías de Oriente Próximo y Europa. «Hay que reivindicar la presencia de mujeres en cualquier ámbito, no es natural que un porcentaje tan alto de la población no tenga una presencia proporcional en tantos campos. Respecto a la literatura, en ciertos géneros como la fantasía, aunque se publican obras de mujeres, se tiende a considerar que se dedican a un subgénero de peor calidad y los grandes nombres siguen siendo masculinos».

También estudia en la Universidad de Cantabria Paula Desiré Valdor, alumna del doble grado en Física y Matemáticas y destacada deportista -campeona de España y subcampeona de Europa en varias disciplinas de Salvamento y Socorrismo, deporte en el que forma parte de la selección española-. Para ella, «la escritura es una bonita afición y en un futuro me gustaría seguir escribiendo»; ha comenzado ganando el premio Manuel Arce de Narrativa en 2019 con 'Ojos verdes', un libro que próximamente llegará a las librerías editado por el Consejo Social de la UC.

«En la literatura la mujer tiene mucho peso: muchas de las grandes escritoras son mujeres. Además, muchos de los argumentos están centrados en protagonistas femeninos, dando mucha visibilidad a la mujer».

Para Andrea Smith -Andrea Herrero en el registro civil-, la reivindicación de género sigue siendo necesaria «en el día a día», algo que ella misma se toma muy en serio en su literatura. Con una extensa comunidad de lectores en la plataforma Wattpad, esta graduada en Educación Infantil sigue viviendo en Cabezón de la Sal, y conecta con un público juvenil con obras como '¡Eh, soy Les!' o 'Mi plan D', premio Wattys en 2015.

Restan, eso sí, muchos testimonios de tantas mujeres como escriben y publican en Cantabria, pero nos quedamos con la visión de futuro de Silvia Prellezo: «La educación y la cultura a la que estén expuestas las nuevas generaciones será primordial para lograr que la mujer tenga, en el ámbito literario así como en cualquier otro, el lugar que se merece».

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