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El perfil de Santander, su historia y evolución no se entenderían sin su puerto, esa línea que pone barreras al mar y límites a la tierra al mismo tiempo y que ha definido el carácter de la capital cántabra. Una suma de estructuras cambiantes, ... de arquitecturas que reflejan épocas y modas, de usos y costumbres asociados a la bahía e, incluso, de proyectos que nunca fueron. El Palacete del Embarcadero, convertido en un tinglao que reúne cajas, mercancías y redes como soportes expositivos, acoge, hasta el próximo 15 de enero: 'Puerto de Santander. En primera línea. 1872-2022'.
Francisco Martín, presidente de la Autoridad Portuaria de Santander (APS), inauguró ayer la exposición, enmarcada en las actividades por el 150 aniversario del Puerto, que se vienen desarrollando durante todo el año. Le acompañaron los comisarios de la muestra, Pedro Fernández y Miguel Losada y el artista Carlos Limorti, coordinador de la actividad cultural de la Autoridad Portuaria, junto Eduardo García Escudero y Sandra Revilla Santos.
«Hay ciudades sin puerto, pero no hay puerto sin ciudad», señaló Martín, para quien el crecimiento de Santander está íntimamente ligado a este espacio. «Esa identidad portuaria, marítima, se cuenta en esta exposición a través de 150 años de imágenes y materiales.
Así, se puede ver el diseño, en planta y alzado de lo que sería la identificativa grúa de piedra, en un documento de 1897, el diseño del actual Real Club Marítimo y la propuesta, muy distinta, planteada apenas unos años antes. También las opciones que se barajaron para la Estación Marítima o el propio interior del Palacete, del que se pueden observar curiosidades como las variedades de azulejos pensadas, la lámpara central o la lista de materiales, su peso y las unidades que se utilizaron en la construcción. Y eso es solo una mínima parte de lo que contiene el Servicio de Documentación de la Autoridad portuaria, que como señaló Losada, «se conserva en un estado impecable». Los materiales se han completado con fondos del Centro de Documentación de la Imagen de Santander (CDIS) y el archivo DM Lastra.
«Nos puede parecer que la idea de hacer un paso inferior aquí es muy novedoso, pero hace 40 años ya se proponían unos Jardines de Pereda que se extendían por encima de la carretera», indicó Martín. En este caso, un planteamiento del arquitecto Ricardo Lorenzo que elevaba la superficie de la zona verde hasta llegar a una zona con ambición de mirador que se asomaba a la bahía. «Cosas que no se han hecho y quizá debieran haberse hecho». Es uno de los ejemplos de las propuestas que no llegaron a ejecutarse y cuyos planes y planos se pueden contemplar, imaginando una ciudad con otra fisonomía si hubieran salido adelante. Junto al de Ricardo Lorenzo se suman otros nombres propios como el de Javier Riancho, Gonzalo Bringas, Ricardo Sáinz... Aquellos cuyas mentes y talento estuvieron detrás de la creación de los edificios que han contemplado el devenir de la ciudad.
El criterio de selección de las piezas expuestas ha buscado hacer un recorrido amplio, tanto geográfica como temporalmente, sobre la historia de los últimos 150 años del Puerto. «Hemos procurado reflejar la fachada norte de la bahía, que es la fachada sur de la ciudad, desde La Magdalena, hasta Raos», explicó Martínez Lastra. Este patrimonio de la ciudad se va transformando «y lo que es industrial se transforma en cultural». La relación entre ciudad y puerto, como las mareas, fluye en las dos direcciones «y los ciudadanos lo vamos incorporando a nuestro ser».
Rehabilitación del edificio
El proyecto de rehabilitación del Palacete del Embarcadero está aprobado y a la espera de terminar los actos del 150 aniversario para comenzar las obras. Se vaciará y se emprenderán las obras para ponerlo al día «sobre todo la cubierta», cuyos planos originales están en la muestra y se utilizarán en el proyecto para hacer un trabajo «fiel a lo que eran los orígenes arquitectónicos del edificio». Los plazos que maneja la ATS marcan el inicio de las obras a mediados de 2023. «Perderemos temporalmente este espacio maravilloso, y ganaremos otros». Martín mencionó en este sentido la reapertura, el viernes, de la Nave Sotoliva, en el Barrio Pesquero «que fue ya en el pasado espacio expositivo» y que albergará los fondos de la Autoridad Portuaria. Será la tercera etapa de vida de la nave, recobrada doce años después de su segundo cierre. Participación, utilidad y solidaridad son los parámetros que se han manejado por parte de la Autoridad Portuaria para recuperar sus 230 metros. También se utilizará la Estación Marítima para mostrar de forma permanente las maquetas del puerto. El presidente de la entidad señaló el plano con la propuesta original para el edificio de Tabacalera que se ve en la exposición y «que como pocos marca el pasado industrial de esta parte de Santander y ojalá el día de mañana pueda ser la sede de nuestra entidad; es un deseo, no una provocación», bromeó ante la negativa del Ministerio de Hacienda a ceder a la ATS el uso de ese espacio.
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