El Palacio de Festivales retoma la lírica con la ópera tango de Piazzolla

Músicos en el foso. Cantantes, actores y otros figurantes en el escenario. Técnicos de luces y sonidos entre las butacas o los bastidores... El Palacio de Festivales ha recuperado los espectáculos líricos en la programación de la nueva temporada y desde ayer se ultima en la Sala Argenta el primero de los cuatro que tendrán lugar hasta el próximo mes de junio. Vuelve la ópera a Santander y lo hace con música de tango, un homenaje a Astor Piazzolla y a su intento de crear la 'operita', una especie de zarzuela argentina, que lleva por título 'María de Buenos Aires' y que tendrá lugar los próximos viernes y sábado (días 18 y 19), a las 19.30 horas.

Vuelve la ópera al Palacio de Festivales y lo hace con un estreno, un proyecto de la Orquesta Sinfónica de Cantabria (Oscan) que dirige Paula Sumillera. Ella misma se ha encargado de la dirección musical del espectáculo, en un trabajo conjunto con Íñigo Santacana que se encarga de la dirección de escena. Ayer tras semanas de ensayos por separado, músicos, actores y solistas pisaron por primera vez el escenario donde se vivirá el resultado de este «reto ilusionante» tal y como lo definen sus responsables

Sobre él los tres solistas: el barítono Juan Laboreria, la mezzosoprano Cristina del Barrio y el actor Daniel de la Hoz que llevan desde el pasado mes de enero trabajando en el libreto durante unos ensayos que han tenido lugar en una sala de la Universidad Europea del Atlántico. Comparten escenario con otros dos cantantes, cuatro actores y seis figurantes. Estos últimos alumnos de la Escuela de Artes Escénicas del Palacio de Festivales.

En el foso, la orquesta se compone de quince músicos, todos ellos profesionales y miembros de la Oscan que también llevan trabajando en la partitura desde principios de año, bajo la atenta mirada de Paula Sumillera.

'María de Buenos Aires' es una ópera-tango dividida en dos partes y 17 escenas con un fuerte componente surrealista. El hilo conductor es el nacimiento, ascenso, muerte y resurrección de María de Buenos Aires. En ella abundan los estereotipos y los típicos personajes porteños, así como cotidianas escenas de los bajos fondos de la capital argentina.

Con claros paralelismos a la historia de Jesucristo, esta ópera surrealista reivindica la importancia que tiene el arte en el ser humano y expone que, «a pesar de todas las fuerzas que tratan constantemente de despreciarlo, relegarlo a un puesto de ínfima relevancia e incluso acabar con él por completo (por ende, matarlo) es imposible de destruir, ya que el arte es inherente al ser humano. Por tanto, siempre habrá personas que se sientan inspiradas por el arte y evitarán que este muera», señalan Paula Sumillera y Íñigo Santacana.

«'María de Buenos Aires' es una obra enigmática, abierta a múltiples interpretaciones, surrealista, pero sobre todo maravillosa. Durante la hora y cuarenta minutos de duración, asistimos a una historia épica, con una poesía y una música que maravillará. Una pieza poco conocida y representada, que cautivará al público que tenga la oportunidad de verla», concluyen los directores.

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