París reivindica la obra del artista laredano Ángel Alonso con una exposición de tres décadas de pintura

Entonces fueron 15 obras reflejo de su máximo esplendor. Tras una etapa en la que Ángel Alonso trabajó mayoritariamente en blanco y negro -con series como 'Desastres'-, volvió al color «que dio lugar a unos potentes lienzos en verde, amarillo, naranja y blanco», escribió el poeta y crítico Juan Carlos Marset. Ahora la Galería parisina Claude Bernard ha vuelto a poner el foco en el artista pejino con una selección de pinturas realizadas entre 1960 y 1992.

Pintor abstracto autodidacta, desarrolló una obra original centrada en la materia. A pesar del éxito de su obra, permaneció deliberadamente al margen de los circuitos tradicionales del mercado del arte, antes de ser redescubierto póstumamente. Hombre de carácter fuerte, temperamental y solitario, el exilio de Ángel Alonso y su rechazo al mercado hicieron que su obra apenas se expusiera en España hasta 1996, cuando se celebró la retrospectiva en la Fundación Botín que luego viajaría al Instituto Cervantes y al Círculo de Bellas Artes de Madrid. En 2009, el Ministerio de Cultura español adquirió un gran número de obras con destino al Museo Reina Sofía.

Considerado por el pensador y escritor Cioran como «el último pintor francés», Ángel Alonso no recibió el reconocimiento que merecía. En Francia, se celebró una gran exposición retrospectiva hace una década en ar[T]senal en Dreux. La actual muestra se presentada en Claude Bernard hasta el 7 de diciembre en la sala de arte ubicada en los números 5-7 rue des Beaux-Arts de París.

Ángel Alonso se basó en textos antiguos para preparar su propia pintura, mezclando pigmentos y aglutinantes naturales, así como elementos vegetales y polvo de mármol.

Jacqueline Worms, escritora y coleccionista de la obra de Alonso, describió su técnica en los siguientes términos: «Durante años, le observé estudiar los textos más antiguos sobre la técnica pictórica para encontrar secretos perdidos (...). Carbón o hierba quemada, el color alcanza una profundidad que no ha conocido en ningún otro lugar. Sus negros son los más negros, los más densos de toda la pintura, sus blancos más apretados y brillantes que los de una casa griega al sol, sus amarillos más intensos que los de un campo de colza en julio (...)».

En lugar de utilizar pinceles, el artista aplicaba el material sobre el soporte con palillos de madera, controlando el grosor de las capas y los límites de la obra. A veces dejaba la espátula o el palo de madera que utiliza para aplicar el material sobre la propia obra, para que se funda con la composición.

Alonso murió a a los 71 años. En palabras de Giacometti, «murió agotado, sin aliento, pero no envejecido».

El artista expresó todo un axioma sobre su creación: «Que el arte prescinda del arte, que la pintura prescinda del color, un poco de soledad le vendrá muy bien».