«La partitura de 'Corteo' habla de la vida, marca mucho y emociona»

El caso es que el anterior cantante se había marchado y el Circo del Sol «necesitaba otro para ya». «Les pedí tiempo para dejar mis cosas arregladas y me dieron veinte días», ríe al recordarlo. A día de hoy, Ripollés es uno de los cincuenta y dos artistas que integran el reparto de 'Corteo' y está encantado de formar parte de esa gran familia que compone el espectáculo más teatral de la compañía.

El músico, que se define «como un tenor 'abaritonado' porque no estoy arriba del todo pero tampoco abajo», dejó su trabajo y otros proyectos musicales –lo que más le costó fue despedirse de su grupo de versiones: La banda del coche rojo– porque «como se diría en 'El Padrino', era una oferta que no podía rechazar», dice con una gran sonrisa en la boca.

La primera parada de su tren tuvo lugar en Montreal. «Allí estuve ensayando durante tres semanas y pasado ese tiempo me incorporé a la gira en Miami», recuerda.

Y de Norteamérica la compañía y 'Corteo' le trae de nuevo a Europa. El Diario Montañés le entrevista en Sttutgart (Alemania) apenas tres horas antes de empezar la función. Se le nota una tranquilidad asombrosa para alguien que llega al circo procedente del mundo del diseño. «Bueno, es que toda la vida he cantado. A los doce años encontré una guitarrita en casa, me apunté a unas clases de canto y desde entonces no he dejado de hacer eso. La música y diseño son mis dos pasiones». La primera le ha llevado en los últimos quince años a actuar en fiestas patronales y «en ambientes muy difíciles con horarios de madrugada y muchas noches en la carretera. Así que, aunque pueda parecer los contrario, esto para mí resulta mucho más relajado».

Reconoce, eso sí, que los primeros días que pasó en Montreal se preguntó en varias ocasiones qué estaba haciendo con su vida. «Es que es muy fuerte porque en Barcelona lo tenía todo apunto, pero aunque aún estoy aterrizando me siento muy muy contento. Es increíble», dice.

Y recalca que en la compañía canadiense ha encontrado «un mundo nuevo que, de momento, me está haciendo muy feliz».

Si algo distingue a los espectáculos del Circo del Sol es su partitura. En 'Corteo' no podía ser de otra forma. Todas las canciones se han compuesto especialmente para esta obra y se interpretan a dos voces, una femenina y otra masculina, en italiano, francés y español. Repullés pone la voz masculina y está presente en el escenario durante toda la función como un personaje más: uno de los muchos amigos del protagonista, el payaso Mauro. «Me hace mucha ilusión que dos de las canciones se interpreten en español y creo, además, que son las más bonitas. Sobre todo la que lleva por título '¿Por qué?'. Se trata de un tema muy tenue e introvertido que canto desde el alma como si estuviera en uno de esos bares oscuros. Es un poco flamenca», desvela. En cuanto al resto de la partitura, predominan los temas de amor. «En la historia, Mauro se imagina su funeral y, a través de esa ensoñación, aprovecha para dar vueltas a su vida y recordar determinados momentos importantes como su infancia o sus primeros amores», cuenta.

En general, si tuviera que definir esta partitura «diría que me recuerda mucho a la música balcánica con mucho folclore. Hay un acordeón que le da un tono muy circense y, en general, es una música muy humana y sentida que acompaña bien la historia. Habla de la vida y te marca porque la estás escuchando y te emocionas. También te relaja, pero siempre te toca la fibra».

En cuanto al día a día en la compañía fuera del escenario, Repullés explica que «la vida es muy intensa y muy dinámica. Pero a la vez, en mi caso, con mucho tiempo libre». Su jornada comienza con las pruebas de sonido tres horas antes de la función lo que le permite tener todas las mañanas libres para conocer algo mejor las ciudades que van recorriendo en esta gira.

Lo mejor de toda la experiencia, según específica, es que «trabajar en el Circo del Sol culturalmente es increíble porque cada día hablas con gente de quince o dieciséis países diferentes y, aunque a veces hay compañeros con los que no te puedes entender en su idioma, sobre todo con los rusos, el aprendizaje es brutal».

Mientras dure su contrato con el circo canadiense, este cantante catalán disfruta de su trabajo sin plantearse demasiado lo que le deparará el futuro. «Por suerte no tengo una mujer y unos hijos que me estén esperando en Barcelona y esto fue algo que me ayudó mucho a decidirme a dejar un trabajo estable y apuntarme a este aventura. Está claro que este era el momento de hacerlo».

Lo más curioso de toda esta historia es que Ripollés no había visto nunca ningún espectáculo del Circo del Sol antes de entrar a formar parte de él. «No lo había visto en directo –ríe de nuevo–, pero conocía muy bien sus trabajos, sobre todo 'Alegría' y todo lo que significan. Sabía que era lo más bestia en cuanto a circo se refiere y, en ese sentido, no me ha defraudado», concluye.