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El arte contemporáneo asusta. Entrar a una galería, hablar con el galerista y preguntar por una obra se convierte en un reto en el ... que el visitante sufre el riesgo de parecer ignorante. En ese ecosistema complejo de las ramificaciones culturales, las ferias de arte se convierten en un espacio más libre, más anónimo, un punto de encuentro donde es posible acercarse directamente a los artistas y «todo el mundo es normal como en cualquier otro lugar».
Al menos eso es lo que sostienen Óscar García, director de JustMad y Enrique Polanco, fundador de Artfairs. Ambos protagonizaron el último encuentro de la Torre de Don Borja, para buscar respuesta la pregunta ¿para qué sirven las ferias de arte?
JustMad se define como una organización que da a conocer proyectos artísticos emergentes. Ese es su sello y hacia donde tratan de reconducir su actividad, catorce años después de su fundación, tras haber circunvalado otros territorios que les alejaban de esa meta. El director de JustMad puso el acento en la importancia del concepto de experiencia artística. Sobre todo después de la pandemia. Convivir con la obra, hablar con el artista, con el galerista; sentirte partícipe. «Las ferias dan esa posibilidad -dijo- Democratizan el arte y hacen más sencillo acercarse a un mundo a veces cerrado». Desde la otra posición, para las galerías es importante la visibilidad y el networking que se genera. De hecho, señaló, en un mundo en constante evolución, la galería con artistas en exclusiva «ha empezado a cambiar hacia un modelo colaborativo, combinado con residencia, con estudio o partes online». Especialmente cuando ese mundo hiperconectado abre puertas antes impensables tanto a la creación como a la adquisición de piezas. Un ejemplo; la pieza de Daniel Canogar que recibe al visitante en la Torre de Don Borja, en la que obras que se pueden ver en El Prado, se van sucediendo licuadas por la pantalla en un movimiento infinito. «Es pura tecnología, y eso existe en todos los campos pero cada uno lo usa de una forma diferente», razonó Polanco. «La idea de Miró, su creatividad, no la puede recrear la inteligencia artificial». Reacio a las creaciones en NFT ,no le interesa Polanco, pero sí a García, que ve en el hecho de que, en el interior de cada obra haya un sello indeleble del autor, un currículo que va creciendo a medida que la pieza va cambiando de manos y «que la convierte en algo vivo».
En lo que sí compartieron punto de vista, de manera categórica es que «sin los artistas no hay mundo del arte; con el comienzo y el final de todo». Desde Just Mad y Artfairs trabajan con las galerías, pero a través de los artistas a los que representan.
Dejando de lado su parte de pura comunicación, «el arte te hace más libre, más sensible, más crítico y eso te hace ser mejor persona dentro de un grupo que es la sociedad. Es un motor de cambio positivo», argumentó García.
Fijando la mirada en la capital cántabra, y en una feria consolidada tras tres décadas de actividad, Artesantander, que Polanco calificó como interesante, lo que destacó de la propuesta fue su carácter «con propuestas de un solo artista por galería, que hacen que no sea algo comercial sino casi para especialistas». Un ejemplo que no ha logrado asentarse en otras provincias, como Barcelona o Valencia. «Es un revulsivo para la ciudad, que empieza a tener propuestas artísticas, como el Centro Botín, que son una maravilla», dijo. «Que una feria comercial sea interesante en una provincia, depende de que la propia provincia dé juego» y, en este sentido «lo que pasa en Santander es bueno para que la gente se mueva en torno al arte y quizá llegue algo más comercial más adelante», indicó.
Como asignatura pendiente, que compartió también el público asistente, está la presencia de artistas españoles fuera de las fronteras nacionales. «El artista español no es comprado por los grandes coleccionistas españoles salvo Rucandio, cuyo caso es espectacular», indicó Polanco, a lo que García añadió que «el apoyo empieza aquí, cuesta y se tarda mucho pero deberíamos empezar de dentro afuera». Al fin y al cabo, dijo «este es un trabajo de lucha y adoctrinamiento».
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Ana del Castillo
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