Pedro Luis Menéndez inicia hoy las presentaciones de su obra 'enCajadas' en Cantabria

Con una comparativa muy borgiana, uno de sus referentes, el libro es una suma de senderos laberínticos para las protagonistas, en femenino. «Ellas son las que están buscando cosas». Personajes que buscan, que guardan, o encuentran, todo ello en cajas. Las que sean. Como sean.

Todo empezó a partir de un relato escrito hace años. Una amiga escritora, asturiana, lo leyó y propuso a Menéndez tirar de los hilos de cada una de ellas. «Y salió esto», dice. Esa fue la primera condición, «montar una historia a cada una de las vecinas de ese bloque imaginario». La segunda, la inclusión de ese elemento tan versátil, la caja, que se ha colado hasta en el título. Y con esos dos requisitos «laboriosos», reconoce el autor habérselo pasado muy bien.

«Habrá escritores que hagan las cosas a la primera, pero yo no soy así», reconoce. De ahí que 'enCajadas' haya sumado un buen puñado de versiones. En conjunto, es el tamaño de un año, prácticamente, desde que se empezó a gestar. «Además -añade- llega un momento en que a los libros los tienes que parar».

Todo ello con un tercer paraguas. «Pretende ser un homenaje a Cortázar». Concretamente a su cuento 'Casa tomada'. Y aquí aparece otro de sus referentes. «Uno de los grandes mitos, que leías en la adolescencia y te daba un bofetón». Con el tiempo, 'Rayuela', la obra cumbre, se le ha ido «cayendo un poco de las manos», pero sigue fiel a los cuentos. ¿Quiere decir que los lectores tienen que conocer esa obra y ser lectores del argentino? No. «La idea es que lo pueda leer cualquiera al que le guste leer; no está llena de claves misteriosas».

Los capítulos representan subgéneros. Un thriller, un relato erótico... Más juego en la compleja construcción conceptual de un libro con poco más de un centenar de páginas y que no tiene por qué notar el lector. Lo que si hará, será divertirse, como ha hecho Menéndez dándole forma. «Con estas vidas aceleradas, nos vienen bien los libros cortos», argumenta. «Las horas están muy cotizadas». Más lector que escritor, le impresiona el resultado. «Alguien que se para a leer tu libro, está regalándote parte de su vida». Lo está disfrutando sí, «pero te está dando la confianza de cederte ese trozo de tiempo y debes tenerlos en cuenta». Como una especie de acuerdo.

Hace pocos días, una amiga le contaba que su madre, que siempre ha leído su poesía, está convencida de que dentro de los personajes hay una asesina. Le pasó 'enCajadas' a otra amiga, y ahí andan las dos intentando desentrañar quién es la culpable camuflada. «Cada uno lee después el libro que lee», bromea el autor.

Esta suma de relatos supone la vuelta de Pedro Luis Menéndez a la escritura, que nunca dejó del todo. «Siempre he escrito, pero también fui profesor, porque la vida hay que ganársela». En esta etapa de docencia publicó muchas referencias relacionadas con la enseñanza, pero la escritura literaria quedó varada hasta 2017. «Mi voz de verdad arranca ahí, cuando me encontré de verdad a gusto».

«La poesía necesita dedicación, pero viene cuando le da la gana. Si la buscas tú no la encuentras o lo que encuentras no vale para nada, tiene que venir ella», explica. Pero la prosa necesita tiempo y hacer esa búsqueda activa. «Es pico y pala, y para eso necesitas tiempo real y tiempo psicológico». El asturiano siente que ahora lo tiene, y está escribiendo prosa.

De hecho, ya tiene terminado otro libro de poemas de 2023 que verá la luz en menos de un mes, pero lo siguiente que publicará será prosa.

En su vínculo con la poesía, Menéndez recibió el Premio José Luis Hidalgo en el año 2023. «Creo que Cantabria me da suerte», bromea. «Tengo muy buenos amigos y amigas», añade. El libro por el que recibió el premio 'La madriguera', se había quedado anclado en las idas y venidas editoriales posteriores a la pandemia. Tuvo un pálpito y decidió enviarlo al certamen «con cero esperanzas de ganarlo», pero «con la intuición de que podía ser un buen libro». El resultado fue el galardón, que «obviamente fue un subidón». Teniendo en cuenta además, destaca, «que el José Luis Hidalgo es uno de los premios 'honrados', ya se me entiende». Una palmada en la espalda «que siempre viene bien y te anima a seguir para que compense el esfuerzo».

Al reencuentro que tendrá con su público en Cantabria desde hoy mismo, llega sin premisas. «El único riesgo que corren es leerlo muy rápido y quedarse en la capa de fuera». En ese caso, la solución es simple: repetir.