«Lo peor de firmar con seudónimo es perderse el contacto con los lectores»

-Dama, la protagonista de su nueva novela, como usted, trabaja con seudónimo. ¿Es un guiño a su condición de escritora anónima?

-Dama es un personaje del que ni siquiera se sabe si es hombre o mujer. Es artista, utiliza seudónimo y vende sus cuadros siempre envueltos y por cierto, cada vez están más cotizados. En cierto modo sí es un guiño a mi anonimato, pero mis motivos para no dar mi nombre verdadero no tienen nada que ver con los de Dama que se descubrirán al final de la novela. Los míos son más emocionales.

-¿Y cuáles son esos motivos?

-Me asusta mucho. Sinceramente temo todo lo que rodea al mundo editorial: las giras, las presentaciones, las entrevistas... Me da mucho miedo y fue la única condición que puse para publicar.

-Pues ya ha publicado dos novelas. ¿Sigue manteniendo en firme esa condición?

-De momento sí. El anonimato tiene cosas buenas, como evitar todo esto que te decía, pero reconozco que también hay una parte negativa que cada día me pesa más y es que me pierdo el contacto con los lectores. Es cierto que he abierto un perfil de Instagram pero no es lo mismo porque no me permite firmar ejemplares, por ejemplo, ni interactuar con ellos. Al final lo del seudónimo también es una carga, aunque en mi caso sea elegida.

-Sigamos hablando de 'La dama y la muerte' que publica tres años después que 'El cielo de tus días. ¿El lector que se enamoró de aquella historia va a encontrar muchas diferencias en esta?

-Sí. En 'La dama y la muerte', los personajes son mucho más maduros. Están mejor perfilados y la trama es completamentamente distinta. Para esta novela además me he documentado muchísimo, tanto en temas artísticos como en los judiciales y forenses. Estoy mucho más orgullosa de esta novela y no solo porque me parezca más madura, también porque he disfrutado mucho escribiéndola.

-Su anterior libro también estaba enmarcado en el género negro. ¿Qué encuentra en él?

-Me divierte. Para mí como lectora este tipo de novelas son como acertijos en los que hay que averiguar quien está detrás de todo y por qué y, claro, al escribirlo tengo que intentar lograr que el lector no lo averigüe, meterme en su cabeza y engañarle y eso me encanta. No me veo escribiendo otra cosa.

-El libro se centra en el mundo de la compra y venta de obras de arte. ¿Le interesaba este tema antes de imaginar la historia?

-Me ha interesado siempre. No soy coleccionista, pero mi padre pintaba y siempre me ha gustado visitar museos. No sé por qué me han llamado siempre la atención los cuadros. Muchos de ellos me llegan a conmover y emocionar, así que deseaba escribir sobre este tema. Me he documentado mucho y eso que en la novela no aparece ni un 10% de ello. Creo que no es bueno agobiar al lector con muchos datos.

-No es fácil que Planeta publique una obra de una autora desconocida que no quiera dar su nombre. ¿Cómo lo logró?

-Primero probé a enviar mi manuscrito a varias editoriales, pero había que pasar muchos filtros y era todo muy complicado así que contacté con una agente literaria a la que encantó mi novela aunque me advirtió que publicar con seudónimo era algo muy complicado porque la presencia del autor es muy importante en la promoción. Insistí y probamos, lo enviamos a varias editoriales y efectivamente en algunas me echaron para atrás por firmar con seudónimo. Finalmente nos llamó Planeta no solo interesándose por adquirir los derechos, sino que además no le importaba que yo no saliera a la luz.

-Una agente que además es la misma que la de Carmen Mola que también es un seudónimo. ¿No habrá también tres guionistas de televisión detrás de Greta Alonso como en ese caso?

-Qué va. Es más, si me dirigí a ella y no a otro agente es porque sabía que representaba a Carmen Mola y me parecía que me iba a entender. Yo pensaba que detrás de Carmen Mola habría un caso como el mío, el de una persona muy tímida, así que aluciné cuando ganó el Planeta y aparecieron tres hombres. Y eso que sospeché que no era una mujer cuando empecé a hacer entrevistas por radio. Si yo las hacía y seguía siendo anónima no entendía porqué ella no. En mi caso es evidente que soy una mujer porque hago entrevistas por radio y tengo una cuenta de Instagram.

-¿Tiene pensado mantener el anonimato mucho tiempo más?

-A veces siento que miento a la gente. Solo nueve personas saben que escribo. Lo paso mal en el trabajo porque muchos de mis compañeros son grandes lectores y cuando recomiendan algún libro yo me quedo callada y sientiéndome como una impostora. Pero sigue dándome mucho miedo salir a la luz. Además me gusta mucho el trabajo que tengo y no quiero dejarlo.

-Un trabajo relacionado con las ciencias,porque lo que sí ha trascendido es que es ingeniera. ¿Cómo compagina las letras con las ciencias?

-Es que no se diferencian tanto. Cuando documento una novela, por ejemplo, mis conocimientos en temas de ciencias me vienen bastante bien.

- ¿Es de las que piensa que para escribir bien hay que ser un gran lector?

-Sí. Es cierto que el talento es esencial, pero hay que esforzarse por pulirlo y para un escritor una de las formas de hacerlo es leyendo mucho. Además creo que no solo se debe leer a los grandes autores, también a los emergentes de los que puedes aprender mucho.

-Todo apunta a que vive en Santander, una ciudad en la que siempre decimos que nos conocemos todos. ¿Podrá mantener mucho más tiempo el secreto?

-Espero que sí. Mi madre, por ejemplo, dice que no me reconoce la voz en las entrevistas de radio y yo sigo sin tener ganas de darme a conocer.

-¿Está preparando ya una nueva novela?

-No. No soy de las que escribe a diario y de hecho han pasado tres años desde 'El cielo de tus días'. Para mí escribir no es hacer tuercas. Lo hago solo cuando tengo claro lo que quiero contar y tiene calidad. No puedo forzarme a escribir.