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En el diseño –y más concretamente en el editorial– ocurre como en la moda, donde, como decía Coco Chanel, ésta pasa «pero el estilo permanece». Lo sabe bien Diego Areso (Miranda de Ebro, 1974), actual director de Arte del diario El País y que ha ... trabajado también en Vogue, Glamour, GQ, Público o Vanity Fair, entre otras publicaciones. De formación periodística, aboga por situar siempre el diseño al servicio del contenido, como elemento esencial para garantizar una correcta recepción del mensaje por parte de los lectores. Centrado en el ámbito editorial tradicional, Areso reconoce que internet es el futuro del sector. Lo tiene tan claro que ha titulado su conferencia en Tipos con el epígrafe 'El fin de la prensa impresa. Cómo disfrutarlo'.
–Las cosas se empiezan por el principio: dígame su tipografía favorita. Si menta Comic Sans, nominado.
–Es imposible elegir una tipografía. Es como elegir tu jersey favorito, que al final es el de ese año. También puedes tener uno hace muchos años que has utilizado muchas veces y que te sigue gustando muchísimo. Es algo así. Las tipografías te las pones, te las quitas, vuelves a ellas... Unas veces recuperas algunas que has utilizado en muchas ocasiones y con las que te sientes a gusto, y otras decides probar algunas nuevas y te das cuenta de que ni sabes ponértelas ni te sienta bien. En mi caso la tipografía es como vestirte. Tiene mucho de intuición. Y, en la misma medida, también sabes que hay tipografías que son como una camisa blanca y que siempre van a funcionar. Hay tipografías aburridas y otras que son como un sombrero de plumas que te pones un día para una fiesta de disfraces y las vuelves a guardar durante años o directamente no las vuelves a utilizar. Y ya no puedo alargar más la metáfora, lo siento (ríe).
–¿Dónde cree que reside la habilidad para plasmar un mensaje de forma que sea lo más atractivo y eficaz posible?
–Cada diseñador enfoca su trabajo a su manera. Yo soy licenciado en periodismo y mi reino es el del contenido, siempre enfoco el diseño desde él. Aunque lo intentas poner bonito, que sea original y contenga un punto de novedad, mi objetivo es siempre que el mensaje que haya que transmitir se transmita de la mejor manera posible a quien vaya a recibirlo. Mi especialidad es coger una gran masa de información y organizarla de la mejor manera posible para enviarla a los lectores. Una revista o un periódico constituyen un sistema de diseño complejo, y creo que eso es lo que se me da bien a mí.
–¿No se da también en el gremio el fenómeno contrario, una excesiva atención al diseño y a la apariencia en detrimento del contenido y su mensaje?
–Sí, eso también pasa mucho. Hay corrientes de diseño, diseñadores y publicaciones que representan ese enfoque, como el americano David Carson.
–¿Usted cómo lo ve?
–A mí me parece un punto de vista válido. Hoy hay muchas publicaciones que siguen primando el aspecto por encima del contenido, que es algo que a veces funciona y otras no. No es una cuestión en la que crea que se puede hablar de lo que está bien y lo que está mal. Lo que sí entiendo es que en un medio de masas es un error hacer diseños tan modernos o complejos que al final pongan el contenido por debajo del aspecto y que éste no llegue a los lectores. Creo que los medios de masas se deben al contenido y más en el periodismo, en el que ese aspecto siempre tienen que ir por detrás del propio periodismo.
–Las ideas claras.
–Sí, pero aquí pongo un asterisco porque las excepciones existen y alguna vez las normas están para romperlas. Por eso a veces puede salir en un medio de estas características una página que rompa, en la que pongas el texto de una forma más enrevesada porque quieres transmitir otro mensaje... Las excepciones existen pero insisto, el periodismo va por delante.
–Es usted un clásico y un romántico...
–Sí... (ríe). De hecho hay veces que me gustan más las páginas sosas, elegante pero sosas, que las muy enrevesadas. Hay un punto de gloria en una página de texto limpio que se lee perfectamente, porque además creo que de eso va nuestro negocio.
–Toca sufrir. Internet. ¿Qué retos ha implicado un cambio tan profundo?
–En mi caso lo afronto con dificultad porque me ocupo sólo de las publicaciones impresas. Mi reino es el de la tinta. Pero aunque como profesional ese es mi mundo, como lector mi reino es el del pixel. De hecho, mi charla en Tipos se titula 'El fin de la prensa impresa. Cómo disfrutarlo', porque creo que a la prensa, tal y como la conocemos y la hemos conocido en los último siglos, le quedan dos telediarios. Es así, una realidad. Se van a perder muchísimas cosas relativas a cómo se transmite el mensaje impreso. El periódico es un todo unitario que tiene un relato, un principio y un final, y una página web es una cosa inmensa que no sabes por dónde empieza ni dónde acaba, algo mucho más caótico que desorienta al lector.
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