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El dramaturgo Alessandro Baricco creó a Novecento, un pianista de jazz que nació en el Virgian, uno de esos barcos que hacían la ... ruta entre Europa y América a principios del siglo XX en el que viajaban ricos, emigrantes y turistas. Y es su amigo, un trompetista de jazz, quien se adentra en sus recuerdos para narrar la fabulosa vida del pianista. El actor cántabro Javier Uriarte se enamoró del texto la primera vez que cayó en sus manos y junto a la también actriz santanderina Rosa Casuso, llevaron al escenario a 'Novecento, la leyenda del pianista en el océano'. La obra, que se estrenó a bordo de las reginas hace un año, vuelve esta semana en el marco del Festival del Mar. Jueves y viernes estará en el Anfiteatro del Centro Botín antes de partir rumbo a América. A finales de septiembre -los días 26 y 29- estará en el teatro Gargantúa, en el corazón de Buenos Aires (Argentina).
'Novecento, la leyenda del pianista en el océano' es una obra escrita por Alessandro Baricco sobre los valores humanos, la amistad y el miedo a enfrentarse a la vida. Protagonizada por Javier Uriarte, bajo la dirección de Rosa Casuso y con la compañía al piano de Hugo Sellés -en Argentina, el pianista será Esteban Rajmilchuk-, la obra de casi dos horas de duración volverá a representarse el jueves y viernes en el Anfiteatro del Centro Botín dentro de los actos programados con motivo del Festival del Mar.
En Santander. Dos funciones, jueves y viernes, en el Anfiteatro del Centro Botín. Los dos días a las 19.30 horas.
En Buenos Aires. Tres funciones, los días 26 y 29 de este mes. En el Teatro Gargantúa.
Con Javier Uriarte como actor principal y Hugo Sellés al piano, el público se acercará a través de un monólogo de una hora y cuarto de duración, a la historia de Tim Tooney, un trompetista de jazz que relata, desde lo más entrañable de sus recuerdos, la historia de su mejor y único amigo, Novecento, el pianista del Virginian. Según relató Uriarte, «aquel pianista no solo era extraordinario y capaz de robar el alma de cuantos viajaban en aquel barco, sino que además, se contaba de él que nunca había bajado del barco, nunca en su vida y que oficialmente no había nacido». Los valores humanos, el sentido de la amistad y las elecciones que se toman a lo largo de la vida centran esta representación que llamará la atención del público por el montaje, en el que jugará un papel clave la ambientación romántica y la sensibilidad que aporta la música de Hugo Sellés.
Novecento, según relata Uriarte, «era un pianista extraordinario con una técnica increíble, capaz de extraer notas mágicas, insólitas, melodías asombrosas que cautivaban cada noche a los viajeros del barco en el que había nacido y del que decían que nunca se había bajado. Nunca había pisado tierra. El mejor pianista de todos los tiempos, y no existía para el mundo».
Uriarte descubrió a Novecento de la mano de su directora Rosa Casuso. «No fue amor a primera vista sino que sus cualidades, sus genialidades lingüísticas y su hermosura me ganaron con la seguridad que da amar para siempre y desde el corazón». Como actor, reconoce que preparar el montaje ha supuesto un esfuerzo «enorme, agotador y, por momentos, odioso, en el que voy superando mis limitaciones y encuentro las siguientes por superar. Vivo, duermo, como, sueño, me desvelo y termino sintiéndome como Tim Tooney, el narrador de esta maravilla de texto teatral». A lo largo del monólogo, Uriarte rebusca en las entrañas de su personaje, rascando en las emociones y en los amores más auténticos para conseguir transmitir mínimamente la grandiosidad de la amistad verdadera que fluye durante toda la obra. «Esa es la palabra que flota, invisible, durante la hora y media de espectáculo: amistad». A partir de aquí, el actor intenta conmover al espectador, «que se le corte la respiración, incluso que llore». Junto a el, en el escenario está el pianista Hugo Sellés. Y detrás del telón, la directora Rosa Casuso. «Ellos hacen que me sienta tan orgulloso como aterrado por conseguir transportar al público al mundo de las emociones que acaban, tras recorrer el resto del cuerpo, en la punta de los dedos de los pies».
Rosa Casuso descubrió a Novecento hace quince años cuando le regalaron el libro. «Me pareció una historia alucinante, pero no pensé en dirigirlo, hasta que un actor de mi Estudio, Javier Uriarte, necesitó un buen texto para poder mostrarse como actor y dedicarse profesionalmente al oficio teatral, abandonando radicalmente su empleo anterior». Todo lo contrario a lo que le ocurre al protagonista de Novecento, un personaje a quien el miedo a lo desconocido le hace retroceder.
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