La pianista Yuja Wang decidirá el programa de su recital tras el ensayo en la Sala Argenta

De sus interpretaciones siempre destaca su capacidad para deslumbrar, el impulso magistral y su equilibrio musical. Al margen de su elección final para Santander, Yuja Wang ha mostrado querencia por las obras para piano del siglo xx de artistas como Prokófiev, Rajmáninov y Scriabin.

Pese a su juventud es una de las estrellas más brillantes del mundo de la música con una personalidad muy definida. La pianista china regresa al FIS, tras su programa de 2021 junto a la Filarmónica de Luxemburgo y el maestro Gustavo Gimeno, ahora con un recital absolutamente «único y especial». Tanto es así que la intérprete decidirá el programa, como se apuntó, tras el ensayo. Las localidades para este recital están ya agotadas, salvo el porcentaje que, por ley, saldrá hoy a la venta. Yuja Wang, cuyas actuaciones se caracterizan por una arrebatadora presencia escénica, ha actuado con los directores, músicos y grupos más venerados del mundo, y es reconocida no solo por su virtuosismo, sino por su firme convicción en que «cada programa debe tener vida propia y ser una representación de cómo la intérprete se siente en cada momento». Santander forma parte del selecto grupo de ciudades seleccionadas para su gira internacional de recitales.

Su destreza y carisma se dejaron ver recientemente en su actuación en la maratón de Rajmáninov en el mítico Carnegie Hall de Nueva York junto al director Yannick Neìzet-Seìguin y la Orquesta de Filadelfia. En esta cita histórica, que celebraba los 150 años del nacimiento del compositor, Yuja Wang interpretó, en una tarde, sus cuatro conciertos más la Rapsodia sobre un tema de Paganini, logrando un grandísimo éxito y formando colas alrededor de la manzana. Yuja Wang nació en una familia de músicos en Beijing (China). Después de estudiar piano a lo largo de su infancia en China, recibió formación avanzada en Canadá y en el Curtis Institute of Music bajo las directrices de Gary Graffman.

Comenzó a tocar cuando tenía 6 años y, con 21, ya era una concertista reconocida. Sin embargo, su camino hacia la fama se inició cuando, a los 11 años, se alzó con el tercer premio en el Concurso Internacional para Jóvenes Pianistas de Ettlingen en Alemania. Su descubrimiento internacional se produjo en 2007, cuando reemplazó a la mítica Martha Argerich como solista de la Sinfónica de Boston. Dos años después, firmaba ya un contrato exclusivo con Deutsche Grammophon, consolidándose entre los artistas más importantes del mundo.