Sergio Peris-Mencheta Actor y director
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Sergio Peris-Mencheta Actor y director
«No pienso en los espectadores porque me siento mucho más tonto que ellos»Sergio Peris-Mencheta (Madrid, 1975) se enamoró hace años de los textos del dramaturgo de Wajdi Mouawad y por fin pudo llevar a los escenarios, como director, una de ellos, 'Cielos', una obra que se representa hoy y mañana, a las 19.30 horas, en ... la Sala Pereda del Palacio de Festivales. Hace ocho años que vive y trabaja como actor en Los Ángeles (EE UU), desde donde atiende a El Diario Montañés.
-Se ha declarado admirador de Wajdi Mouawad y por fin ha llevado a los escenarios a una de sus obras 'Cielos'. ¿Qué fue lo que más le atrajo de este texto?
-Había leído las obras de Mouawad e incluso he visto cuatro versiones de 'Incendios' en teatro. En 2015 vi 'Cielos' en un festival de Barcelona y en seguida imaginé mi opción para su puesta en escena. El montaje me gustó mucho pero yo me le imaginaba de otra manera. Esa misma tarde empecé a traducir el texto del francés, yo soy francófono, y ahí lo dejé. No lo terminé porque pensé que hasta los 150 años no iba a ser capaz poner en escena a Mouawad que es muy complejo. Hasta que Juan Mayorga me propuso presentar algo en el Teatro de La Abadía, le hice esta propuesta me dijo que sí y así fue como chutó la cosa.
-Usted mismo lo dice, es un autor complejo. ¿Cómo ha hecho para que el espectador lo vea fácil?
-En un principio siempre trato de olvidarme de los espectadores porque me siento muchísimo más tonto que ellos. En realidad no soy un buen espectador de teatro. Me cuesta mucho entrar y cambiar el chip de lo que vengo de hacer cuando me siento en una butaca. Tengo que hacer un esfuerzo extra para concentrarme en ese plano general que es el teatro. En el cine no me pasa lo mismo. Me siento, me ponen un plano corto y ¡boom! me meto en la historia rápidamente. En teatro no soy un espectador fácil con lo cual, con una obra de Mouawad me siento aún infinitamente más tonto.
-Entonces, ¿cómo ha abordado el texto?
- Lo primero que les planteé a los actores es que 'Cielos' habla de desencriptadores, de gente que trata de descifrar códigos y que por lo tanto a nosotros nos toca ser también descifrar esta función que es harto compleja y que está llena de secretos y de recovecos. Posiblemente muchos de ellos no hayamos llegado a descubrir. Esta obra es como un cripta. Te sientes un poco Indiana Jones cuando te pones a trabajar un texto de Mouawad y especialmente 'Cielos'.
-Además de desencriptadores, ¿de qué nos habla esta obra?
-Nos pone en un mundo en el que una serie de personas tratan de frenar un atentado a nivel mundial y tienen que descifrar unos códigos y encontrar las claves para poder hacerlo. Nosotros nos encontramos en los ensayos tratando de descifrar las claves de Mouawad y a medida que las íbamos encontrando decidíamos si era una clave que tenía que estar expuesta al público. Algunas las hemos mostrado, otras no, pero sí que tengo que decir que él es muy exigente y hay que darle un poquito de margen al inicio de la función. Al principio te resulta apabullante pero siempre te da todas las piezas, aunque desordenadas. Y si entras en la obra te acompañará en ese viaje, te hará partícipe de sus propios códigos y hará que te sientas más cerca de él. Es un autor que atraviesa.
- 'Cielos' se escribió hace quince años y está aún muy vigente.
-Totalmente. En varios aspectos parece que se adelanta a su época. Incluso te planteas cómo ha llegado a preveer algunas de las cosas que están sucediendo desde hace unos años, como las vandalizaciones de las obras de arte en los museos que no existían antes de este texto y en cambio sí después y que es uno de los temas que toca la obra.
-La obra apunta a un ajuste de cuentas de la juventud con sus predecesores. ¿Le parece que es algo que está ocurriendo hoy en día?
-Sí. Pero creo que es algo bastante cíclico en la Historia y también que es algo innato al término. La juventud tiene que estar aquí para cambiar las cosas. Si no fuera así le estaría faltando un arista.
-¿Cuando dirige una obra como esta que le gusta tanto o 'Una noche sin luna', que también se vio en el Palacio de Festivales con Juan Diego Botto, no le han dado tentaciones de salir al escenario como actor protagonista?
-Uy, que va. Todo lo contrario. Hace bastante tiempo que no me subo al escenario. La principal razón es porque ya no vivo en España, solo estoy unos pocos meses al año para dirigir. Además tengo que ayudar a sostener una estructura que es Barco Pirata, una productora que da de comer a mucha gente, y yo soy uno de los que aporta textos y otras propuestas. Me tengo que dedicar a eso porque no se podría cerrar una gira por España conmigo al vivir fuera. Pero no es algo que eche de menos. Hay una parte de mi ahora mismo que no necesita subir a un escenario para contar historias. Necesito contarlas desde detrás. Ya me desahogo delante de la cámara trabajando a nivel audiovisual.
-¿En qué otros proyectos está trabajando?
-Estamos en plena preproducción de un texto que está escrito a seis manos. El autor principal es Juan Diego Botto. Es un encargo que le he hecho yo. La obra se llama '14.4' y se estrenará en junio en Matadero en Madrid y es la historia de un chico que llega a España en los bajos de un camión. Un proyecto que tengo en la cabeza desde hace doce años cuando conocí a este chico, durante el rodaje de un cortometraje, y me contó su historia. Le conseguimos una beca en la Escuela de Cristina Rota y le prometí que si algún día llegaba a ser actor contaríamos su historia y que la contaría él además. Y así ha sido, hoy en día Ahmed Younoussi, que es como se llama, es actor y subirá al escenario en este monólogo que es muy del estilo de 'Una noche sin luna'.
-Ya lleva tiempo viviendo en Estados Unidos. ¿Cómo ve desde allí el mundo del cine y del teatro en España?
-Soy miembro de la Academia de Cine de España y estoy viendo las películas candidatas a los Goya y me siento muy orgulloso de lo que veo porque también tengo la oportunidad de ver aquí las películas que se van a optar a los Oscar y creo que no tenemos nada que envidiar desde el punto de vista creativo a la gran industria americana. Y yo, que he trabajado en las dos industrias, puedo decir que a nivel talento y especialización estábamos a la par. El teatro ya es otra cosa, dependemos mucho más de 'papa estado' y seguimos sin tener una ley de mecenazgo como en otros países que hagan que se puedan levantar proyectos de otra índole sin estar dependiendo de alguna ayuda. También creo que el público no ha asumido que si la obra no es un musical el precio de la entrada pueda estar por encima de los 25 euros, cuando en la mayoría de los países cuesta el doble o más porque es más acorde a lo que está encima del escenario.
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