Cantabria potenciará la monitorización de sus cuevas con arte rupestre

De hecho, la intención de los gestores de este Plan es desarrollar, «por primera vez», una gestión planificada del patrimonio paleolítico de Cantabria y situarlo «en el lugar que le corresponde» en ámbitos como la conservación, la investigación y la difusión. Otro de los retos es dinamizar el sector y vincularlo al turismo de calidad con dotación de recursos económicos para que se convierta en «motor» del crecimiento económico cántabro.

Quienes han esbozado hoy las líneas generales del plan han sido el consejro de Cultura, José Ramón Ruiz, y el director del Museo de Prehistoria y Arqueología (Mupac) y de las Cuevas Prehistóricas de Cantabria, Roberto Ontañón, quien adelantó que espera que en un mes pueda estar presentado el plan.

Ontañón, junto a la directora de Cultura, Marina Bolado, ha explicado que habrá una inversión de unos 50.000 euros para la adquisición de modernos sistemas de monitorización del interior y el exterior de las siete cuevas abiertas al público más La Garma. Se trata de equipos con una capacidad de carga y sensibilidad "mucho mayor" que los anteriores.

«En el caso de los termómetros -por ejemplo-, miden centésimas de grado y de esa manera detectarán el paso de cualquier persona por los alrededores de las cuevas», ha dicho. Ello permitirá reproducción de una idea «mucho más cabal» del impacto que tienen las visitas en las cuevas.

A este respecto, Bolado se ha referido al estado concreto de las cuevas abiertas del público. Por ejemplo, ha comentado que en Hornos de la Peña había «deterioro» en el grabado de un bisonte porque los visitantes la rozaban 'dejando fibras de ropa al pasar por una"zona estrecha; que en el Chufín se va a instalar una pasarela para solucionar el problema de la accesibilidad; que en la cueva de Cullalvera se han retirado las fuentes porque no eran acordes con la conservación; o que en El Pendo se ha instalado iluminación LED porque no dan tanto calor.

El director del Mupac también se ha referido a la posible llegada a Cantabria del Centro de Categoría 2 de la Unesco como un «elemento fundamental» en la puesta en marcha del plan de dinamización del Arte Rupestre, que impulsaría iniciativas y serviría como «control de calidad».

Su deseo es que ese centro se establezca en Cantabria y esté «vinculado» al Museo Altamira, aunque ha matizado que también existe la posibilidad de que esa sede tenga varias deslocalizadas por el territorio español y una que actué como central controlada desde el Ministerio. Otro de los puntos clave del plan que ha destacado Ontañón es la protección del entorno de las cuevas cántabras, mediante la tala de pinos y eucaliptos para sustituirlos por especies autóctonas de la región.

Los cuatro ejes sobre los que girará este plan son la conservación del patrimonio cultural, su protección, la documentación de las cuevas, y su puesta en valor y difusión con medidas como la redacción de libros monográficos.

El plan incluye numerosas actuaciones específicas en las distintas cuevas de la orografía cántabra, entre las que destaca la creación de un centro en la parte inferior del Monte Castillo para conocer la situación de visitantes y disponibilidad de las cuevas de Cantabria.

Ontañón ha compartido ponencia con la directora general de Cultura en Cantabria, Marina Bolado, mientras que el consejero de Educación, Cultura y Deporte, Ramón Ruiz, ha clausurado el curso valorando la proyección nacional e internacional del plan y su influencia "económica", social y cultural en Cantabria.