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El santanderino José Sámano, productor de talento múltiple, llevó a las tablas las novelas de Delibes, innovó en televisión con Mercedes Milá y arriesgó en el cine con Josefina Molina. Esta es una esquemática y telegráfica definición de tres de sus acciones que dejaron ... huella. Su trayectoria (Santander, 1943, Madrid, 2019) se inició en el cine como productor de 'Vera, un cuento cruel' (1974), de Molina, y 'Retrato de familia' (1976), de Antonio Giménez-Rico (1981). Produjo pronto para la televisión espacios de entrevistas como 'Más que palabras', 'Queremos saber', 'De jueves a jueves' o 'Como la vida misma', presentados por Milá, periodista y presentadora que fue su pareja durante dos décadas. Ahora la Asociación Cultural Plaza Porticada rendirá homenaje a Sámano en una doble convocatoria, los días 28 y 29 de este mes, en el Ateneo. El productor, que falleció a finales de 2019, será evocado en una mesa redonda que reunirá en la tribuna santanderina a personalidades de la escena, el cine, el teatro y la dirección como Lola Herrera, Josefina Molina o José Sacristán.
En el cine produjo las siempre originales y arriesgadas películas de Josefina Molina. Títulos como 'Esquilache' (1989), 'Lo más natural' (1991) o 'Función de noche' (1981), un desgarrador repaso de la ruptura matrimonial de Lola Herrera y el actor Daniel Dicenta. También produjo 'Operación Ogro' (1979), de Gillo Pontecorvo, y 'Chatarra' (1991), una locura de Félix Rotaeta, y fue productor asociado de 'Magical Girl' (2014), -de Carlos Vermut y Concha de Oro en San Sebastián- y de 'Hablar' (2015), de Joaquín Oristrell.
Fue en el teatro donde Sámano cosechó algunos de sus mayores éxitos con las adaptaciones a la escena de novelas del autor de 'Cinco horas con Mario', que subió por primera vez a las tablas hace mas de cuarenta años.
También produjo Sámano 'La guerra de nuestros antepasados' y 'Señora de rojo sobre fondo gris', otro Delibes teatralizado que logró un enorme éxito en su día y que ahora dirige y protagoniza José Sacristán.
Su relación con el escritor vallisoletano fue una constante durante toda su carrera. Su gran pasión, que desarrolló hasta sus últimos días, fue la de realizador teatral. No hubo apenas temporadas en las que Sámano no contara con Lola Herrera o Sacristán como actores fetiche.
Para cine produjo también 'Lo más natural' de Rotaeta y con Roger Planchon, 'Louis, enfant roo'. En la jornada del día 28 Plaza Porticada proyectará precisamente 'Esquilache'. Tomando como referencia la obra de Buero Vallejo, 'Un soñador para el pueblo', Josefina Molina recrea el famoso motín de 1766 en la que el pueblo de Madrid asaltó el palacio del marqués de Esquilache. La película recibió dos premios Goya, dirección artística y mejor actor secundario, al distinguir la labor de Adolfo Marsillach.
Ya el martes 29 el Ateneo acogerá la proyección previa de un vídeo homenaje a Sámano. El acto, patrocinado por la Concejalía de cultura del Ayuntamiento, reunirá los testimonios de Lola Herrera, José Sacristán (a través de vídeo), Fernando Méndez-Leite y Joaquín Oristrell. Con una carrera de casi medio siglo a sus espaldas, Sámano dejaba como legado una prolífica trayectoria, reconocida por el mundo del teatro.
Antes del homenaje, Plaza Porticada ha organizado otra cita mañana jueves en la propia tribuna del Ateneo. En este caso, su objetivo es la presentación de la obra'Veranos del Cantábrico. Casas y Familias 1885-1945' (Turner). Este libro, como ya se avanzó en su salida hace meses, es una recopilación de sesenta años en imágenes, en su mayoría inéditas, de los destinos más emblemáticos de veraneo de la costa cantábrica desde finales del siglo xix hasta mediados del siglo xx. Un recorrido por el litoral del norte de España que incluye San Sebastián, Zarauz, Neguri, Las Arenas, Santander, Comillas y Ribadesella.
Siguiendo el desplazamiento del rey y su corte, «numerosas familias volvieron un hábito su cita anual con el encrespado mar del norte». Gracias a que cedieron sus fotos particulares para este libro, asoman en sus páginas algunas de las villas y casas más destacadas de la zona, así como recrear la plácida cotidianidad de esos largos días de verano: «Escenas de playa, casetas, bañeros, regatas, fiestas, verbenas, carreras en el hipódromo o en el circuito de Lasarte».
Especial mención merece la práctica de deportes como el tenis, el golf o el polo, de las que estas familias se volvieron precursoras en España. En línea con títulos publicados anteriormente, 'Recuerdos del campo español' (volumen I y II) y 'Sportsmen, pioneros del deporte en España', 'Veranos en el Cantábrico' se postula como un libro «para la memoria y la nostalgia» que, gracias a la generosidad de sus protagonistas y herederos, «convierte una sucesión de fotografías familiares privadas en un álbum colectivo».
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